Connect with us

La Lupa

David Placer nos muestra la cara agridulce de los "Venezolanos por el mundo"

En su canal de YouTube, el joven periodista se ha lanzado a contar las historias de quienes se han ido. A veces tristes y a veces admirables, David Placer viaja, entrevista, graba y edita cada una sin más ayuda que sus ganas de descubrir qué hacen y dónde están los que se fueron. Casi llora en un capítulo y en otro logró conseguirle empleo a un venezolano que emigró a Suecia

Foto del avatar

Publicado

/

Caracas/Foto: Cortesía. Si cuenta su vida laboral, pareciera que David Placer tiene 50 años en el oficio: trabajó en portales digitales venezolanos, escribió dos libros de mucho éxito (Los Brujos de Chávez y El Dictador y sus Demonios), pasó por medios y portales en Barcelona, España, y fundó su propia productora en Madrid, "Placer Producciones", donde genera contenidos para las redes de algunas empresas, hace publicidad convencional y ha comenzado a realizar eventos grandes, como producir la gira que hará el humorista George Harris a España.

Lea también: Exclusivo: Las pistas detrás del femicidio de Alexandra Silva

Este año España Venezuelan Press le otorgó el Premio Miguel Otero Silva por su trabajo en "Venezolanos por el Mundo", el programa que transmite en su canal de YouTube sin más ayuda que sí mismo porque viaja, hace las entrevistas, conduce y edita todo, lo que más tiempo le lleva y menos gracia le hace. 

"Esto comenzó en la pandemia cuando me conecté a Instagram Live, aburrido, y empecé a decirle a los venezolanos "muéstrame dónde vives, la ciudad, lo que haces"... y empezó a aparecer gente desde Oslo hasta Seúl que me mostraban cosas simpáticas, curiosas, diferentes, divertidas y bonitas de las ciudades donde vivían. Entonces, cuando logré el primer patrocinio, me dispuse a hacer lo mismo, pero en el sitio y por YouTube para mostrar cómo se vive y se trabaja siendo emigrante venezolano".

Pero ver cada capítulo de venezolanos en España, Estados Unidos, Italia o Israel, genera una respuesta emocional agridulce porque, en conjunto, se percibe como una gran pérdida para Venezuela el hecho de que tanta gente valiosa se haya ido y lo esté haciendo tan bien en otro país.

-¿Sabías eso?

Advertisement

- Sí. Mucha gente me dice que le da mucha alegría ver a los venezolanos triunfando, que les encanta un programa donde se muestra y se explica cómo se vive y se trabaja en cada uno de esos destinos donde estamos migrando. Pero eso genera sentimientos encontrados y que son una consecuencia lógica de este programa, aunque no fue hecho con esa finalidad. Pero era inevitable preguntarle por su vida en Venezuela y su nueva vida en otro país. Y eso es lo que da lugar a esos sentimientos que a veces no son tan agradables porque se mezcla  el dolor, el desarraigo y la tristeza que produce el hecho migratorio. Siempre se cuela un elemento de nostalgia, de tristeza por la familia rota o el dolor de mucha gente que quiere regresar. Y eso es lo que hace el programa, reflejar lo que es  abandonar tu país. Aunque, por supuesto, también hay alegría por la nueva vida que han emprendido, que es mucho más segura, así como las oportunidades que les ofrece ese nuevo destino. Pero siempre habrá  desarraigo y tristeza, porque eso es la emigración.

- ¿ Y no te quedas también  con la sensación de que toda esa gente podría estar en Venezuela construyendo al país?

- Eso es lo segundo que ocurre y me comentan muchísimo también. Es una reflexión que  se repite en dos colectivos en particular: los médicos y la gente que trabaja en la industria petrolera. Sobre ellos siempre surgen esas reflexiones:" tanto que los necesitamos en Venezuela, todo lo que estuviesen haciendo allá".  

- ¿Pero a ti también te afecta?

Sí me afecta, totalmente. Yo entrevisté a mi tía en el programa "Venezolanos en Galicia" y estuve a punto de ponerme a llorar con ella. Me contuve. Porque es una mujer que añora Venezuela, que los mejores años de su vida los pasó allá, que extraña muchísimo a su país. Y esa es otra de las enseñanzas, que muchos adultos mayores -portugueses, gallegos, italianos- que emigraron a Venezuela, cuando les hablas de ese país, se les llena el corazón y siempre aseguran que sus mejores años los pasaron allí. 

Advertisement

-¿Cuáles historias de estos venezolanos te han marcado? 

Casos que me marcaron para bien hay muchísimos. Por ejemplo, en Houston conocí a tres  instructores de paracaidismo venezolanos, quienes (y no me lo contaron ellos, sino que lo vi) son superqueridos, porque son muy simpáticos, dicharacheros, son el alma de esa  escuela, que es la mayor escuela de paracaidismo del mundo. Y ellos son los jefes de esa vaina. Me impresionó ver cómo son tan queridos por todos los que trabajan allí. También me impactó la historia de un chamo de Catia, David Mantilla, que ahora trabaja en el sector de la seguridad del Pentágono. De hecho, es quien abre el reportaje sobre "Venezolanos en Washington". Un muchacho humilde a quien respetan mucho en su trabajo, sus compañeros  lo saludan con efusividad y cariño. Y eso me impactó porque tenemos la percepción de que los  norteamericanos son mucho más lejanos y fríos en el trato, pero a él lo adoran. Y eso me ha hecho  pensar que los venezolanos tenemos algo en nuestra forma de ser y acercarnos a la gente, que nos hace distintos. Nos quieren muchísimo. Sobre todo en ese perfil de quienes van a trabajar y hacerlo bien. 

Aunque también me llevé una sensación dolorosa al ver a una venezolana, exgerente de Cuentas de grandes empresas de publicidad en Venezuela, que tuvo cargos de mucho peso allá y se tuvo que ir a Sicilia a salvarle la vida a su hijo que sufre de leucemia. Y todo lo que me contó esa mujer fue muy duro.

En este afán, David Placer ha hecho entrevistas de todo tipo:  a la hija de Raul Amundaray, al hermano de José Altuve (uno de los venezolanos de mayor éxito en las Grandes Ligas ahora) y a un neurocirujano venezolano en Tel Aviv, Samuel Moscovici, que estuvo 18 horas seguidas haciendo una operación a un hombre que se le clavó en la cabeza una viga y le atravesó el cerebro de punta a punta. Y lo salvó. "Es un neurocirujano que se graduó en la UCV y ahora es un profesional muy respetado en Israel. Historias así hay miles, pero a mí particularmente me marcan mucho las de los  extranjeros que añoran Venezuela, como mis dos padres que son españoles, pero su familia emigró a Venezuela y ahora ellos tuvieron que emigrar otra vez".

También le impresionó el caso del Texas Medical Center, que es el centro médico pionero de investigación  de cáncer en el mundo "y está plagado de médicos venezolanos.  De esos entrevisté a dos. Para mí fue mucho orgullo hacerlo. Ambos me contaron lo difícil que fue entrar allí, hacer carrera, escalar, y todos provienen de la UCV.  Ellos están entre los casos que considero más exitosos profesionalmente, aunque hay otros que también han alcanzado el éxito personal y financiero a través de algún emprendimiento.

Advertisement

Y me hizo mucha ilusión que, durante el programa de "Venezolanos por el Mundo" donde me conectaba por Instagram, entrevisté a un joven que estaba  trabajando como ingeniero en una empresa en el Círculo Polar Ártico. Y luego de que contó su experiencia,  lo contactó otro venezolano- que sigue mi cuenta  y estaba en Suecia-  y le preguntó si le podría dar trabajo. Mandó su currículum, hizo todo el proceso de entrevista y obtuvo el trabajo en esa misma empresa sueca. 

Eso me llenó de emoción. 

Y a partir del programa de "Venezolanos  en Galicia" el gobierno de Galicia me llamó para difundir  iniciativas de trabajo que están haciendo ellos para las comunidades gallegas en el exterior, incluso ayuda para retornados a Galicia. Eso fue muy satisfactorio también.

-¿ Qué te preguntarías si te entrevistaras a ti mismo como otro venezolano "por el mundo"?

No sabría dónde hacerlo, porque suelo centrarme en la ciudad donde está cada uno. Y en mi caso serían dos ciudades, porque he pasado la mitad de mi vida migratoria, primero en Barcelona y luego en Madrid. Yo suelo comenzar cada entrevista con el venezolano mostrándome la ciudad, y lo que hacen, así que yo debería contar mi trabajo en los medios catalanes, donde estuve inicialmente, y luego aquí en Madrid. Cuando emigre pensaba que traía una carrera y no era verdad. Yo me formé profesionalmente aquí en España. También aprendí mucho de los medios digitales donde trabajé en Venezuela, pero  los medios de aquí han sido mi escuela. Diría también que toda mi familia está aquí y que mi vida ha sido la de una emigración de doble vía, porque mis padres nacieron en España y se fueron a Venezuela, donde siempre fueron inmigrantes, siempre se sintieron entre dos aguas, dos mundos y resulta que ahora yo me siento igual aquí.

Advertisement

- Podrías decir que la mayoría de los que han entrevistados quieren regresar a Venezuela? 

Sí, es una esperanza constante. Y si eso ocurre, si la diáspora regresa, vamos a enriquecer al país de una manera similar a como lo enriquecieron las olas migratorias europeas a Venezuela,  que aportaron un enorme beneficio a nuestro país. Esas oleadas de españoles, italianos, portugueses que ayudaron a forjar una clase media preparada, que contribuyeron culturalmente con valores de esfuerzo y trabajo...  gente que vivió la guerra y fueron luego tan ahorradores, metódicos, y contribuyeron en muchos aspectos al crecimiento de nuestro país. Creo que  todo eso se repetiría con este regreso.  Los chamos vendrán con otra visión, sabiendo que si el semáforo está en rojo hay que pararse, que el soborno al funcionario público está mal... que llegarán con una visión de sociedad más avanzada en algunos aspectos y contribuirán a la mejora del país.  Aunque creo que una buena parte regresará y otra no, porque ya echó raíces y tiene su vida afuera. Ojalá todos nos regresemos aunque sea para irnos a jubilar allí. 



Tendencias