Enero sorprende: soledad y carcajadas en dos días inolvidables

Caracas/Foto: Prensa Presidencial- Aquello olía a soledad, a poder viejo. El video donde Nicolas Maduro anunciaba los grandes cambios que vendrían con su "nueva" administración para combatir la inflación, el desabastecimiento, la falta de medicinas, los apagones y todas las miserias aledañas, paradójicamente mostraba un triste escenario desde donde pretendía insuflar ánimo a los pocos que se atrevieron a ver el anuncio de sus próximos anuncios.

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Con apenas siete ministros a su alrededor, en una mesa donde había pocos documentos, muchos celulares y algunas cuantas botellitas de agua a medio tomar, aquella especie de oficina ministerial lucía arruinada, pero sobre todo sola. Tanto, que cada vez que Maduro se dirigía a los pocos que lo rodeaban-los hermanos Rodriguez, Tarek el Aissami, Castro Soteldo -, se escuchaba el eco de su voz retumbando en aquella sala opaca y casi vacía.

Para entonces, ya el ministro Jorge Rodríguez había recibido más de una carcajada como respuesta luego de lanzar tres o cuatro Teorías de la Conspiración en relación al caso del secuestro express del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó. Entre ellas, que quienes lo apresaron actuaban por su cuenta. Una suerte de "free lance" de la represión que actúan en el Sebin y porque les dio la gana salieron a detener al líder opositor como quien mata un tigre. El mismo Sebin que, es bueno recordarlo, fue anexado hace poco a la Vicepresidencia que dirige Delcy, su hermana.

Pero después vino lo mejor, cuando dijo que ya había un funcionario detenido- el comisario Hildemaro José Rodríguez Múcura-, quien según Rodriguez "dirigió el procedimiento que condujo al show mediático que tanto alienta la extrema derecha. Investigado por nexos conspirativos". Y aquí sonó la carcajada numero tres porque, pública y notoriamente, en ese día de rumores y redes enloquecidas, al ministro no se le ocurrió otra cosa que reconocer que en el organismo de inteligencia del Estado más importante del país, hay conspiradores fuertemente armados y ni el ni Delcy ni los cubanos se habían enterado hasta ayer.

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Pero para superar la ristra de chistes malos siempre hay que esperar a Maduro, porque fue de aquel triste video en aquella sala solitaria donde surgieron los nuevos anuncios que dan ganas de reír, por no llorar. Y no porque subiera ooootraaaa veeez el salario mínimo -que con el bono alimentación llega a 19.800 mientras la canasta familiar esta en 183.715-, sino porque juró, con la misma vehemencia con la que iba a torcerle el brazo al precio del dolar, que se "jugaba su moral" si no lograba reducir la miseria al 0 por ciento, producir 5 millones de barriles diarios de petróleo, sembrar 25 millones de toneladas de alimentos, poner a funcionar las empresas expropiadas, las empresas básicas y, carcajada numero 8, tuvo la osadía de asegurar que la explosión en los galpones del IVSS, el apagón en el Hospital Universitario y los funcionarios del Sebin que detuvieron a Guaidó, todo eso era producto de la extrema derecha que, por lo visto, está infiltrada en todos los organismos del Estado.

Y si hasta ahora nadie ha podido atrapar a esos bandidos es porque los funcionarios del Sebin, encargados de esos asuntos, probablemente pertenecen también a algunas de las células clandestinas que operan free lance en el organismo y, sin que Delcy se entere, no investigan a los saboteadores habituales y una que otra vez, lanzan un preso desde un piso 10 o detienen a un opositor, solo para que el país crea que Nicolas Maduro es malo malísimo.