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Alza de pasajes y flota paralizada: Así se sufre la crisis de transporte

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Caracas, 1 de marzo.- Desde finales de 2015, el sector transporte empezó a presentar notorias fallas en su prestación de servicios. La crisis económica que, ya para 2014 golpeaba fuertemente al sector productivo, alertó a los transportistas sobre la escasez de repuestos para reparar y mantener la flota activa, por lo que, ese mismo año, el Gobierno respondió al llamado, y creó la Misión Transporte, con el fin de abastecer repuestos a precios asequibles.

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Sin embargo, tras la fallida implementación del plan y las denuncias acerca de las irregularidades con la entrega de los repuestos, los transportistas decidieron  buscar alternativas y ante la desidia gubernamental optaron por tarifar las rutas varias veces al año, para paliar el mantenimiento de las unidades.

Durante 2017, la situación no mejoró y, tal como vaticinaron expertos en materia económica, la hiperinflación golpeó fuertemente todos los sectores. En el año, se realizaron tres aumentos de pasaje y solo uno fue previamente acordado entre el sector y la cartera de Transporte, el resto, fue anunciado por los transportistas, quienes aseguraron estar al borde de la quiebra, pese a incrementar el pasaje en más de 500% en el lapso de un año. 

Paro técnico

A principios de noviembre, el presidente de la Central Única de Autos Libres y por Puestos, José Luis Montoya, denunció la grave crisis que atravesaba el sector para entonces, y advirtió un posible paro técnico por el que responsabilizó al presidente de la República, Nicolás Maduro.

“Se nos avecina un paro técnico provocado por el régimen de Nicolás Maduro, un Gobierno que no entiende nuestras necesidades y nos hace más pobres con cada decisión que toma. Hasta ayer un motor para un transporte a gasoil te puede costar 50 millones de bolívares, un solo caucho te cuesta 3 millones de bolívares", alertó en una rueda de prensa.

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De acuerdo con los datos aportados por Montoya, en la Gran Caracas, de una flota de 21 mil vehículos, solo 4.800 prestaban servicios entonces. El resto del país, no escapaba de esta realidad. Al menos 85% de la flota extraurbana, se encontraba paralizada en noviembre, razón por la que 2018 arrancó con grave crisis y un primer aumento, pasando de Bs. 700 a Bs. 1.000. 

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En enero, el gremio reiteró la necesidad de realizar un reajuste de pasaje e instó a las autoridades a tomar cartas en el asunto antes de que la flota nacional se declarara indefinidamente en paro, sin embargo, no lograron llegar a un consenso con el Ejecutivo y aumentaron nuevamente el pasaje, esta vez, en un 100%, pasando de mil bolívares a dos mil. Pese a esto, los transportistas alertaron que se trataba de una medida provisional puesto que dicho monto no cubre la demanda de los costos para mantener las unidades en circulación.

Los afectados

Los afectados directos de esta situación, además de los choferes y los dueños de las buses, son los pasajeros. La escasez de efectivo y las pocas unidades de trasporte, han convertido en una verdadera odisea la vida de los venezolanos que requieren movilizarse en camionetas para llegar a sus hogares y a sus lugares de trabajo. Los testimonios de personas que han perdido su trabajo en consecuencia a la escasez de transporte, son cada vez más comunes.

"Lo botaron porque no podía llegar a tiempo", dijo una mujer en Charallave que ya tenía más de hora y media esperando por una camioneta para trasladarse hasta su residencia. "El jefe le dijo que no era su problema", continuó la mujer sobre la experiencia de un vecino, quien recientemente fue despedido por las constantes fallas de trasporte que se presentan en la entidad y que le impedían llegar a las ocho de la mañana a su lugar de empleo.

Asimismo, mientras hablaba con otros en la cola, contó que ella, aunque no fue despedida, se vio obligada a dejar su empleo en Caracas, debido a que gastaba más en pasaje de lo que devengaba al mes. La anécdota no es rara, y es que en promedio, un venezolano toma entre dos y cuatro camionetas en un día, lo que se traduce en una inversión de Bs. 10 mil, que a la semana suman Bs. 50 mil y en una quincena, Bs. 100 mil, casi el total de lo que cobra un asalariado mínimo en ese mismo periodo de tiempo, solo si se toma en cuenta que paga Bs. 2 mil por cada viaje, que no es el caso más común.

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Quienes trabajan en Caracas y viven las entidades aledañas, como Guarenas, Guatire, La Guaira y los Valles del Tuy, son quizá los más afectados por la crisis del transporte. Además de las largas colas, que pueden extenderse por horas, los pasajeros deben desembolsillar lo que los transportistas pidan.

Viajar a Guarenas o Guatire diariamente, supone una inversión entre 20 mil y 28 mil bolívares, pese a esto, las entidades bancarias, en su mayoría, solo dispensan Bs. 10 mil o 5 mil por día. "Compro el efectivo al 60%, porque los bancos son un desastre. No me dan sino 10 mil bolívares diarios y con eso no hago nada", contó a esta redacción un residente de Guatire, quien acotó que dedica una importante parte de su salario solo para cubrir los costos del traslado.

Solo para llegar al terminal de la mencionada ciudad, debe cancelar Bs. 15 mil, es decir, un total de 30 mil bolívares diarios. "Para salir de mi casa solo puedo hacerlo en taxi, porque el bus pasa cada media hora o más y repleto de gente", refirió. Una vez en el terminal, debe cancelar otros 12 mil bolívares para trasladarse hasta su lugar de trabajo en Caracas, lo que suma otros 24 mil bolívares diarios, para un acumulado de 54 mil bolívares.

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En total, este criollo invierte diariamente 86.400 bolívares, tomando en cuenta el pago que realiza por la adquisición del efectivo, es decir, 2 millones 592 mil bolívares mensuales, el equivalente a más de 10 salarios mínimos. 

La situación no es diferente para quienes viven en La Guaira, y es que por día, un pasajero debe contar con Bs. 16 mil en efectivo. Aunque el precio acordado por la línea que cubre la ruta fue de Bs. 6 mil hace apenas unos días, usuarios en las redes sociales denunciaron que en realidad cobran Bs. 8 mil. No obstante, para quienes viven más allá de Catia La Mar, deben cancelar un monto mayor a los Bs. 9 mil por cada viaje.

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Quienes viven en los Valles del Tuy, tampoco se salvan, pese a que los poblados más cercanos, como Charallave y Cúa, cuentan con el sistema ferroviario. Los pasajeros que diariamente se trasladan desde Santa Teresa, necesitan Bs. 40 mil para costar el viaje diario, y es que la tarifa es de Bs. 20 mil por cada uno. Los habitantes de Santa Lucía, deben sumar cuatro mil bolívares diarios a este presupuesto.

¿Es caro el pasaje en Venezuela?

Con respecto a otros países de la región, en Venezuela la inversión que deben hacer los criollos en pasaje es muchísimo mayor y supera las tasas promedio. De acuerdo con la página especializada en analizar los costos de vida en países latinoamericanos, Viajar en Bus, el presupuesto de pasaje mensual que invierten los ecuatorianos o los chilenos, es apenas una décima parte del neto que devengan en dicho periodo.

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En Chile, el sueldo mínimo se sitúa en los 276 mil pesos chilenos, mientras que el monto para movilizarse dentro de Santiago durante un mes, es aproximadamente de unos 30.200 pesos, tomando en cuenta que la mayoría de los residenciados en este país, ganan más del mínimo estipulado.

Por su parte, los ecuatorianos tienen un salario mínimo de USD 386, del cual, deben reservar entre 7 y 10 dólares para distancias cortas, y para quienes recorren distancias largas, unos 30 dólares, lo que supone apenas una décima parte del ingreso mensual. 

Los argentinos, devengan un salario mínimo mensual de 9.500 pesos, y para el transporte público, destinan una cuota mensual de 300 pesos, si solo el transporte superficial, y 135 pesos adicionales si utilizan el subterráneo, es decir, que supone menos del 5% del sueldo.

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En resumen, en estos países, el dinero destinado a la paga del transporte público, no supone un problema. Mientras que en Venezuela se requieren hasta 10 salarios mínimos para costear el pasaje mensual, en otras latitudes de la región, apenas se requiere apartar algo de los ingresos. Además, en varias de estas naciones, se puede viajar en bicicleta, debido a la cercanía de las residencias de las oficinas de trabajo, y la estructura vial que así lo permite.



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