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Investigación

Entre deserción y "matar tigres": Jóvenes sufren para costear estudios universitarios

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Caracas, 6 de octubre.- La cantidad de universitarios que se dedican a estudiar y a trabajar al mismo tiempo repuntó desde que inició la crisis económica y política en el 2014. En algunos de esos casos, desisten y dejan "para después" la continuidad de su carrera para dedicarse únicamente a reforzar sus ingresos, sobre todo aquellos que pertenecen a un grupo social menos favorecido económicamente.

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Estudiantes trabajan al mismo tiempo que cursan su carrera para contribuir en su hogar y también poder costear guías, libros y otros materiales para sus estudios; sin embargo, algunos sueldos apenas les permiten cubrir una parte de ellos. Esta situación puede desencadenar un impacto que se ve reflejado en su rendimiento académico, en comparación a aquellos a los que aún sus padres les subsidian los estudios.

El futuro en el país parece ser entonces cada vez más incierto y, por lo tanto, la deserción universitaria es cada vez mayor. Los ánimos de continuar estudiando se ven empañados ante la decisión de "¿comer o estudiar?" El presidente de la Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad Simón Bolívar (USB), Daniel Ascanio, en declaraciones ofrecidas a El Cooperante, indicó que la situación estudiantil, sobre todo en las universidades públicas, es sumamente precaria.

Señaló que el semestre pasado un cuaderno costaba casi 4 mil bolívares, "hoy ese mismo cuaderno cuesta 15 mil bolívares y una beca, cuando la pagan porque no todos los meses la pagan, está en 40 mil bolívares, no cubre absolutamente nada". Otro de los viacrucis para los estudiantes comienza al momento en el que necesitan comprar libros para alimentar su proceso educativo. Ascanio precisó que un libro de matemáticas o física no cuesta menos de 150 mil bolívares, sumado a ello las guías y otros materiales que tienen que utilizar en los laboratorios y que son necesarios.

El "resuelve"

Ante este escenario, los universitarios recurren a libros y a materiales electrónicos. Said Rahal, estudiante de Ingeniera en Telecomunicaciones de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y representante estudiantil, dijo a El Cooperante que no compra un libro desde hace mucho tiempo y que se "resuelve" consultando a través de internet.

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"Muchos profesores digitalizan contenidos que ellos ya tienen, lo que hacen es distribuir las partes específicas, algunos los imprimimos y hay otros profesores que permiten utilizar el teléfono, la tablet o computadora", refirió. En los recintos universitarios la impresión en blanco y negro se encuentran entre 400 y 800 bolívares; las de color rondan los 1500 bolívares.

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Rahal relató que le ha tocado trabajar "matando tigritos" para intentar mantener un nivel de vida acorde a lo que tenía hace dos años, "no es lo mismo, pero podría tratar de mantener". Indicó que el dinero que gana le alcanza básicamente para pagar la universidad. El semestre de la carrera que cursa en la UCAB cuesta casi 800 mil bolívares. Ante la alta inversión que se requiere para las guías y las pocas posibilidades de los estudiantes, en ese recinto los centros universitarios, según afirmó Rahal, revenden las guías que han dejado otros estudiantes a un precio más accesible, "aunque igual se necesitan impresiones y otras cosas".

Daniel Ascanio acotó que hay libros especializados que no se consiguen en Venezuela y se compran en dólares, "¿de dónde sacan los estudiantes 70 y 80 dólares si ni siquiera tienen para comer?", cuestionó.

Deserción

De acuerdo con cifras publicadas por Viva la UCV, medio informativo del Movimiento Estudiantil de la Universidad Central de Venezuela, en las que mencionan la deserción estudiantil en diferentes escuelas de la "Casa que vence las Sombras", se evidencia el aumento de los jóvenes que abandonan sus asientos en las aulas.

Foto: EFE

Según el medio estudiantil, profesores denunciaron que el 50% de sus alumnos se retiraron de la universidad para trabajar, emigrar o simplemente sobrevivir. La población estudiantil universitaria disminuyó en un 25% en la Escuela de Antropología; 800 estudiantes de la Escuela de Derecho retiraron el año; 45,8% de los estudiantes de la Escuela de Economía retiró el semestre actual por problemas económicos; y solo el 60% de los nuevos ingresos de la Facultad de Humanidades se inscribió para iniciar el semestre.

"Fue horrible"

Debido a la intensificación de la crisis en Venezuela, Edwin Evans, estudiante de Comunicación Social de la Universidad Santa María, sede Puerto La Cruz, optó por una beca-trabajo porque el dinero que le mandaba su madre para los gastos no le alcanzaba. Con seis horas diarias de trabajo podía, al menos, pagar cinco semestres en ese recinto académico.

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La fuente narró que compartía residencia con una compañera de clases y dividían los gastos. "Los dos hacíamos mercado. Comprábamos papas que tenían picaduras, que la gente no quería; comprábamos un kilo de carne molida para toda la semana, la dividíamos en bolitas y la rendíamos con papas. Normalmente no desayunábamos. Eso fue horrible", contó el estudiante que actualmente se encuentra cursando el 9° semestre de su carrera en la sede de la USM en Caracas.

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"En su momento me ayudó porque mis padres no tenían dinero para pagarme el semestre (...). Anteriormente sí podían, pero cuando comenzó la crisis aguda en el año 2014, todo se fue (…) debido a eso yo opté por la beca-trabajo", expresó a esta redacción. En donde se encontraba alquilado le habían aumentado el alquiler en un 50%.  Recordó que había días en los que no tenía qué comer, "yo siempre trataba de almorzar, todos los recursos que me podía mandar mi mamá los agarraba para almorzar".

Evans le realizaba las tareas a sus compañeros y ellos le pagaban. "Muchos no sabían editar, entonces yo editaba. Resolví muchísimo porque nos mandaron a hacer muchas tareas", dijo. Recientemente, para poder imprimir sus informes de pasantías que se los exigían a color, se dedicó a gestionar documentos a personas que viven en el exterior. Ahora comenzó a trabajar y su primer sueldo (250 mil bolívares) ya lo destinó  al pago de la inscripción del nuevo semestre, para posteriormente cubrir 65 mil bolívares mensuales.



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