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Investigación

¿Cuál es el reto que enfrenta Juan Guaidó para el 5 de julio?

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Caracas.- Con una llamada de Mike Pompeo reiterando el apoyo "inquebrantable" del Gobierno de Estados Unidos, Juan Guaidó volvió a convocar a lo que debería ser una masiva manifestación el próximo 5 de julio. Luego del 30 de abril, la oposición no pudo convocar grandes actos en la capital. Ahora Guaidó se enfrenta a una nueva prueba de fuego: congregar multitudes en todo el país para ratificar que su liderazgo y poder seguir vigentes.

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El fallido pronunciamiento militar del 30 de abril trajo consecuencias a lo interno de la oposición. La purga del Gobierno contra los parlamentarios de la Asamblea Nacional ha puesto a buena parte de los legisladores en posición defensiva, resguardándose en embajadas o escapando del país. Y la purga no se ha detenido. Durante la noche de este miércoles en su programa semanal, Diosdado Cabello señaló a Delsa Solórzano y a Renzo Prieto como responsables de un presunto atentado en contra de Freddy Bernal y Valentín Santana, que se produciría el 30 de abril.

La militancia opositora, tradicionalmente proclive a decepciones cuando los objetivos propuestos no son alcanzados en un corto plazo, comienza a percibir que Nicolás Maduro no desalojará el poder. De hecho, la popularidad de Guaidó se ha reducido aunque sigue siendo el líder mejor valorado. Le ganaría de calle cualquier elección a Maduro.

Pero a la vista no hay comicios. Primero debe ocurrir el cese de la usurpación. Y mientras ello no ocurra, Guaidó debe procurar mantenerse a flote en la opinión pública luego de cinco meses de haber tomado juramento frente a una multitud congregada al este de Caracas. No han funcionado ni los llamados a los militares ni las conversaciones de Noruega. Maduro sigue allí. Y el tiempo pasa.

De allí que la manifestación convocada para el próximo 5 de julio sea clave:

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-Porque ocurre posterior a los fallidos intentos del 23 de febrero con la ayuda humanitaria y el 30 de abril con el pronunciamiento militar.

-Porque se producirá en un momento en el que este conflicto luce estancado para la oposición, con Maduro aparentemente -solo aparentemente- consolidado en el poder y con el inicio de una cacería de brujas tanto en el sector político como militar. Una purga que parece no tener fin.

-Y porque una demostración de fuerza en la calle le daría un nuevo impulso a la oposición y le enviaría un mensaje al régimen: que todavía la pelea por el cese de la usurpación no ha terminado.

 



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