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Investigación

23 de Enero de alta peligrosidad: La trinchera mortífera de los "chavistas" caras tapadas

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Caracas, 11 de febrero.- Un lugar para venerar a un comandante, que está siendo  olvidado por sus fervientes, alguno que otro cartel desgastado alusivo a un partido rojito, un ambiente hostil, una población atemorizada sin saber cuándo será su turno para partir del mundo terrenal, una diana que retumba en la alborada o en la oscuridad, voces en el aire, disparos, miradas atentas, radios y algunos con armas entre los pantalones listos para una guerra.

Estos son los vestigios de una zona que a través del tiempo se ha convertido en una trinchera  para colectivos y bandas criminales que operan a sus anchas en la parroquia 23 de Enero, situada al oeste de Caracas.

El 23 de Enero está dominado por colectivos como La Piedrita, Alexis Vive, Tupamaro, Alí Primera, Tres Raíces, Salvador Allende, Montaraz,  Coordinadora Simón Bolívar, Frente Sergio Rodríguez, Radio 23, entre otros, que se imponen en sus sectores, afirmando que lo han librado de hampones, siguen los ideales revolucionarios y se autodenominan todavía hijos de Chávez.

Algunos de los colectivos de esta zona popular a pesar de que se manifiestan protectores del pueblo, los pobladores de este sector aseveran todo lo contrario. Dicen sentirse acorralados y dominados por un grupo que si “no acatas lo que piden te matan como un perro”, así lo expresó un residente que prefirió no identificarse por miedo a represalias.

Y es que se han presentado eventos sangrientos, donde denunciaban como principales autores a un grupo de colectivos. El pasado lunes 7 de noviembre en horas de la madrugada fue asesinado Rodolfo de Jesús Vargas, de 54 años, quien era entrenador de béisbol en el estadio La Planicie, ubicado en la zona popular.

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Sujetos encapuchados y con armas largas golpearon fuertemente la puerta de la residencia del infortunado, situada en la calle El Descanso de Monte Piedad. Vargas se asomó a la ventana de su habitación y fue sorprendido por una ráfaga de tiros que acabaron con su vida. Entre vecinos se decía que los sujetos estaban buscando a un familiar que estaba “metido en peo” con los colectivos, por lo que fueron tras su pista, pero como no lo encontraron arremetieron contra el entrenador.

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Hechos similares se han registrado en el transcurrir del año 2017 y en años pasados que la mayoría no han sido denunciados por los familiares de las víctimas por temor a represalias. El modus operandi de estos grupos que están apadrinados por el Gobierno es vestidos de negro con capuchas negras, para  no  ser reconocidos, y con armas de alta potencia llegan a las casas en horas de la noche o  la madrugada someten a las familias para tirotear a las víctimas en el lugar o la sacan de su vivienda y lo ultiman en otros sitios y dejan su cadáver abandonado en diferentes zonas de Caracas.

Principalmente las víctimas de estos grupos son delincuentes que realizan sus actividades ilícitas en el 23 de Enero, personas con las que tienen rencillas o simplemente alguien que nos les conviene que continúe con  vida.

Diana y disparos: El aviso de una guerra

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Martha Hernández (nombre ficticio para proteger su identidad) alrededor de las 9:00 de la noche, en diciembre del año pasado, se encontraba en su vivienda realizándose su café nocturno cuando  comenzó a escuchar un sonido que la alarmó y la sobresaltó, se trataba de la diana, alarma que usan los colectivos para avisar que algo pasa en la zona o que se celebra un evento oficialista. En esa oportunidad se trataba de que un grupo de delincuentes estaban traficando drogas en el callejón Libertad, por lo que los colectivos enfrentaron a los sujetos, quienes huyeron por el sector El Observatorio a un paradero desconocido.

Hernández comenta que estas situaciones en las que se escuchan disparos y el sonar de la diana son constantes, principalmente en horas de la noche. “Una vez una vecina estaba en una calle de la parroquia y se registró un tiroteo, que no se sabe que pasó y comenzó a correr desesperada a su hogar, al igual que otras personas que estaban en la calle por temor a que fueran alcanzados por las balas”, reveló Hernández.

Un evento que generó gran temor en los pobladores de esta parroquia popular fue el que se registró el pasado 22 de noviembre de 2016, en horas de la noche, cuando los residentes escucharon fuertes ráfagas de disparos provenientes de armas de alta potencia, que fueron utilizadas por colectivos debido al asesinato de uno de sus compinches identificado como Yonaiker “Frijolito” Ojeda,  quien fue colaborador del colectivo Alexis Vive.

Ese día todo el 23 de Enero resonó debido a los disparos que se escuchaban de punta a punta efectuados por los colectivos, un hecho que mantuvo a Hernández toda la noche en vela por el horror que le infundían los disparos.

Bandas criminales: otros hacedores de muerte en el 23 de Enero

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El pasado 21 de enero de 2017 dos funcionarios de la Guardia Nacional (GN) fueron asesinados cuando se encontraban en un punto de control fijo, situado en el Rincón del Taxista del 23 de Enero. Los sujetos que los atacaron iban a bordo de un machito blanco, con el que huyeron luego de cometer el crimen y tras hurtar los fusiles de los militares.

Los funcionarios asesinados fueron identificados como Aldana Molleda Franyer Gabriel y José  Cristóbal Eizaga Gámez. Ese mismo día del asesinato-en horas de la noche-funcionarios de diversos cuerpos de seguridad se desplegaron en el sector El Observatorio buscando a los implicados en el hecho y los fusiles hurtados. Las autoridades les atribuían este crimen a la banda “el Macua” que opera en esta zona popular, en El Guarataro y en los sectores de la parroquia Antímano.

A pesar de que ya han abatido a varios de sus integrantes en diversos procedimientos policiales, la banda de “el Macua” adquiere a medida que pasa el tiempo más apóstoles que infunden terror y muerte en sus zonas de dominio. Los integrantes de esta organización criminal se dedican a homicidios, robos, secuestros de comerciantes, entre otros delitos.

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La banda de “el Macua” fue señalada de estar implicada en la muerte del niño de cinco años Gabriel Viscaya, luego de que estos lanzaran una granada contra una comisión policial que se encontraba cercana a la guardería, a donde asistía el infante. El hecho ocurrió el pasado 12 de mayo de 2016 en el sector El  Observatorio de la parroquia popular. Así como la muerte el pasado 23 de enero de 2016 de un joven de 21 años identificado como Oscar Alexander Crespo Campo, quien fue secuestrado, ultimado, descuartizado y quemado por estos hampones cuando se encontraba visitando a su suegra en la zona. Estas muertes son pocas comparadas con la cantidad incontable atribuidas a esta organización que continúa desatando su ira en este punto de Caracas.

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Aparte de esta organización también en el 23 de Enero opera la banda de “el Kilombo”, quienes el pasado 6 de octubre de 2016 recibieron un duro golpe, luego de que fueran abatidos nueve de sus integrantes por funcionarios en un procedimiento en la zona. Asimismo, está la banda de “el Tanque” y la de “los Plataneros”, quienes hace dos meses protagonizaron una guerra entre bandas que dejó como saldo un inocente fallecido, identificado Jaison Rafael Quero (18), quien recibió  una bala pérdida cuando se encontraba resguardándose de la lluvia en el sector El Pueblito en el Mirador.

Los pobladores del 23 de Enero sufren los embates provenientes de colectivos armados, bandas criminales y además robos constantes tanto en las camionetas que los trasladan por la zona, como en la puerta de su casa o dentro de ella. El 23 de Enero, es una zona donde domina a toda costa la oscuridad y la anarquía.



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