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"En esta barca estamos todos": El mensaje del papa Francisco en la bendición 'Urbi et Orbi'

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Caracas / Foto portada: AP.- En solitario, el papa Francisco impartió este viernes la bendición 'Urbi et Orbi' desde la plaza San Pedro del Vaticano, un hecho sin precedentes en la historia de la Iglesia católica.

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La oración universal del sumo pontífice fue dirigida a los millones de católicos que buscan la indulgencia plenaria, es decir, el perdón de sus pecados, en medio de la crisis mundial que ocasionó el coronavirus.

Asimismo, Jorge Bergoglio dio una bendición extraordinaria, ‘la Urbi et Orbi’, la misma que los pontífices suelen impartir para recordar el nacimiento y la muerte de Jesús.

"Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas. Nos encontramos asustados y perdidos", dijo el sumo pontífice al comenzar la misa.

Hizo referencia a la pandemia por la Covid-19 afirmando, que al igual que los discípulos del evangelio: "Nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa".

"Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. (...) como esos discípulos, que hablan con una única voz y con angustia dicen: 'perecemos' (cf. v. 38), también nosotros descubrimos que no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino sólo juntos", alegó Bergoglio.

"Ante el miedo reaccionaron dando su propia vida"

Francisco dedicó unas palabras a los médicos, enfermeros, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y a todos los que comprendieron que nadie se salva solo.

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"Es el tiempo de restablecer el rumbo de la vida hacia ti, Señor, y hacia los demás. Y podemos mirar a tantos compañeros de viaje que son ejemplares, pues, ante el miedo, han reaccionado dando la propia vida. Es la fuerza operante del Espíritu derramada y plasmada en valientes y generosas entregas. Es la vida del Espíritu capaz de rescatar, valorar y mostrar cómo nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes —corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia", aseveró

"Se cayó el maquillaje de los estereotipos"

El jefe de la iglesia católica apuntó que: "La tempestad desenmascara deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad".

"Con la tempestad, se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y dejó al descubierto, una vez más, esa bendita pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos", explicó.

La reflexión del sumo pontífice

Bergoglio envió una reflexión al indicar que las sociedad no se ha detenido ante los llamados del Jesucristo.

"No nos hemos detenido ante tus llamadas, no nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo, no hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo. Hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo. Ahora, mientras estamos en mares agitados, te suplicamos: 'Despierta, Señor'", dijo.

Comentó que en estos momentos muchas personas infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad.

"Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración. Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos. La oración y el servicio silencioso son nuestras armas vencedoras", indicó.

"No somos autosuficientes"

Recordó que el comienzo de la fe es comprender que existe la necesidad de la salvación: "No somos autosuficientes; solos nos hundimos. Necesitamos al Señor como los antiguos marineros las estrellas".

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"Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida. Entreguémosle nuestros temores, para que los venza. Al igual que los discípulos, experimentaremos que, con Él a bordo, no se naufraga. Porque esta es la fuerza de Dios: convertir en algo bueno todo lo que nos sucede, incluso lo malo. Él trae serenidad en nuestras tormentas, porque con Dios la vida nunca muere", agregó el papa.

"Dejemos que reavive la esperanza"

Francisco resaltó que en medio las dificultades nace la solidaridad y esperanza "capaz de dar solidez, contención y sentido a estas horas donde todo parece naufragar". Además, insistió que durante el confinamiento surgen las carencias.

"En medio del aislamiento donde estamos sufriendo la falta de los afectos y de los encuentros, experimentando la carencia de tantas cosas, escuchemos una vez más el anuncio que nos salva: ha resucitado y vive a nuestro lado. El Señor nos interpela desde su Cruz a reencontrar la vida que nos espera, a mirar a aquellos que nos reclaman, a potenciar, reconocer e incentivar la gracia que nos habita. No apaguemos la llama humeante (cf. Is 42,3), que nunca enferma, y dejemos que reavive la esperanza", concluyó.

Por otra parte, el papa Francisco oficiará las misas de Semana Santa sin la presencia de fieles y dentro de la basílica de San Pedro.





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