Conferencia Episcopal: “Medidas económicas han generado más hambre y miseria”

Caracas.- El presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), monseñor José Luis Azuaje, reveló que las recientes medidas adoptadas hace un mes por el Gobierno de Nicolás Maduro solo han profundizado la crisis económica que atraviesa el país, además que no han servido para detener la hiperinflación que consume cada día el salario de los ciudadanos, quienes han sido dejados solos “en una lucha desigual”.

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La CEV afirma que con el “plan de recuperación económica”, nombre que el presidente Maduro le puso a tales medidas, el Ejecutivo Nacional se equivocó a implementar la reconversión monetaria y aumentar el salario mínimo a 1.800 bolívares soberanos sin antes impulsar un programa que genere bienestar a la población, según refiere Analítica.

“Las medidas económicas han generado más hambre y miseria y no resuelven la hiperinflación”, resaltó monseñor José Luis Azuaje.

En este sentido, precisó que la situación económica en Venezuela no se resuelve con solo incrementar los sueldos o restarle ceros a la moneda.

“Es urgente dar garantías jurídicas para la inversión, dejar de tener una actitud controladora y punitiva con los empresarios, luchar contra la corrupción y la viveza de aquellos que tienen cuotas de poder, abrir el mercado y elaborar políticas económicas no desde una ideología trasnochada, sino desde los lineamientos económicos que implica el mundo globalizado. El desabastecimiento y la especulación indican que esta economía está enferma, o como bien lo dice el papa Francisco, esta economía mata”, especificó.

Consecuencias de la crisis  

El cardenal Jorge Urosa Savino también concuerda con las declaraciones emitidas por el presidente de la CEV y lamenta que las medidas económicas solo hayan generado más hambre, desempleo, dolor y angustia.

“Hay gente muriendo por falta de alimentos. Hay gente que no sabe qué hacer y se ha suicidado al perder sus pequeñas empresas con las que llevaban 30 o 40 años. Estas medidas no fueron consultadas y han causado una crisis gravísima a todo el pueblo”, sostuvo.

De igual manera, los obispos también condenaron que la crisis sea uno de los mayores detonantes del éxodo masivo de venezolanos, sobre todo de los más pobres. “Con la migración forzada, Maduro traslada la crisis a los países hermanos, al crear un problema sociopolítico y obligar a activar planes logísticos para atender a esa población”, explicó Urosa Savino.

Por otra parte, el presidente de la CEV indicó que aquellas personas que migran guiados por la desesperanza ante la situación nacional, corren el riesgo de encontrarse con mafias que, ajenos al dolor y la desesperación de los venezolanos y enfocados en obtener beneficios socioeconómicos, los obliguen a trabajos baratos, la trata, la prostitución o la droga.

“Los venezolanos ya no somos mirados fuera del país como antes. Éramos de avanzada, con un sistema democrático que fue ejemplo en la región, con una economía que abría todas las fronteras de los países, con un sistema educativo superior que era la envidia de muchas instituciones. Hoy nos miran con lástima”, señaló monseñor José Luis Azuaje.

Para finalizar, Azuaje, también arzobispo de Maracaibo, destacó que la conflictividad social aumenta cada día bajo la mirada de un Gobierno que sigue sin proponerse resolver los problemas la población.

“El gobierno, con su política represiva, ha preparado al pueblo para que no proteste globalmente, para que los liderazgos mermen su influencia, para que las instituciones pierdan su misión y visión, y para que muchos negocien desde el ámbito político y económico. Quien siempre ha salido perdiendo es el pueblo que hoy se encuentra desilusionado, desesperanzado. Y no es culpa de él. Lo han dejado solo en una lucha desigual. Los oportunistas muchas veces han querido aparecer, pero saben que son rechazados de plano”, concluyó.