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La Lupa

Relator ONU: Algunas mujeres se ven obligadas a intercambiar sexo por comida en Venezuela

"Algunas mujeres se ven obligadas a intercambiar sexo por comida. Las mujeres y jóvenes embarazadas y en periodo de lactancia corren un riesgo especial, dada la creciente crisis de los medios de subsistencia", expresó en rueda de prensa el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri

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Caracas / Foto Portada: Archivo Provea.- Durante las últimas dos semanas, el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri recorrió cinco estados, para conocer un poco acerca de cómo se alimentan los venezolanos, cómo hacen para sobrevivir a la inflación, la dolarización, las escasas políticas públicas y el bajo poder adquisitivo. En el país que tiene uno de los salarios más bajos del mundo no es descabellado pensar que algunas venezolanos tengan que tomar medidas peligrosas para poder subsistir. Y es el caso de las mujeres, algunas han tenido que intercambiar sexo por comida. Así lo dijo Fakhri.

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Fue el pasado 31 de enero cuando Fakhri llegó a Venezuela en su primer visita oficial para "observar" la situación alimentaria en la nación conocida mundialmente por enfrentar una crisis económica y social sin precedentes, comparada con países en guerra. Este miércoles, compartió en rueda de prensa parte de lo que pudo recabar durante los recorridos y que será ampliado en su informe de conclusiones que presentará ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en marzo.

Refirió al rol que ha tenido que asumir la mujer venezolana en medio de este contexto y afirmó que soportan una carga desproporcionada, ya que no solo son cuidadoras de sus familias y comunidades, sino que al mismo tiempo deben trabajar para obtener salarios o beneficios.

"Algunas mujeres se ven obligadas a intercambiar sexo por comida. Las mujeres y jóvenes embarazadas y en periodo de lactancia corren un riesgo especial, dada la creciente crisis de los medios de subsistencia".

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Durante la ronda de preguntas, periodistas de medios de comunicación del Estado como Venezolana de Televisión y Radio Miraflores, increparon a Fakhri sobre su aseveración respecto a las mujeres que intercambian sexo para poder alimentarse.

El relator especial dejó claro que no cumple ningún rol político y que no tiene nada en juego en el país, y que solo se ha dedicado a cumplir su rol de describir lo que observó en sus recorridos por el país.

"No lo pude ver, pero me lo comentaron en las comunidades que visité y me pareció pertinente mencionarlo aquí en la rueda de prensa y lo incluiré en mi informe final. El sexo transaccional por comida es un caso que no solo hacen por escogencia, es un síntoma de un problema más agudo", sostuvo.

Agregó que no tiene constancia de un caso específico, pero sí fue un tema recurrente.

"Durante la visita por cinco estados pude hablar con una amplía gama de personas, muchas de esas conversaciones fueron confidenciales y habiendo escuchado esto -intercambio de sexo por comida- una y otra vez, de distintas fuentes independientes en ciudades, pero también en comunidades rurales, me parece importante mencionarlo", insistió.

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Fakhri estimó que no es algo descabellado y criticó que en vez de preocuparse por su declaración, sería más productivo para el país cómo abordar y solucionar esta situación.

"En vez de hablar de quiénes son estas mujeres, que sí existen y que lo están viviendo, es más productivo hblar de cómo pueden ser ayudadas estas mujeres para que no tengan que tomar estas opciones", respondió a VTV.

Acceso restringido a cárceles y calabozos

De acuerdo a los protocolos internacionales que rigen las visitas que llevó a cabo Michael Fakhri en Venezuela, este debía monitorear en qué estado se encuentran los comedores de cárceles, hospitales y colegios. Pero no fue así.

Reveló que las autoridades cambiaron su agenda de forma constante y cancelaron algunas visitas que estaban en agenda, como con un centro de detención preventiva en Anzoátegui.

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En declaraciones a El Cooperante, sobre este particular, señaló que no pudo visitar ningún centro carcelario del país.

"Con los centros de detención lo intentamos, hicimos lo posible, sugerimos en varias oportunidades visitarlos en varios estados, pero no fue posible. Desde la perspectiva del derecho a la alimentación todos somos humanos, a mí no me interesan los cargos políticos si no que haya dignidad", enfatizó.

Pese a que no pudo conocer la realidad de las cárceles de primera mano, manifestó su preocupación por el bienestar de los detenidos en calabozos policiales o Centros de Detención Preventiva.

"Estos centros de custodia fueron diseñados como instalaciones temporales, a la espera de una audiencia judicial y no incluyen ninguna infraestructura para alimentar a los detenidos. Sin embargo, debido a los retrasos en los procesos judiciales, estos centros de custodia se han convertido de hecho en lugares de hacinamiento y detención de larga duración, con personas que pasan entre 7 y 8 años. Las autoridades no proporcionan a los detenidos ni comida, ni agua, ni baño, ni asistencia sanitaria. Estos centros son inhumanos y degradantes y pueden constituir tortura".

Estimó que la situación es algo mejor en las cárceles, aunque en algunas las autoridades ofrecen a las personas comidas inadecuadas, a veces solo una arepa al día.

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Rescató que las familias de los privados de libertad llevan una pesada carga porque tienen que darle todos los alimentos a los detenidos en cualquier tipo de centro.

"Estas familias, generalmente mujeres, sufren grandes dificultades logísticas y económicas. Las personas encarceladas y sin apoyo familiar se ven obligadas a obtener alimentos de otros reclusos compartiendo lo que tienen o intercambiando sexo por comida. Me gustaría recordar al gobierno que es una obligación garantizar que los detenidos tengan acceso a la justicia y al debido proceso y que todos los detenidos siguen teniendo derecho a la dignidad humana y a todos los demás derechos humanos, como la alimentación, el agua y la salud".

Durante años, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) ha denunciado las condiciones en las que se encuentran los privados de libertad en los recintos penales y centros de detención preventiva en el país, siendo el hambre y la desnutrición uno de los factores determinantes de la crisis carcelaria venezolana. Arroz o arepa sin acompañante, granos o el agua de la pasta, es el menú de los privados de libertad.



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