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La Lupa

El chavismo no intentó disimular el fraude cuando vio los números en rojo

Las maromas oficialistas no pudieron esconder que la participación final llegó a 25%, a pesar de lo que diga el CNE. Hubo propaganda del partido de gobierno en los centros de votación, repartición de mascarillas con las siglas del Psuv y miembros de mesa con franelas del partido rojo, pero cuando los números mostraron una participación menor de 18%, el gobierno echó mano de la Operación Chantaje para llevar gente a votar contra su voluntad

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Caracas.- Una de las mejores conclusiones del megafraude del 6 de diciembre lo resumió el dirigente Julio Borges en una entrevista con el portal La Patilla: "Sacaron más votos cuando perdieron", refiriéndose a las anteriores parlamentarias cuando, con el CNE en contra, la oposición le dio una paliza mayúscula al chavismo. Pero esta vez la foto electoral fue peor porque  la golpiza se las propinó la indiferencia  de los millones de venezolanos, hartos ya de votar por el gobierno y sus embustes constantes.

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Aunque quizás ya en Miraflores se presentía que el asunto no sería tan fácil, al extremo de que, según reportes de votantes, dentro de los centros hubo actividades de tipo propagandístico (prohibidas por la ley), como la abusiva repartición de mascarillas con signos del PSUV y así como militantes del partido de gobierno que eran miembros de mesa y lucían sus  franelas con las  siglas del partido de gobierno.

Regresaron igualmente los tristemente famosos  puntos de control del PSUV cerca de los centros e incluso dentro de ellos. Pero cuando ya la casi absoluta ausencia de colas fuera de los centros de votación se hizo notable  a lo largo del día (y hasta la hora de cierre, reglamentaria), el gobierno constató alarmado que el porcentaje de participación a las 4 de la tarde, apenas rozaba el 18% y media hora después del cierre reglamentario (6 y 30 de la tarde), la cifra llegaba apenas a menos de 23%. Y aunque el gobierno se dedicó entonces a chantajear a los suyos  por las redes sociales y trataron de llevar gente buscándola  casa por casa (asunto que hasta Michelle Bechellet  criticó duramente), las cifras finales ha sido estimada por expertos en 25%, aunque la presidenta del CNE, Indira Alfonzo, haya dicho  en la madrugada del lunes que  la asistencia de votantes fue 31 por ciento.

De poco les sirvió el llamado chequeo del  carnet de la patria o el vergonzoso reparto de   bolsas de comida CLAP a la salida de los centros,  en abierta violación a la normativa electoral. Porque la inasistencia de los votantes alcanzó incluso hasta a los miembros de mesa, muchos de los cuales ni siquiera se aparecieron y se tuvieron que  instalar con un precario número de miembros. 

La prolongación por parte del CNE de la jornada electoral, anunciando por Twitter que la hora de cierre sería a las 7 de la noche y por TV y radio que sería a las 8 pm, originó confusión en los centros de votación. Casi la mitad de los centros permanecieron abiertos después de las 6:00 p. m. hora oficial de cierre, a pesar de la ausencia de electores en espera. Y una tercera parte cerró después de las 8 de la noche, esperando que el chavismo arrastrara a los suyos.

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Pero nada de eso les funcionó. Porque, como dijo Julio Borges, "sacaron más votos cuando perdieron".  Porque ganando, perdieron.





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