Brasil no responderá a Venezuela, por ahora

Caracas/Foto: Archivo. Escala la tensión política y diplomática entre Brasil y Venezuela: Nicolás Maduro convocó a consultas en Caracas al embajador de Venezuela en Brasilia, Manuel Vadell y llamó al encargado de negocios de la Embajada de Brasil en Venezuela, Flavio Macieira "para expresar el más firme rechazo a las recurrentes declaraciones de intromisiones y groserías por parte de portavoces autorizados por el gobierno brasileño, en particular el asesor especial para Asuntos Exteriores, Celso Amorim, quien, comportándose como un mensajero más del imperialismo norteamericano, se dedicó impertinentemente a emitir juicios de valor sobre procesos que solo pertenecen a los venezolanos y sus instituciones democráticas".

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Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional ha solicitado que Amorim sea declarado persona non grata, básicamente debido a sus declaraciones públicas según las cuales  consideraba "inadecuado el ingreso de Venezuela al Brics en las circunstancias actuales" afirmando que en las relaciones bilaterales "se ha roto la confianza", refiriéndose a la promesa no cumplida por Venezuela de entregar las actas electorales que confirmarían que Maduró si ganó la contienda.

No obstante la crisis, fuentes cercanas al gobierno de Brasil han informado a los reporteros que la decisión oficial es la de no responder de inmediato. Hasta ahora, el gobierno de Lula no ha reaccionado a los ataques personales de funcionarios chavistas  ni a las agresivas declaraciones del propio Maduro en los últimos días.

"Itamaraty es una potencia dentro del poder en Brasil desde hace muchos años. Siempre conspiró contra Venezuela. Se trata de una cancillería estrechamente vinculada al Departamento de Estado americano, desde el golpe de Estado contra João Goulart", dijo recientemente.

Pero el gobierno de Lula sigue en silencio. Fuentes diplomáticas brasileñas dijeron a GLOBO que “Maduro lo que está haciendo es lo que hace siempre, hablar con el público interno. No entremos en eso”. Pero, también aseguraron las fuentes que, de continuar la escalada de agresión, "Brasil reevaluará su posición en el conflicto... por ahora la decisión es no responder”. Mientras afirman la posibilidad de que no  habrá reconocimiento del tercer gobierno consecutivo de Maduro, a partir del 10 de enero de 2025, y que  Brasil mantendrá relaciones diplomáticas, pero sin reconocer la legitimidad del presidente. Esto implica que el venezolano ya no será invitado a reuniones en Brasil, ni Lula incluirá a Venezuela en su agenda de viajes internacionales. 

Desde la cumbre de los Brics, el diálogo entre los dos gobiernos se ha visto drásticamente limitado debido inicialmente a los ataques de Maduro al ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, sobre quien Maduro aseguró que "tuvo miedo de verlo en el momento en que se despedía de Putin".

Pero la negativa del ingreso de Venezuela a los Brics se ha basado, según el gobierno de Brasil, en que  Maduro prometió enviar las actas que demostraban su triunfo electoral el 28 de julio, asunto que hasta hoy no ha cumplido.

En una nota que publica el diario Folha de São Paulo, aseguran que Nicolás Maduro antes de viajar a Rusia  le envió un mensaje de WhatsApp a Lula diciéndole “hola, desaparecido” pero no recibió ninguna respuesta. 

Reseñan en la prensa de Brasil, que el miércoles 23 de octubre, los cancilleres de Brasil, Mauro Vieira, y de Venezuela, Iván Gil, conversaron telefónicamente y que el ministro de gobierno de  Lula reiteró el pedido de que Nicolás Maduro otorgara salvoconductos a los seis venezolanos que se encuentran asilados en la embajada argentina en Caracas, que sigue bajo custodia brasileña, y que, en esa la misma conversación, según confirmaron fuentes brasileñas, también se habló del aumento de la represión en el país y la libertad de los presos políticos. Pero  ni la entrega de los  salvoconductos se ha dado y, hace poco, el Canciller declaró a la prensa local que "en Venezuela no hay presos políticos...ni uno", quizás para responder así a las exigencias de Brasil.

Con estos antecedentes, según admitió una fuente brasileña a O Globo, “no había manera de premiar a Venezuela con la incorporación a los BRICS, como nuevo socio de diálogo”. 

Sin embargo, se incluyeron dos latinoamericanos: Cuba y Bolivia. Una fuente brasileña admitió que, en otras circunstancias, “Venezuela tendría un perfil mucho más alto que Cuba y Bolivia... Pero el malestar creado tras las elecciones del 28 de julio obligó al país a cerrar esa puerta, al menos por ahora".

La convocatoria a consultas del embajador de Venezuela en Brasil y el llamado a pedir explicaciones al encargado de negocios brasileño en Caracas son, en el manual de la diplomacia, dos gestos del descontento de Venezuela por la actuación del gobierno brasileño. Un siguiente paso sería decidir no devolver a Vadell a Brasil y, finalmente, la expulsión del cuerpo diplomático brasileño del país. En este último caso, ambos países romperían  relaciones, como ha ocurrido recientemente entre Venezuela y varios vecinos latinoamericanos como  Chile, Argentina, Perú, Panamá, Uruguay, Ecuador y Paraguay.