Donald Trump no quiere que la prensa cubra la lectura de cargos en su contra

Caracas / Foto Portada: cortesía.- Tras regresar de Manhattan, donde se tiene previsto que se entregue voluntariamente a las autoridades, el ex presidente Donald Trump hará una rueda de  prensa en su mansión en Mar-a-Lago para responder las acusaciones que conocerá hoy ante la corte federal de Manhattan.

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La defensa del magnate neoyorquino expresó ante el juez su desacuerdo frente a la petición de los medios de retransmitir la lectura de cargos porque  crearía una “atmósfera de circo” y sería “inconsistente con la presunción de inocencia” de Trump. De modo que los medios de comunicación estadounidenses no podrán transmitir en vivo la lectura de los cargos contra el expresidente republicano Donald Trump en la Corte de Manhattan.

Esto forma parte del intento de Trump de proyectar una imagen de fuerza y desafío y convertir los cargos en un activo político para impulsar su campaña presidencial de 2024. De hecho, desde que se conoció la acusación, ha recaudado más de cinco millones de dólares de apoyo a su candidatura.

En este caso, Trump enfrenta diversos cargos de falsificación de registros empresariales, incluido  un delito grave, según  la acusación formal que un jurado investigador de Manhattan entregó la semana pasada y a la que tuvo acceso  The Associated Press a través de dos personas ligadas al caso y que hablaron a condición de guardar el anonimato, ya que la acusación continúa bajo precinto.

Trump es  el primer expresidente del país en afrontar cargos penales tras ser imputado por un gran jurado de Nueva York en un caso relacionado con el pago de sobornos a la actriz porno Stormy Daniels , con la que el exmandatario habria tenido relaciones sexuales en 2006.

Pero, como escriben hoy en The New York Times dos profesores de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York,  Ryan Goodman y Andrew Weissman,  "Este caso es solo una de las varias investigaciones en curso sobre la conducta de Trump —lo que incluye la posibilidad de una investigación financiera mucho mayor por parte del fiscal de distrito de Manhattan—, y comprar el silencio de alguien es sin duda el menos grave de los delitos".

"No involucra la insurrección y el socavamiento del traspaso pacífico del poder, fundamental para nuestra democracia, ni la retención de documentos clasificados y la obstrucción de una investigación de seguridad nacional. Pero ¿significa eso que la causa penal de Manhattan es un ejemplo de enjuiciamiento selectivo, es decir, de persecución de un adversario político por un delito del que no se acusaría a nadie más? Ni de lejos".

"Para empezar, Michael Cohen, exabogado de Trump que tuvo un papel decisivo en la trama, ya se ha declarado culpable de un delito federal derivado de esta conducta, y ha cumplido condena por este y otros delitos. Los fiscales federales declararon en la corte que Cohen actuó en coordinación con y bajo la dirección de Trump (identificado como 'Individuo 1'). Sería anatema para el Estado de derecho no enjuiciar al responsable directo del delito, cuando se ha procesado a un conspirador de menor nivel".

"Parte de la acusación se centra en los mecanismos que, aparentemente, Trump y Cohen idearon para llevar a cabo el presunto plan: Cohen había organizado los pagos a la actriz porno Stormy Daniels, Trump se los habría reembolsado a Cohen, y Cohen y Trump habrían encubierto el verdadero concepto de los pagos al registrarlos como unos honorarios en virtud de “un contrato de prestación de servicios” jurídicos que, según el Departamento de Justicia, nunca existió.  Dado que Cohen tenía que incluir tales “honorarios” en su declaración de la renta, la Organización Trump habría pagado a Cohen unos montos adicionales para cubrir esos impuestos. Asimismo, para mantener en secreto los pagos a Daniels, ni Trump ni su comité de campaña declararon los pagos como una donación electoral de Cohen o del propio Trump".