Entre granadas, toque de queda y guerra sangrienta: El terror que se vive en El Valle

Caracas, 21 de marzo.- Un lugar que se parece a un campo de guerra, se observan orificios de proyectiles en algunas paredes, pequeños rastros de sangre que manifiestan una vida perdida o una lucha, casas, callejones que se conectan de punta a punta, escaleras, miradas inquietas, vestigios de sufrimiento, temor y apatía.

La parroquia El Valle, situada al sur de la ciudad de Caracas, tiene una historia que contar, se vive el día a día entre disparos, granadas y destrucción, principalmente por una guerra a muerte entre funcionarios policiales y delincuentes de la zona, la cual se recrudeció estos últimos tres años,  cuando la anarquía y la impunidad van a pasos agigantados.

Poco a poco el hampa ha venido forjando su dominio en esta parroquia, se van reproduciendo, haciéndose más fuerte y cometiendo a sus anchas cada clase delitos, la mayoría atroces.

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Los vecinos tiemblan al escuchar los apodos “el Chicho” y  “el Gordo”, quienes son los líderes principales de la banda “La 18”, que opera entre Los Jardines de El Valle y Coche. Estos criminales se encuentran en la lista de los más buscados por los cuerpos policiales del país. Y esta no sería  la única organización del mal, también está la de “el 70”, que opera en el barrio del mismo nombre y en el sector San Andrés. A esta banda le siguen grupos pequeños de camadas de criminales  que dominan las diferentes calles de esta zona popular.

Foto: Lysaura Fuentes

El negocio lucrativo y de jugosas ganancias mal habidas se fundamenta en el lado oscuro de la delincuencia en secuestros, extorsiones a comerciantes de la zona, tráfico de armas o drogas y asesinatos en el sector o en el  resto de Caracas.

Toque de queda

Cuando comienza a  esconderse el  sol la parroquia parece un desierto. Los que se atreven a caminar por la zona cuando llega la noche pueden quedar atrapados en tiroteos entre bandas o durante enfrentamientos entre policías y delincuentes. Por esta razón,  se aplican toques de queda.

“Los toques de queda  se presentan es cuando se mete principalmente la policía no podemos salir de las casas ni  mucho menos ir a clases, los jeep dejan de trabajar hasta que se vayan los funcionarios”,  reveló una liceísta que prefirió no identificarse a El Cooperante. En esta parroquia se presentan cada dos semanas o de forma improvista tiroteos, los residentes manifiestan  que estos pueden durar largo tiempo, por lo que se mantienen en sus hogares tratando de  protegerse de los proyectiles.

Ellos  aseguran  que  no  saben a quién tenerle miedo si  a los malandros o  a los policías, esto debido a que el  pasado viernes 10 de marzo funcionarios bajo un despliegue llamado “Operación Liberación Humanista  del Pueblo  (OLHP)”, incursionaron en esta parroquia y ultimaron  a nueve sujetos.

Familiares y  vecinos afirmaron que uno de los occisos identificado como  Jhonny Arias (18) era “inocente” y que estudiaba  5to  año de bachillerato en el  Liceo Luis Cárdenas Saavedra, situado en la jurisdicción. Mientras que los uniformados informaron que murió durante un enfrentamiento.

Las granadas: el terror en la comunidad

Para nadie es un secreto que los delincuentes cuentan con mayor poder armamentista  que los cuerpos de seguridad del país, por ello las granadas han llegado a formar parte principal de los criminales, como una forma de dominio e intimidación.  

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Una dama de la zona, quien prefirió mantenerse en el anonimato, reveló que en el mes de noviembre se presentaron dos muertes fatídicas en la zona por la explosión de una granada, un hecho que no fue revelado a la prensa. “En la calle 16 una señora y su hija menor estaban en su casa cuando lanzaron cerca de la vivienda una granada. Ellas fallecieron en el lugar y esto no salió en ningún medio”, dijo la informante. Asimismo, reveló que durante el operativo de la OLHP, que se registró en esa parroquia el pasado viernes, una niña de 12 años murió luego de que fuera impactada por  una bala perdida. Este suceso ocurrió en la calle 17 del sector.