La Lupa
El exilio de González: ¿catalizador de un cambio de estrategia en la oposición?
Aunque en el mundo opositor se asimila la partida de Edmundo González Urrutia (EGU) a España, es preciso analizar los motivos para su decisión. Un documento que es citado, pero no con la importancia debida, es la carta del canciller del Reino de los Países Bajos. Ofrece elementos para inferir qué pudo ocurrir para que EGU decidiera solicitar el asilo. La comunicación del canciller habla de la situación post 28 de julio, de la violencia y las amenazas a figuras de la oposición. El canciller señaló que, por este motivo, “a petición suya urgente” -de EGU- decidió darle hospitalidad en la embajada de los Países Bajos desde el 29 de julio. Mi análisis es que el canciller buscó que EGU se quedara en Venezuela, pero “EGU indicó que, sin embargo, quería irse” (subrayado mío). Caben dos hipótesis para su salida: temor justificado o catalizar un cambio y revisión de la estrategia de la plataforma. El artículo analiza sendas hipótesis y la coyuntura actual de la oposición
Caracas.- Este artículo iba a ser de lo que llamo “la zona 0” en la política venezolana. Por “zona 0” entiendo la situación en la que el gobierno no tiene ningún contrapeso, pero sí una percepción muy intensa que es amenazado, y una oposición que no es capaz de dar con una estrategia para que el ejecutivo reconozca el resultado del 28 de julio o, en su defecto, la oposición sea un actor relevante a los ojos del ejecutivo para conversar. Relevante es que lo respete sea porque negocia, sea porque lo reconoce como contendor político o como uno armado. En criollito, el gobierno le busca pleito a todo el mundo, está guapo, y no hay frenos, ni institucionales ni de la oposición. Se siente con derecho a “carajear” a todo el mundo porque enarbola algo que llama “la dignidad de los pueblos”.
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En lo internacional también hay una “zona 0”. Países repiten lógicas de otros años porque no se puede hacer otra cosa. Las sanciones a 16 personas del chavismo me parecen lo más inútil que hay. En las FAN, generaron la reacción contraria. Pero como no se sabe qué hacer se repite lo mismo porque “algo hay que hacer”. Sanciones, reconocer a EGU, cuando lo que el parlamento español debió exigir es la publicación de los resultados desagregados. Para que EGU sea reconocido como “presidente electo” tiene que ser certificado ¿Puede hacerlo el parlamento de otro país? No, pero “hay que hacer algo” porque no se sabe qué hacer.
“Zona 0” no es un “empate catastrófico” ni tampoco un “punto muerto” en el sentido de dos fuerzas similares o diferenciales que son pugnaces. Esa época fue previa al 28 de julio. No sé si regresaremos a ella.
Justamente lo que no hay es el terreno para la disputa -es lo que de manera hábil deja ver el comunicado de Colombia del 9-9-24 y quizás explique lo taimado de Petro frente a un Lula molesto, con razón a mi modo de ver, y la explicación de Pedro Sánchez para no reconocer a EGU- y por eso el comportamiento “busca pleitos” del gobierno.
Pensaba escribir acerca de lo anterior y cómo buscar o lograr el terreno para la disputa, que sería algo como darle canal a un conflicto cuya lógica es aumentar. Lo que llamo los “contenciosos” que son mecanismos políticos para tramitar el conflicto de manera no pretoriana. En sencillo, que el conflicto tenga canales políticos y no violentos, sea la represión del Estado o la violencia política.
Pero el 8-9-24 en la noche se anunció que EGU partió a España y eso cambió mi plan. Sobre la ida de EGU escribiría la semana que viene, pero lo hago ahora, y me salgo de una regla de mi lógica de análisis: de lo general a lo particular (aunque no excluyo la vía inversa, que es la que haré ahora). Es decir, mi lógica sería ir del contexto político a la decisión de EGU. Pero voy de la partida de EGU al contexto político porque su salida catalizó hechos relevantes. Todavía no tengo claro cuál es la causa de su salida. Creo hay dos motivos que la explican.
En un Sextante para mi Tiktok que publiqué el domingo 9, analicé la partida de EGU como una decisión difícil de tomar y que obligaba a la oposición a pensar en su estrategia de forma política. Luego conocí una carta sobre el caso del canciller del Reino de los Países Bajos y me dio otra perspectiva, 180° diferente a la que tenía cuando grabé Sextante. Antes de la carta del canciller, intuía que la salida de EGU mostraba tensiones dentro de la plataforma -en la que incluyo a María Corina- visibles en la visita de José Vicente Haro al fiscal Saab, tanto por lo que el abogado dijo como por la carta que EGU envió al fiscal. Mi olfato me indicó que algo pasaba. La visita no pareció coordinada con María Corina. Por su tuit sobre el encuentro, creo no la aprobó por su opinión hacia Saab. Con el viaje de EGU a España, no caí que podía ser otra señal de tensión interna, pero la comunicación del canciller de los Países Bajos me hizo ver que su salida podía ser el punto culminante de la tirantez dentro de la plataforma.
No es muy halagador ese escenario, pero es posible. Quién “traicionó” o “engañó” a quién, si EGU a MCM o ésta a EGU, el tiempo lo dirá, si pasó eso. Si es lo que el periodismo de María Corina difunde desde antes de las primarias, que el G4 busca reducir su liderazgo, igualmente se verá en los hechos. Por lo pronto, la salida de EGU hace visible dos motivos para su salida: un justificado temor o una decisión para catalizar un cambio o revisión de la estrategia dentro de la plataforma unitaria. Honestamente no sé cuál de las dos será. A lo mejor es una combinación. Preferiría la segunda a la primera porque ésta simplemente es por temor, justificado, pero un temor que EGU no pudo manejar, pero justificado. Pero irse por miedo no es muy honorable que partir por una diferencia estratégica para catalizar un cambio de rumbo dentro de la oposición que evite repetir una estrategia que fracasa desde 2013, pero la plataforma sigue pegada ahí (la de la “presión y el quiebre”).
Lo anterior por una pregunta que me surgió cuando leí el texto del canciller de los Países Bajos ¿Por qué EGU se fue a una embajada desde el 29 de julio, y no informó?
No cuestiono que haya ido a una sede diplomática, pero sí que no lo haya informado. Eso sí me parece grave, pero es algo muy de la oposición. Esa pose de los “calmados, que nunca se despeinan”, y por eso sus “silencios honorables” o “con dignidad”.
Por ejemplo, el gobierno destrozó a EGU con el tema de su estancia en El Salvador como diplomático. Nunca leí un desmentido o algo que confrontara esa grave acusación. Siempre con esa pose de “la gente honorable y decente que sabe a quién responder”. El “águila no caza moscas” de Chávez versión “Venezuela civil”.
No era cuestión de modales sino de responder a esa acusación que se la machacan a EGU todo el tiempo. Tampoco leí una postura desde la oposición sobre los hechos de violencia luego de las elecciones. El ejecutivo los vincula a la oposición. Esta no ha dicho algo. A lo mejor sí afirmó algo y no lo leí. El día 14-9-24 el ministro del interior, Diosdado Cabello, ofreció una rueda de prensa para denunciar a grupos de violencia política con puntos importantes que deben ser considerados. No dijo cualquier cosa. Estaba trajeado, que ya es relevante para lo que comunicó.
Igual pasa con el programa de Diosdado Cabello los miércoles. El hoy ministro cada semana lista los portales y nombres de integrantes de lo que llamo “el batallón de destroza personas y reputaciones de cierta oposición en tuiter”. Ninguno de los mencionados por “Diosdado” lo desmiente. En este caso, no lo hacen para “darse su puesto” sino por miedo. Y tan valientes que se ven cuando destrozan a alguien en redes sociales.
EGU y la plataforma pudieron hacer como Betancourt. Cuando EGU partió a España, en redes sociales se publicó una carta de Rómulo con fecha 1-12-48 en la que el líder de AD explicó por qué se fue de Venezuela. Se sacó para justificar la salida de EGU al buscar una “regularidad histórica” (acerca de esta idea vuelvo más adelante). No hay problema en publicarla hoy para justificar a EGU, pero en su carta, Betancourt dijo algo que EGU y su equipo no aplicaron. Escribió Betancourt que, “(…)creo que el CEN, para evitar desconcierto, debe decir en un comunicado impreso, que ordenó mi asilamiento y salida al extranjero”. Tan sencillo como haber hecho algo similar, pero versión 2024.
El comunicado lo hizo Delcy y, luego, apareció una grabación de EGU cuando llegó a España, una carta muy criticada, y luego otra que leyó su hija a modo de “control de daños” que es algo que emociona en la oposición.
Así es la oposición. Uno concluye que en Venezuela nadie tiene motivos para cambiar. Son felices así. Sus comunicaciones no son buenas, pero están contentos así. O comunicados fofos o exposiciones en prensa en el formato de un vocero rodeado de dirigentes como en la época de Chávez. Eso no va a cambiar. No hay motivos para. Están satisfechos así. Así que paso. No me desgasto más en decirlo.
Pero ese estilo tiene consecuencias políticas. Es el hecho. Revela que su capacidad para influir es limitada y parece que “la tira a pegar” para ver si, por sin, se produce el “quiebre”.
En redes sociales la tomaron contra el fiscal de la CPI -antes elogiado- al acusarlo de un conflicto de intereses en la investigación “Venezuela I”. La fiscalía de la corte señaló que no hay conflictos de intereses.
Mi interpretación es que lo presionan para que ordene la detención de Maduro y cierta oposición calcula que, si pasa, precipitará una crisis dentro del gobierno que culminará en el famoso “quiebre de la coalición dominante” y la posterior “transición”.
Igualmente, aparecen noticias de detenciones de aviones o barcos con drogas que vienen desde Venezuela. Ese formato se usó en el pasado. Otra vez buscar la calificación de “corporación criminal” y el “cartel de los soles” para ver si algún “duro del mundo” toma acciones y “libera a Venezuela”, o los “cuadros medios” del mundo oficial se “fracturan”. Es lo mismo siempre. Buscar algo externo. Un locus y así se crea una expectativa para vivir los meses que vienen, que se agotará en diciembre, cuando veremos tuits sobre los suculentos platillos y veladas de la época. En resistencia, por supuesto, para regresar en enero de 2025 “con las baterías cargadas” y apostar “a la presión interna y externa” cuyo punto máximo será el 10 de enero para ver si se da “el quiebre”. A lo mejor EGU ponderó todo lo anterior y estimó que inmolarse en una sociedad que no tiene esa cultura -ni el polvorín de Ricaurte que aprendimos en la escuela lo dejó- optó por partir para tener maniobra política fuera de Venezuela. Ya tuvo un encuentro con Pedro Sánchez, Mariano Rajoy, y Felipe González. Y se le ve muy bien, sonriente, en su ambiente, “como pez en el agua”. No lo vi así durante la campaña. Tal vez quiso salir de la inercia venezolana que es un trapiche. Tritura todo y a todos. Si fue por eso que salió de la nación, no tengo objeciones. Lo gris de la vida venezolana -aunque sea caribeña- es demoledor. Si se fue por eso, buena decisión.
Por supuesto, aquí entra el gobierno. No es inocente. La declaración del presidente en su programa del 9-9-24 en la que fue amable con EGU no es creíble salvo que Maduro sea un genio de la política y desarrolle una operación para aislar a una oposición que considera subversiva y lo logra. Chávez se quedó corto y tendrá que aparecer un nuevo Maquiavelo porque Maduro da clases.
Pero para el análisis convencional en donde me muevo, lo dicho por el presidente Maduro sobre EGU en su programa del 9 es cínico. Pero a lo mejor estoy equivocado.
El análisis del artículo es antes del encuentro entre Pedro Sánchez y EGU, de la aprobación en el parlamento español de una propuesta que lo reconoce como “presidente electo”, y de las declaraciones de Maduro, Cabello, y Rodríguez luego del 9. Me luce que hay un “juego bien maquiavélico”. Pedro Sánchez le mete a lo maquiavélico. No es Núñez Feijoo, ni Cayetana, ni Díaz Ayuso, con el respeto. Sánchez sabe de política de verdad, verdad. Su afirmación de “un margen de mediación de aquí a final de año” es polisémico, pero muy importante. Será para otro análisis. Me quedo en el tiempo hasta el 10-9-24.
Mi hipótesis para el encuentro entre Saab y Haro era que podía ser la puerta para crear un contencioso entre el gobierno y la oposición al reconocer a la fiscalía. No resultó. Como EGU no fue a la fiscalía, Saab indicó que se mantiene la orden de detención y, más bien, su caso ahora es más grave (con EGU ido, señaló que el caso se cerrará judicialmente). Se retrocedió en lo que parecía ser un contencioso en el cual EGU reconocía a la fiscalía y el Estado no sabemos qué haría o reconocería a cambio. Por esto seguramente EGU no asistió a la fiscalía, porque los tratos políticos que el chavismo ofrece -borracho de soberbia como está, véase la rabieta del presidente de la AN contra España en la sesión del 11-9-24- son humillantes desde el punto de vista político.
El contencioso fracasó porque el gobierno tal vez ofreció un trato pequeño a EGU y el costo para él sería muy alto. Si quería deslindar de Machado, lo ofertado por el ejecutivo no fue suficiente. Quedó atrapado entre dos malos extremos: entre el gobierno o chocar con Machado. Luego, es mejor volver a la situación ex ante que es hacia donde derivó la reunión Saab-Haro.
El gobierno no quiere negociación sino humillación, y la oposición no tiene capacidad para evitarlo, pero no puede aceptar la humillación. Esta situación ni siquiera resulta en un “empate catastrófico” sino en algo como la “incapacidad para algo catastrófico”. Es decir, todos los mecanismos políticos están tan averiados que ni siquiera un “empate catastrófico” es posible. O someterse o mantenerse al margen. Es lo que hay.
El ejecutivo reclama una “oposición que haga política” pero cuando aparece, la destroza, para que los que “no hacen política” destrocen a la “oposición que hace política”, y volver a pedir políticos que serán destrozados nuevamente, y así con este “círculo perverso”. Ahora el ejecutivo pide políticos para las regionales, pero no los reconoce. Se burla de ellos y eso cae mal en la oposición porque los ve como “cohabitantes”. El gobierno no quiere adversarios porque no los respeta. Ni siquiera respeta a la oposición que promovió en la Asamblea Nacional. El ejecutivo quiere un imposible: una “oposición obediencial”. Entre un mal arreglo e irse, EGU optó por lo segundo. Es más digno desde ese punto de vista. Soy de los que dice hay que reconocer y convivir con el chavismo, pero no como el chavismo quiere. Mi diferencia es que su humillación no la traslado a discursos de “dignidad” y de “DEA agent” -otra vez de moda- sino en la insistencia política que puede no conducir a nada y uno quedar como un tonto político. Asumo el riesgo. Así como los que prometen “liberaciones” e invasiones, den el paso. Menos videos en tuiter.
La partida de EGU tiene muchas aristas para el análisis. Su ida simboliza una ruptura dentro de la oposición, sea por asuntos de fondo o por la represión del Estado el que desarrolló una operación para destrozarlo en todos los sentidos. Se afincó más en el candidato ganador el 28 que en la dirigente de Vente. Posiblemente porque supo que no era un político profesional y que no aguantaría esa presión que es lo que parece pasó.
Otro punto clave de la carta del canciller de los Países Bajos es que EGU informó al reino, a principios de septiembre, su intención de irse de Venezuela. Tanto el reino como España dejaron ver al diplomático que se quedara en Venezuela en alguna de sus sedes, pero EGU mantuvo la voluntad para irse. Lo relevante es que el internacionalista estuvo en embajadas desde el 29 de julio ¿Por qué? Es la pregunta que me ronda en la cabeza.
Uno puede pensar que temió por su seguridad, que intuyó que era el eslabón débil y que el gobierno iría por él o, al ver que sus propuestas de estrategia -seguramente tendrían que ver con los resultados del 28 y el tema del TSJ; se recuerda que se afirmó que EGU quería ir al tribunal pero que voces le dijeron que no asistiera, aunque la fuente es el fiscal que no es creíble, pero no hay que descartar que haya sido así- no fueron tomadas en cuenta, optó por solicitar el asilo. Quizás su lógica fue presentarse, ser candidato, y a lo mejor seguir dentro de las reglas del sistema autoritario para pelear su victoria. Algo como lo que Enrique Márquez hace, que me parece bien, pero Márquez no tiene fuerza política. Es decir, ir al TSJ. Pero al salir las actas en la web, calculó que su posición estaba en riesgo, no fue escuchado por el grupo Machado, y optó por irse a la embajada del Reino de los Países Bajos dado que no se iba a inmolar por una estrategia que fracasaría (como es hasta ahora, y todo luce que se va a repetir).
Por lo anterior, Delcy destacó que EGU fue de manera voluntaria a la embajada de España -también para quitarle al gobierno los cargos que presionó a EGU para que se fuera, que fue su mensaje al llegar a España e igual el de Borrell- y que su salvoconducto se otorgó con base en las normas internacionales.
Desde España, su canciller informó que EGU buscó el asilo, que lo hizo de manera personal, no sugerido por nadie -como se escribió antes, España y los Países Bajos dejaron entender que querían a EGU en Venezuela- y que no hubo ningún acuerdo con el gobierno más allá de gestionar la salida del embajador.
Está, entonces, este primer punto. Los motivos reales para su salida. Recapitulo. EGU se fue por temor o por estar en desacuerdo con la estrategia adoptada por MCM luego de los primeros resultados del 28 de julio. Posiblemente EGU quería una estrategia dentro de las reglas del sistema y Machado desafiar al sistema en la tesis del quiebre. Al ver que su seguridad estaría en riesgo y que sería el chivo expiatorio -fue el candidato- optó por irse a una embajada y, al ver el momento político de la coyuntura sin evolución favorable para la oposición, solicitó el asilo a España, país en el que considera podrá desempeñarse mejor desde el punto de vista político, como lo hace ahora.
Aquí viene el segundo punto. Si mi hipótesis sobre los dos motivos de EGU para irse tiene base ¿por qué España y el Reino de los Países Bajos querían que EGU se quedara en Venezuela, aunque hubiese sido en alguna de sus embajadas? Por lo simbólico.
Si bien dentro de un sistema autoritario no es necesario quedarse -está el caso de Sveta en Bielorrusia quien ganó las elecciones en 2020, tuvo que salir del país y todavía está fuera de su nación, por no poner el caso de Betancourt en 1948- irse de sorpresa es un golpe simbólico muy importante para la oposición. Días antes el abogado Haro había señalado que EGU no se iría de Venezuela, “en modo alguno, no está planteado ese escenario”, aseveró. Que haya sucedido tiene un impacto muy grande en la oposición. Además, en el mundo opositor domina la idea que “algo pasará” entre septiembre y enero de 2025 que terminará con la salida de Maduro.
Que EGU se vaya debilita esa idea. En el sentido que si el ganador de las elecciones del 28 de julio no está en el país ¿cómo se dará lo que se dice que “pasará algo” para que sea juramentado en enero de 2025? Posiblemente por esto el gobierno aceptó el salvoconducto, para alejarlo de Venezuela. Quizás el gobierno creó el ambiente para que se fuera, pero la decisión la tomó EGU, y el ejecutivo no puso obstáculos para su salida. Delcy destacó que la salida de EGU se hace en aras “de la paz”.
Simplemente el gobierno baja el tono para atacar porque EGU salió -tono bajo que rompió el parlamento español con su decisión- aprovecha el momento, porque sabe que simbólicamente se refuerza la idea de un Maduro en el poder, así sea por un tiempo, pero la percepción que se va pronto e, incluso, en enero comienza a perder fuerza. El gobierno gana en el sentido simbólico: logró aventar al candidato de la plataforma sin un costo directo porque no lo apresó o lo agredió. Lo hostigó, sí, para coadyuvar a esa salida que EGU ponderó en su propia reflexión.
La oposición recibe un golpe importante que afectará su estrategia. Machado escribió un tuit en el que aseguró que la ruta se mantiene y que ahora hay una división del trabajo entre ella y EGU. María Corina adentro y EGU afuera.
El gran problema para la oposición -tema de análisis en los artículos para El Cooperante desde el 29 de julio- es cómo asumirá la situación política con un gobierno que está, no a la defensiva como era antes -respondía a los intentos para derrocarlo si era el caso- sino a la ofensiva: desafía incluso a sus aliados y a figuras senior de la izquierda como Lula.
Lo anterior posiblemente sea la estrategia del gobierno. Aislar a Machado. Primero fue con las detenciones de personas de su círculo -aquí entra el hostigamiento a los que están en la Embajada de Argentina- y luego fue con las acciones para destrozar y presionar a EGU, de manera de hacer visible que sería el chivo expiatorio. El embajador salió de Venezuela y ahora queda Machado como figura. Ni siquiera la plataforma unitaria porque en la ecuación de María Corina, siempre fue un actor de reparto o uno auxiliar, nunca fue un actor relevante. Tampoco parece que quiera o pueda serlo.
Probablemente lo que el ejecutivo busca es que la plataforma abandone a Machado con el tema de las regionales y parlamentarias de 2025. De aquí el tema de la reforma a la ley de los partidos políticos. Este será el incentivo que el gobierno empleará para buscar esa fractura dentro de la plataforma unitaria al promover otro dilema para la oposición.
Si se da, el chavismo puede ir contra MCM. Preferirá como pasó con Guaidó y ahora con EGU, que se vaya del país porque políticamente es menos costoso para la reputación.
Hay un costo, por supuesto, pero no es el mismo cuando un sistema autoritario actúa en contra de un importante dirigente. Detenerla o haberlo hecho con EGU pudiera catalizar procesos inesperados. Machado no es de ese tipo y se quedará para evaluar si opta por inmolarse si llega el momento, mantenerse clandestina como una referencia simbólica, pero sin dirección o influencia y corre el riesgo de ser abandonada por los partidos de la plataforma, o se va tal como hizo Sveta en Bielorrusia, pero pasaría a formar parte de los top exiliados de Venezuela.
Hasta donde Machado revela en su personalidad, debe ponderar la opción de inmolarse o mantenerse clandestina como está, pero con un mínimo de eficacia política. Aquí aparecen los temas de la clandestinidad. Vente no es la AD de la época de Pérez Jiménez ni Machado es Betancourt, pero lo relevante de la experiencia del pasado es el partido o la estructura para la resistencia. A lo mejor esto explica el ataque feroz del gobierno contra los “comanditos”, estructura que tampoco fue defendida ni siquiera por Vente, ni por MCM luego del 28, y menos por los valientes del “batallón destroza personas y reputaciones” que tiene en tuiter. Vente no posee una estructura clandestina sino formal dentro de un sistema autoritario. Falta explorar si Machado y los cuadros del movimiento se pueden reconvertir para una acción clandestina así no sea tipo Siglo XX sino del Siglo XXI, más centrada en redes sociales y en demandar presión internacional, pero en un formato clandestino, no abierto.
Por lo pronto, la oposición recibió un revés muy importante del que no será fácil recuperarse. Empero, Machado tiene otra alternativa a las comentadas. Actuar políticamente, lo que significa abrir su estilo de liderazgo y su manera de ver a la organización política. Puede ser en el formato del “frente nacional” que algunos plantean, principalmente desde la izquierda y desde el chavismo disidente, o construir o definir una suerte de instancia tipo MUD o una coordinadora que permita la interacción de los partidos con una estrategia política consensuada, en igualdad. Optó por el frente como desarrollo más adelante.
El problema aquí será que los movimientos reconozcan el liderazgo de María Corina que es uno más de imponerse que de ganarlo. Triunfó en la primaria, pero no abrió o poco el juego, rodeada de los felicitadores que le dijeron que no lo hiciera porque todo estaba hecho. Era cuestión de tiempo. La soberbia política que la llevó a aceptar a los movimientos políticos de la plataforma, pero siempre en un plano de segundones, de actores de reparto, o de “muchacho de los mandaos”. Nunca recibieron un status o reconocimiento político de iguales sino como “un mal necesario”, conseja machacada por el público de MCM en redes sociales.
La oposición está en el trance para definir una nueva estrategia, organización y discutir sobre sus liderazgos y acerca del liderazgo de María Corina.
Todavía nada de esto está claro. Me atrevo a asegurar que la plataforma ni siquiera está consciente de lo anterior. Pienso que se mueve en las acciones tradicionales de la oposición, pero todavía no asume la realidad de tener que definir un nuevo mapa, una nueva hoja de ruta. Está como la persona que tiene un trauma y lo que hay es la “compulsión a repetir” que se nota en los tuits de Machado, necesarios para dar esperanza al público de la oposición, pero que repiten frases para generar una situación política que no pasará si la oposición no trabaja para lograrla.
Queda ver si esta crisis lleva a la oposición a un encuentro, a un análisis para definir su situación, el famoso análisis FODA, para que pueda pensar la ruta hacia el futuro y cómo va a actuar no solo a la espera que “pase algo” sino realmente para producir ese algo que espera porque las herramientas que hoy posee no parecen competentes para el momento político de Venezuela.
En este contexto dentro de la oposición, EGU publicó un comunicado el 9 de septiembre una vez que pisó la “madre patria”. Lo más relevante que expresó para justificar su partida es algo como que, “me voy para ver si el shock que produce mi partida obliga al gobierno a reflexionar sobre lo sucedido el 28 de julio”. Es una apuesta incierta en el sentido que la ausencia no puede generar lo que EGU busca. En su texto, expresó que, “tal decisión la he tomado pensando en Venezuela y que nuestro destino como país no puede, no debe ser, el de un conflicto de dolor y sufrimiento”. Agregó más adelante, “(…)esta decisión -la de irse, N. R- es un gesto que tiende la mano a todos y espero que como tal sea correspondida”.
Luce que el propósito de EGU es catalizar un resultado político con su ausencia que, si ocurre, no será lo que espera. Es la impresión que me dejó su carta del 9 de septiembre.
A lo mejor el mensaje de EGU es para la oposición. Algo a lo Bolívar, “si mi salida contribuye a que cesen las diferencias dentro de la oposición, iré tranquilo al exilio”. Que haya viajado catalizó un proceso dentro de la plataforma, sobre el que volveremos más adelante.
El gobierno es parte interesada, por supuesto, pero su olfato va en esta vía. Que algo pasó dentro de la oposición. Lo pone a su modo para que lo favorezca: “el triste papel de la oposición” y cosas así. Pero intuye que hay un reacomodo interno dentro del mundo opositor.
El canciller Gil lo destacó en un video de 4 minutos al tocar lo esencial ¿Por qué EGU se fue a una embajada el 29 de julio?
En la rueda de prensa del PSUV del 9 de septiembre, Cabello resaltó un punto similar ¿por qué se fue a una embajada tan temprano? Señaló que lo hizo de manera voluntaria. A lo mejor el gobierno acicateó el clima para presionar la salida de EGU, pero no sabe qué efectos pueda tener. Los ve ahora. Y su respuesta quizás sea “una preventiva”, la que también debe estar en los análisis del alto gobierno. Luce que pronto se anunciará o se dejará ver la fecha para las elecciones parlamentarias y regionales. Con esto el gobierno buscará modular la respuesta de la oposición.
Pero el hecho que parece respaldar mi hipótesis de la ruptura dentro de la plataforma es una rueda de prensa de María Corina y la lectura de un documento de personas, las dos efectuadas el 9 de septiembre.
Lo que puede no estar ajustado a la hipótesis es que no hay ruptura dentro de la oposición sino una división del trabajo entre MCM y EGU -una nueva- catalizada por las circunstancias que es la salida de EGU y su refugio en embajadas desde el 29 de julio. Esta discordia dentro del mundo opositor también fue estimulada porque el gobierno se mantiene cohesionado, lo que invita a pensar una nueva estrategia o visión que es la que se presentó en el documento leído el 9 de septiembre.
María Corina optó por la vía del “frente nacional”. Luce que es la estrategia y en la que hay una división del trabajo con EGU, forzada o consensuada. EGU afuera con maniobra para actuar con más libertad que en Venezuela, limitado a las paredes de una residencia diplomática. A lo mejor lo pidió así porque es un diplomático de carrera y en ese terreno se mueve mejor que tratar de ser el político que no es ni podrá ser.
EGU se mantiene al frente, entonces, no es la ruptura o fue una que catalizó una nueva unión o manera para manejar el conflicto dentro de la oposición.
Maduro ofreció su versión de la salida de EGU en su programa semanal del 9-9-24. Por supuesto, el gobierno siempre busca ajustar los hechos a favor de su explicación, pero el presidente dejó ver un “juego de ajedrez”. Una gran estrategia para debilitar a lo que el gobierno considera son los grupos “fascistas” o insurreccionales. Logró el deslinde con la salida de EGU. Maduro no lo atacó como hizo durante la campaña, sino lo elogió y expresó -otro mensaje indirecto- que “sus deseos de paz se darán”.
El mensaje es que el gobierno forzó el deslinde dentro de la oposición con la salida de EGU para ponerla en la disyuntiva que Maduro planteó: “o se van por el farallón del fascismo o regresan a la política”, que es un asunto que el chavismo plantea desde hace tiempo a la oposición cuando afirmaba, “los trajimos a las elecciones”. Ahora parece ser algo como, “forzamos el deslinde, ahora decidan ustedes qué hacer” y la prueba serán las elecciones regionales y parlamentarias. Tal vez por esto el gobierno no puso peros a la salida de EGU y la tramitó con España. EGU fuera del juego obliga a la oposición a definir un curso de acción, que es lo que el gobierno puede querer. Maduro afirmó que “desafío a la oposición para ver si tienen el coraje de reorganizarse”.
Vuelvo al acto en el que se presentó el documento del frente. Se llamó “proclama a la nación”. El evento fue interesante por lo que se dijo y por quienes participaron.
En lo primero, hablaron en este orden, Pino Iturrieta, Sairam Rivas de Bandera Roja, Nicmer Evans disidente del chavismo, Lorenzo Tovar, polémico funcionario durante el gobierno de Caldera II hoy figura cercana a Iglesias, y Corina Yoris quien fue la candidata real de María Corina.
Pino abrió el evento e hizo elogios a María Corina para señalar su liderazgo dentro del grupo y que es reconocida por todos porque es un grupo muy variopinto, pero en las preguntas, el historiador reclamó la “extraña forma para distribuir las preguntas” porque casi todas las respondieron personas del chavismo disidente o que vienen de movimientos de la izquierda insurreccional, que es una ironía si se quiere para el caso de María Corina. El frente planteado es una mezcla de personas de izquierda con notables de la izquierda y de la derecha. Es una mixtura extraña porque más que un movimiento parece un “partido de notables”.
Al frente se le quiere dotar de una teoría, ya no de las transiciones, sino de algo como “las regularidades históricas de Venezuela” -el nombre es mío- que se harán presente en esta etapa. De la politología se pasó a la historia. Machado expresó en la actividad que para ella “es muy emocionante” lo relativo a la historia. Se recuerda que Germán Carrera Damas fue una persona central para Machado en los años del conflicto político. Hoy ese rol parece que lo asumen Pino Iturrieta y Corina Yoris.
El primero hizo la introducción del evento y dejó ver la tesis de las “regularidades históricas de Venezuela”. Afirmó que la situación política de hoy es “distinta pero histórica”. Es decir, los eventos presentes pueden darse de otra manera, pero hay una identidad histórica que recuerda a Kissinger cuando sentenció que “la historia no enseña por analogía sino por identidad”.
Hay una identidad histórica de Venezuela de la que Maduro no podrá zafarse así dure 27 años en el poder como Gómez o 10 años como Pérez Jiménez. Su salida llegará. Está escrita. Hay que tener “templanza” para llegar a ella.
Lo que amalgama la idea de las regularidades históricas es la tesis de la “república devastada” o la “república destrozada” que es un tema de la oposición en la que Machado abreva. Probablemente por esto -también porque está presionada en lo político, porque no hay resultados a la vista- regresó a su lenguaje que conecta con este planteamiento. Volvió al “régimen criminal” y mantiene sus dos temas para la coyuntura post 28 de julio: las “bases chavistas y las FAN saben lo que pasó” -con lo que se mantiene la esperanza del “quiebre en el medio”- y “la complejidad de las operaciones que hubo por detrás” para la salida de EGU. Machado todavía insiste que hay grandes negociaciones que resultarán en que EGU se juramentará el 10-1-25. La idea de unas “grandes negociaciones” pero cuyas señales no se ven o si se notan, no favorecen su punto.
Entonces, se regresa a la idea del Estado inexistente. El chavismo, al final, es una “corporación criminal”, una “mafia” -término que encanta a la oposición en redes sociales- que “desestabiliza a la región” lo que justifica la lucha existencial. Primero la república, luego la libertad. La república es el asiento de los valores de la democracia. Si no hay república, no hay nada. Hoy no hay Venezuela.
No es un “estado de naturaleza” porque la oposición no se asume contendora contra “la mafia” porque es depositaria del “civilismo” de Vargas y Gallegos, por ejemplo, pero sí es un estado contra político o pre político en el mejor de los casos. Hay que concienciar la idea de república y luchar por ella no del modo tradicional -solo elecciones- tampoco con sus instrumentos igualmente tradicionales -los partidos políticos- sino con una “calle nueva” que será erigida por un frente de notables y cuadros políticos. Todos los firmantes del documento con pedigrí político como destacó Pino Iturrieta.
La idea de la “república destrozada” rompe con las ideologías y doctrinas de derecha e izquierda porque no hay Estado que es lo que justifica ese continuo porque tanto la derecha como la izquierda tienen visiones sobre cómo se organiza el poder del Estado, pero primero tiene que haber Estado para que haya república. Que no haya doctrinas hace posible la “unidad de la nación”.
Nación sí hay porque tanto el gobierno como la oposición -curioso, coinciden en este punto, cada uno con sus palabras- están en la etapa de buscar “el domicilio histórico” de Venezuela (aunque Andrés Eloy ya lo había identificado). Algo como un esencialismo republicano (o patriota si es para el chavismo).
No es casual que Maduro toque este punto -al citar a Briceño Iragorry- en su “pórtico” al Libro azul de Chávez escrito en los 90 y en donde el comandante planteó su versión de ese esencialismo del que ahora todo el mundo se alimenta en Venezuela. “Las sendas perdidas de la memoria histórica”, escribió Chávez.
No hay derecha o izquierda, hay una nación que quiere constituirse en Estado para ser república de ciudadanos con leyes comunes para todos. Para citar a Briceño Iragorry, tanto el gobierno como la oposición buscan “la sustancia moral de nuestro ser social” en la “fragua de nuestra nacionalidad”. De aquí el nacionalismo tardío que se observa en la sociedad venezolana.
Ser Estado o “pueblo histórico” supone la lucha contra “el mal” y la manera para hacerlo la ofrece la historia de Venezuela la que tiene regularidades que trascienden la coyuntura porque la definen en el largo plazo con estructuras a las que se dota de contenido en cada momento -la “satrapía” en el pasado, la “mafia” en el presente- pero tienen identidad.
Este es el fundamento conceptual. La república y las regularidades históricas de Venezuela. Pino se acerca más a Pérez Jiménez que a Gómez en cuanto a tiempo, “rescatar el espíritu del 23 de enero”, dijo. El “Benemérito” gobernó casi 30 años. El general 10 años, de los cuales 5 son propios, directos (abril de 1953 a enero de 1958).
Con Gómez y Pérez hubo Estado -se les concede haber promovido el “orden”- pero no república que se dio durante el período de AD-Copei (1958-1998).
Con el chavismo no hay Estado y menos república. Hay nación, solo porque ciudadanos encuentran una identidad en su historia, aunque “el domicilio histórico” de la patria sea distinto por venir de experiencias diferentes, pero la regularidad pesa y es una constante. Es decir, el ejecutivo de Maduro tiene su destino marcado, sea en 10 años como Pérez o en 27 años como Gómez.
Con la tesis de la regularidad histórica, Pino hizo una inteligente defensa de la salida de EGU. Para el historiador, el exilio forma la personalidad política dentro de esa regularidad histórica. Puso el ejemplo de Betancourt. El exilio lo forjó. De manera que la salida es positiva, siempre y cuando se pase del estado pre político al político el que, para el historiador, puede ser la situación de EGU. Así las cosas, que EGU salga es para forjarse como político. Luego, su exilio se justifica en aras de esa regularidad histórica. Dirigente que no haya estado exiliado o, al menos, proscrito, no termina de ser político dentro de las regularidades históricas que definen un momento autoritario como el que vive Venezuela. Quizás el más grave de su vida porque no hay Estado dado que el chavismo lo anuló al ser un “régimen criminal” para cierta oposición.
EGU sale, entonces, para catalizar un cambio de paradigma dentro de la oposición -de la política comparada a la historia- y para formarse como político al recibir su bautismo fuera de Venezuela, extrañado “por el régimen”. La salida de EGU es para preservarlo simbólicamente, y para que nazca como político.
¿Cómo esa teoría se lleva a la práctica? Con un frente que comienza con un documento de notables que vienen de distintas doctrinas y experiencias, con un discurso salvador que es propio de cierta oposición. La idea de la “unión superior”, que es el equivalente al “cese a los partidos y se consolide la unión” en las regularidades históricas de Venezuela.
El frente, si bien es de cuadros y de notables, tiene su “target” porque, a pesar de que el paso es de la politología a la historia, la primera quedó en el paradigma de la oposición, solo que ahora se buscará por las regularidades históricas venezolanas y no por un “case study” de Polonia o Chile, por ejemplo. El quiebre se mantiene, pero se busca en las bases. El “target” del frente es lo que se llamó en el evento el “chavismo popular no madurista y las oposiciones”.
Como todo frente persigue la activación de la sociedad -el documento lo rubrican tanto personas como organizaciones sociales- “de abajo hacia arriba, todas las luchas una lucha”. Hay un “time frame” que se mantiene en el 10 de enero en la espera que el frente produzca lo que otros frentes en la experiencia comparada generaron, sea en Polonia, Chile, Yugoslavia, o la Venezuela de 1958, la que activó a todos incluso a los empresarios, a quienes Pino les “mandó su indirecta” porque en nuestras regularidades históricas los empresarios son activistas políticos que es lo que el gobierno de Maduro busca separar como indicó en su programa del 9-9-24.
Un punto importante que se afirmó en el evento es que la vocación del grupo es reconocer que hay pensamientos y puntos de vista diferentes. Incluso Machado se anotó en la idea. Es relevante porque MCM ni su grupo son dados a “pensamientos diferentes”. Su estrategia es sencilla: imponerse con matrices de opinión y destrozar reputaciones y personas para lograr “el orden político” a través de una espiral del silencio por complicidad, pusilanimidad, o miedo. Quienes no estén de acuerdo con María Corina y su grupo, les queda el ostracismo, el silencio, o ser destrozados.
Corina Yoris fue la portadora de este contenido que reconoce la diferencia. Indicó que “unidad no es identidad” sino diversidad, “unidad en la diversidad”, manifestó la profesora de la UCAB. Agregó otro punto muy relevante, “el problema está en las descalificaciones” a las que el grupo al que pertenece es muy dado a hacer. Es un llamado a la diversidad y queda ver si es creíble para los sectores que no forman parte del grupo de MCM.
Al final la idea del frente cuajó por el lado de María Corina. No sé si integrará a otros sectores de la izquierda disidente, que son actores centrales en el frente.
El problema del frente será la coordinación y relación con otras instancias de la oposición. Por ejemplo ¿el frente significa la separación de Machado de la plataforma unitaria? ¿Se busca absorberla o complementarla?
La verdadera prueba serán las elecciones de 2025. Si el frente irá o no, si va por su cuenta o con la plataforma o ésta con el frente. U otra organización. O ninguno participará. Se abstendrán. Será la verdadera prueba.
Una “regularidad histórica” de Venezuela es que las oposiciones se estrellan contra los gobiernos autoritarios justamente por sus divisiones y por seguir estrategias insurreccionales y “putschistas”. Incluso en democracia. Tiene sus excepciones, pero es la regla. La junta patriótica durante los 50 -fue el resultado de años de fracasos contra Pérez Jiménez, con una estrategia insurreccional- y Chávez, quien unió a una izquierda dispersa y que se atacaba entre sí, que había fracasado contra la democracia igualmente por seguir una estrategia insurreccional. Las oposiciones a Gómez fracasaron y lo que quedó fue el “amanecer de 1936” con la muchachada de 1928 con “doctrinas y partidos” forjada en el exilio. Llegar a la etapa política supuso romper con el paradigma insurreccional de la época de las “revoluciones” y de los “cara’cortá”. Ya no sería “Romancito” el agente para “el quiebre” de la época sino un partido, pero para socializar al pueblo con nuevas ideas; temas de las reuniones que seguramente César Zumeta tuvo con Gómez para hablarle de las “nuevas amenazas”.
La plataforma unitaria ganó el 28 de julio. El chavismo no ha demostrado lo contrario. Solo esgrime una “razón de Estado” para desconocer el resultado que es evitar que “el fascismo llegue al poder político”. El problema para la oposición es cómo, ya ganadora, mantiene esa victoria en el plano político para que no se diluya.
Si ahora viene otra etapa para “aumentar la presión” -veo emoción en tuiter con los anuncios de sanciones y la votación en el parlamento de España, en mi caso, en desacuerdo con los dos- el tiempo probará su eficacia. No le arriendo ganancia. Su problema es cómo hacer valer su fuerza política que ya la tiene como se observó en las presidenciales.
Aquí entran las regionales y parlamentarias. Sí, el voto. Hay que hablar de esto. El chavismo ya las tiene en su ecuación. Pienso que la manera en que se mostrará la fuerza de la oposición será, otra vez, al votar. Hay que preservar el voto como mecanismo de lucha política. Es decir, se sufraga para ganar, pero también para hacerse sentir, manifestarse en lo político. Es lo que hace visible a la oposición. Es la oportunidad que hay hoy desde la posibilidad política. Por supuesto, la oposición tiene que reclamar su victoria de julio, pero no puede quedarse en eso exclusivamente o esperar a que “la presión” -versión número no sé cuánto- produzca el esperado “quiebre de la coalición dominante”. Tiene que participar en las elecciones porque es un espacio político.
¿Qué el chavismo sentó un precedente y se las puede robar nuevamente? Puede pasar, pero ya no será un cargo sino varios. También es importante porque 2030 puede ser una mega elección como la de 2000 ¿Qué no le importará robar otra elección? Bueno, sí, seguramente, pero ¿y entonces, no se participa más? Solo quedará invocar la “presión externa” y esperar al “resquebrajamiento de las bases”, mientras se diserta en tuiter. No le arriendo ganancia a esa estrategia.
Además, hacerlo es la mejor manera para reconocer a las personas que votaron por la oposición el 28 de julio. Si tomamos como ciertas las cifras dadas por la oposición sobre su desempeño para el 28 de julio que son 7,3 millones de personas y se restan los que votaron por María Corina en las primarias que fueron poco más de 2,3 millones, hay una diferencia de 5 millones de electores que votaron el 28 de julio, pero no en las primarias de octubre.
Los votantes que se abrieron en sus cuitas durante las giras de María Corina y EGU. Hoy seguramente siguen los agravios ¿La propuesta será decirles vuelvan al encierro, o invitarlos a mantener la lucha? No es “templanza” sino constancia lo que hace falta hoy.
Para mi análisis, la era Maduro se parece más a la de Gómez que a la de Pérez Jiménez. Maduro en su “etapa gomecista” y María Corina en su “etapa frentista” (y algo ñángara). Quién lo pensaría. Las vueltas de la historia y sus regularidades en Venezuela. Espero que podamos evitar la etapa de la lucha armada o “putschista” que si nos atenemos a las regularidades históricas, fracasará. Mejor abordar los contenciosos para canalizar el conflicto que es lo imposible hoy, estructuralmente y desde el punto de vista de la opinión pública (quien lo plantee será señalado como “sumiso”, claro, desde la comodidad de tuiter, ni siquiera en irreverencia digital).
Lo que marcará la diferencia es cómo el frente se articula con otras instancias del mundo opositor y si María Corina es reconocida como líder de verdad, no porque tiene un batallón de destroza personas y reputaciones, junto a otro de felicitadores, sino porque es líder política, pero de verdad. Es lo que se verá ahora. A lo mejor la salida de EGU catalizó este necesario proceso dentro de la oposición.
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