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La Lupa

Cuando “cobrar” no es como te dijeron

María Corina Machado: “Mano ganada no se tranca, llegó la hora de cobrar”.
Como parte un comportamiento cargado de soberbia y subestimación recurrente, esta consigna ejemplifica el desconocimiento de la situación política venezolana y las tensiones existentes entre las fuerzas del gobierno y las de la oposición. La consigna no plantea una transición, un proceso de conducción marcado por la negociación política entre las partes y mucho menos, que no es poca cosa, un entendimiento de cómo opera un régimen que lleva 25 años en el poder

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Durante muchos años, los venezolanos han escuchado en redes sociales y medios de comunicación tradicionales un sinfín de consignas y promesas sobre el cambio político, pero al final nada llega a concretarse y los resultados son los mismos: Nicolás Maduro en el poder. Esta montaña rusa emocional ha producido un desgaste en la atención de la gente sobre los acontecimientos políticos del día a día. Con desilusión, confusión y hartazgo, la ciudadanía se rehúsa a poner sus esperanzas y su tiempo en la figura mediática del momento. Hoy la evaluación crítica de la gente es que la oposición no ha logrado nada de lo que ha prometido.

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María Corina Machado: “Hasta el final”

Una de las frases más populares de la época María Corina es la del “Hasta el final” que no es más que un refrito del “Fuerza y fe” de 2014 y el “Vamos bien” creado por Juan Guaidó y su equipo en 2019. Tres palabras que buscan generar algún tipo de certeza desde una posición de fortaleza y predestinación pero ¿Cuál es el final de la política? ¿Quién apaga la luz?
El final sí parece estar llegando para algunos actores políticos a través del desgaste. La política es una carrera de resistencia y de acontecimientos de percepción que pueden ir desde un bucle hasta algo que parece infinito. Ni Winston Churchill se atrevió a vaticinar un final cuando se enfrentó a Hitler durante la segunda guerra mundial.

La población alemana nunca supo cuando se acabaría la tragedia del muro de Berlín hasta que sucedió, y luego de ahí, todo parece comenzar de nuevo, con las imperfecciones del principio.

María Corina Machado: “Mano ganada no se tranca, llegó la hora de cobrar”
Como parte un comportamiento cargado de soberbia y subestimación recurrente, esta consigna ejemplifica el desconocimiento de la situación política venezolana y las tensiones existentes entre las fuerzas del gobierno y las de la oposición. La consigna no plantea una transición, un proceso de conducción marcado por la negociación política entre las partes y mucho menos, que no es poca cosa, un entendimiento de cómo opera un régimen que lleva 25 años en el poder.

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En Venezuela nadie tiene una mano ganada, todo está trancado y la oposición no ha cobrado, esa es la única realidad.

Esta frase convertida en mantra logró ilusionar a más de un buen cristiano, pero deja a un lado las implicaciones dolorosas que representa un proceso de transición en un sistema polarizado, marcado por la violencia y la resistencia al cambio.

Cobrar en política es lo más alejado a una transacción bancaria, las manos siempre se trancan y nadie sabe cuando cobra hasta que la otra parte está pagando.

María Corina Machado: “Venezuela es una amenaza para occidente”
En esta coyuntura política, un sector de la oposición venezolana, específicamente Julio Borges, Juan Guaidó, Leopoldo López y María Corina Machado, han elaborado con ayuda de su aparato de propaganda una retórica de difamación en la que se relaciona a Venezuela con actividades terroristas para posicionar en titulares la premisa de que es un país peligroso para todo el hemisferio.

Esta operación de propaganda mediática ha generado problemas en la comunidad de venezolanos en Estados Unidos ya que el presidente Donald Trump ha justificado su política de deportación y revocación del TPS a través de este estigma fabricado con fines políticos. Esto ha generado una señalización injusta para los migrantes con papeles en regla y sin historial delictivo.

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La justificación de esta narrativa busca obtener de la comunidad internacional y específicamente de Estados Unidos una acción militar en contra del gobierno venezolano, un reforzamiento de la política de sanciones y un mayor aislamiento comercial. Esta frase ha sido contraproducente y se ha devuelto como un bumerang a los dirigentes de la oposición que respaldan las acciones de los congresistas del sur de la Florida, el secretario de estado Marco Rubio y el presidente Donald Trump.

María Corina Machado: “Maduro está más débil que nunca”
En sustitución a la leyenda clásica “Hay ruido de sables”, la debilidad de Nicolás Maduro se ha mimetizado en una frase que se recicla también del interinato de Juan Guaidó (2019 -2022) en la que cada cierto tiempo se le asegura a los venezolanos que la debilidad de Maduro es producto de las fortalezas de la oposición. Este relato nunca ha podido demostrar los eslabones reales de la supuesta debilidad del régimen de Nicolás Maduro o por lo menos esa debilidad no ha precipitado una caída. ¿Desde cuándo los venezolanos están escuchando esto? paradójicamente, quien vaticina la debilidad de Maduro suele estar en una posición de gran desventaja.

A la oposición le ha hecho mucho daño este tipo de frases ya que generan una distorsión de la realidad política. El razonamiento de la gente es muy sencillo, si Maduro está en el poder y cuenta con el respaldo del ejército y las instituciones, no está debilitado, lo está en este caso, aquel dirigente que se encuentra en el exilio o en la clandestinidad.

La zozobra y el 10 de enero
Los agitadores mediáticos de María Corina Machado han sido las responsables, en gran medida, de fomentar un clima de zozobra en el consumo de noticias a través de las redes sociales. Estas personas han construido de forma coyuntural una gran nube de mal información en la que se perfila la realidad del país como a punto de estallar. Días previos a la juramentación del 10 de enero, se crearon de forma artificial matrices de opinión que aseguraban a través de periodistas, tarotistas, youtubers, profetas, brujos y chamanes de TikTok que Edmundo González Urrutia iba a entrar a Venezuela “Sí o Sí” en compañía de los ex mandatarios del grupo IDEA.

Todo el clima de expectativas se fue debilitando al no concretarse la llegada de Edmundo, a esto hay que agregarle el reducido número de asistentes a la movilización pautada para el 9 de enero. La zozobra sembrada y esa sensación de acontecimiento se transformó en un meme luego de que María Corina Machado hiciera una aparición pública en las calles de Chacao y después circulara un video en extrañas circunstancias desde una plaza de la ciudad de Caracas.

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El uso de la zozobra y el suspenso para generar acontecimientos y movimientos sociales no es algo nuevo. En Venezuela, la gran mayoría de los dirigentes políticos sabe cómo activar las emociones desde las redes sociales y concentrar la atención de los medios de comunicación.

La hora loca en Twitter y las donaciones a Erik Prince
Este es quizá uno de los acontecimientos más bochornosos y delirantes de la política venezolana. Se trata de Erik Prince, un mercenario norteamericano que apareció en las redes sociales luego del 28 de Julio ofreciendo liberar a Venezuela como si se tratara de un enviado de Dios o una especie de Mesías en la tierra; para ello, comenzó a realizar una “vaca” o recolección de dinero con la ayuda del mismo ecosistema mediático de María Corina Machado. Entre ellos, Iván Simonovis, Antonio Ledezma, George Harris, Franklin Virgüez, Jaime Baily, La Divaza y una larga lista de influencers, youtubers y personas que vieron esto como una oportunidad de ganar relevancia a través de la difusión de contenido político. Todo esto se hizo a pesar de lo delicado que es promover públicamente una incursión de mercenarios en el territorio de un país.

Este movimiento se llamo “Ya casi Venezuela”, nuevamente, tres palabras y el mismo propósito: generar expectativas y ansiedad política ante un acontecimiento que estaría por suceder. El mercenario Erik Prince difundió algunos videos de pocos segundos donde hablaba del caso venezolano y de su supuesta llegada con militares, pero lo increíble aquí, fue la gran cobertura que realizaron reconocidos periodistas venezolanos en la ciudad de Miami.
Cuando esto sucedió, María Corina Machado nunca negó su vinculación con este grupo mercenario, así como tampoco condenó esta iniciativa violatoria de tratados internacionales. En Venezuela, esta campaña tuvo un fuerte rechazo por parte de la población ya que no estaban de acuerdo en una intervención militar y mucho menos con una violación de la soberanía del país.

“Ya casi Venezuela” terminó en una estafa como si se tratara de un vulgar y cualquiera esquema Ponzi. Muchos donantes perdieron su dinero y a sus promotores les resulto difícil justificar el desastre que se generó por la desviación de los fondos. Nadie sabía dónde estaban las donaciones, ni el mismo Erik Prince. Mientras esto sucedía, en la red social Twitter, los operadores mediáticos con gran excitación no paraban de escribir consignas de apoyo al mercenario y todo tipo de amenazas al que pusiera en duda la operación. Durante esta coyuntura, el excomisario Iván Simonovis llegó a decir que el régimen estaba en una “fase terminal” porque Erik Prince estaría por llegar a Venezuela.

Este episodio de la política venezolana afectó la credibilidad de la oposición en un momento sensible para aquellos ciudadanos que esperaban la llegada de Edmundo González Urrutia el 10 de enero y su juramentación.

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Hoy Erik Prince no se acuerda de Venezuela.

Magally Meda se pinta la cara

La jefa del comando de campaña de María Corina Machado, Magally Meda, durante una entrevista a los canales de rutina, decidió utilizar un lápiz labial color rojo para pintarse la cara e invitar a la población a que hiciera lo mismo como símbolo de rebeldía y resistencia.

Esta protesta pacífica desató una serie de críticas, burlas y memes al demostrar una acción desesperada y un poco extraña, de poco valor político. Dicha situación dejó confundida a la misma oposición y a los ciudadanos al ser una actividad intrascendente, algo que no mejoraría el rumbo de las circunstancias. Sin embargo, el ecosistema de propaganda política se obligó a pintarse la cara como parte del control de daños.


Nadie quería pintarse la cara y subir un selfie en las redes sociales, la población esperaba acciones concretas, algún tipo de contundencia luego de las promesas realizadas por Edmundo González Urrutia y María Corina Machado.

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En la política venezolana existen “cosas extrañas” o las llamadas “Stranger Things”, situaciones que no tienen lógica, que están fuera de orden, como si se tratara de una intervención de otra dimensión empeñada en que todo salga mal, el guacal de plátanos en Altamira y la cara roja de Magally Meda son una de esas cosas incomprensibles de la política.

El enjambre y la abeja reina.

Esta supuesta estrategia de movilización fue otro de los llamados que realizó María Corina Machado luego de que Edmundo González Urrutia no pudiera entrar al país después del 10 de enero. Al perder sentido el apodo de “dama de hierro”, los agitadores mediáticos de María Corina Machado decidieron investirla de abeja y utilizar ese recurso imaginativo para liderizar algo que se llamo “el enjambre”.


A los medios de comunicación les resultó difícil explicar que era el enjambre pero esto suponía un tipo de movilización discreta, organizada y de protesta pacífica en puntos algunos sectores de la ciudad. La actividad no tuvo éxito y los ciudadanos no acudieron al llamado.


¿Estaba la población realmente convencida de que eso haría posible cumplir con los objetivos políticos? Me temo que no. Los ciudadanos cansados de tantas promesas incumplidas, marchas sin propósito estratégico y movilizaciones de alto riesgo terminaron reflexionando sobre su disposición a participar y la factibilidad de estas acciones en el plano de la nueva realidad política.

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María Corina Machado: “Cierren los ojos y esperen las señales”
Como si se tratara de una sesión de esoterismo político, recientemente se les invitó a los venezolanos a cerrar los ojos y a esperar las señales, pero ¿Qué fue realmente esto? ¿De que señales estará hablando María Corina Machado?


Pudiéramos pensar que se tratará de apoyar la reimposición de sanciones, la revocación de las licencias y la entrevista que realizó con el hijo de Donald Trump, pero todo apunta a que se perdieron las señales con los ciudadanos, con la oposición en Venezuela y con la misma comunidad internacional. En este punto observamos cómo la misma María Corina Machado eclipsó su propio sistema de comunicación a través de la cacofonía y las múltiples expectativas que puso sobre la mesa. El exceso de retórica, diagnóstico y súplicas a actores foráneos han sobresaturado la conversación política y la paciencia de la gente.


¿Quieren realmente los venezolanos cerrar los ojos o más bien necesitan abrirlos? Una pregunta para la reflexión.


Para cambiar de gobierno será necesario que la oposición esté dispuesta a cambiar a lo interno, sus métodos, sus consignas y su encuadre frente al conflicto. También es indispensable reconocer que el desgaste psicológico que sufre la población ha sido auspiciado por un pésimo manejo del lenguaje político, las emociones y expectativas. Si el liderazgo de turno continúa reciclando consignas y cubriendo de marketing sus comunicaciones será inminente una gran ola de desafección y rechazo a toda la clase política opositora. El hartazgo esta a la vuelta de la esquina.


Según estudio realizado en el mes de abril por la encuestadora venezolana Datincorp, María Corina Machado tiene 50% de rechazo por parte de los venezolanos y esto no debe sorprender, es totalmente lógico y razonable después de todo este tiempo. Es importante que la oposición, aquella que no suscribe las sanciones económicas, la asfixia comercial, los llamados a intervención militar, el financiamiento a grupos mercenarios y las humillantes campañas de estigmatización sobre los venezolanos se desvinculen sin ambigüedades de las acciones que dirige María Corina Machado y su entorno político. La credibilidad de este sector al día de hoy ha disminuido y la percepción negativa de la población se ha reforzado, no solo por la cantidad de promesas incumplidas hasta la fecha sino también por los despreciables ataques mediáticos y personales al resto de las organizaciones de la Plataforma Unitaria, grupos académicos, autoridades universitarias de la UCAB, la UCV, representantes de la empresa privada, artistas, gremios, Conferencia Episcopal Venezolana y hasta el cuerpo diplomático que reside en el país, como sucedió hace unos meses con las embajadas de Suiza, Colombia, México y Portugal.

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Este entorno cargado de insultos y sin el más mínimo razonamiento político no abona el camino al fortalecimiento estratégico de la oposición sino todo lo contrario, la estanca, y los venezolanos están percibiendo precisamente eso. Un cuerpo político arrastrado por la improvisación, la manipulación y la emocionalidad. El silencio y la dependencia a las decisiones de Donald Trump en detrimento de miles de venezolanos que residen en Estados Unidos es otro de los factores de incompatibilidad, así como también, la satanización conveniente del voto, el diálogo y la negociación política. Es inminente el fracaso de la estrategia de María Corina Machado a nivel nacional e internacional. La realidad terminó aplastando la retórica, la soberbia y el exceso de consignas.



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