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La Lupa

Juró sin consultar: cinco errores que dinamitaron el "interinato" de Guaidó

Juan Guaidó se juramentó como presidente interino el 23 de enero de 2019 sin contar con el respaldo del bloque mayoritario de las fracciones de AD, PJ y UNT: el plan preconcebido y acordado era declarar a Maduro en usurpación de funciones. Guaidó fue más allá y empezó un interinato que terminó sepultado por su propia ineficacia

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Caracas / Foto Portada: Cortesía.- El interinato frustrado de Juan Guaidó arrancó el 23 de enero de 2019 con plomo en el ala y una promesa que lo sepultó de facto: un cese de la usurpación que jamás llegó. A casi cuatro años de su juramentación en una concentración al este de Caracas, el bloque de Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo terminó votando en una sesión de la AN 2015 una reforma al Estatuto de Transición que ponía fin al interinato bajo un argumento central: su ineficacia. 

En Voluntad Popular se resistieron hasta las últimas consecuencias e incluso se intentó postergar la sesión para el 3 de enero, algo que el bloque del G3 rechazó de tajo y forzó al necesario debate. Los defensores del interinato alegan como base el cumplimiento del artículo 233 de la Constitución para sostener el interinato, pero la realidad es que las disposiciones del 233 son inejecutables en medio del contexto político venezolano. El problema es político y no jurídico, aunque algunos insistan en la tesis contraria.

Cinco errores sepultaron el interinato de Juan Guaidó:

1.Autojuramentación inconsulta

El día anterior al 23 de enero de 2019, las fuerzas políticas de la oposición acordaron que Juan Guaidó declararía a Nicolás Maduro en usurpación de funciones y que la Asamblea Nacional que presidía era legítima y que sus competencias fueron asaltadas. Pero llegado el día de la concentración en Chacao, Guaidó se extralimitó en el pacto. Ni Primero Justicia, ni Acción Democrática ni Un Nuevo Tiempo estaban al tanto de la juramentación que se produjo y que prometió un cese de la usurpación. El interinato nacía con plomo en el ala. Esa decisión y otras, fueron jugadas políticas unilaterales de Voluntad Popular. Consumada la jura, no quedaba otro remedio que aglutinarse en torno a la idea del interinato, pese a que aguas abajo, nadie apostaba un centavo por el éxito de la empresa.

2.23 de febrero: el fracaso de la ayuda humanitaria

Un par de semanas después de su autojuramentación, Guaidó anunció que ingresarían al país toneladas de ayuda humanitaria provenientes de Estados Unidos y otros aliados, para palear la crisis humanitaria compleja. Pero la gran mayoría de las toneladas con la supuesta ayuda no consiguió sortear los obstáculos impuestos por Nicolás Maduro; y la faena terminó con la ruptura de relaciones entre Colombia y Venezuela.

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"El 23 de febrero será el día para que ingrese la ayuda humanitaria en Venezuela", dijo Guaidó en su discurso ante una multitud de opositores, concentrados en el este de Caracas para exigir a la Fuerza Armada dejar entrar la asistencia.

Al tiempo que pidió apoyo logístico a unos 25 000 voluntarios inscritos para colaborar en el proceso. "Tendremos que ir en caravanas. La ayuda humanitaria va a entrar sí o sí a Venezuela, porque el usurpador va a tener que irse, sí o sí de Venezuela. No es la primera vez que Venezuela se va a librar de un tirano, no es la primera vez, esperemos sí que sea la última", exclamó entusiasmado.

Sin embargo, llegado el día todo se convirtió en un gran caos. El sábado 23 de febrero de 2019, dos de las ocho gandolas que transportaban cargamentos de ayuda humanitaria desde el vecino país fueron incendiadas, esa tarde tras cruzar el Puente Internacional Francisco de Paula Santander. El ministro de Defensa de Colombia, Guillermo Botero declaró que una tercera gandola fue rescatada ante la amenaza de que también fuera incendiada. La cuarta se quedó en territorio colombiano. En una rueda de prensa, el diputado Andrés Mejía responsabilizó a “grupos irregulares” del incendio de las gandolas. Sobre las otras cuatro gandolas, Botero declaró que tres que estaban en el Puente Internacional Simón Bolívar, que comunica con la población de San Antonio del Táchira, regresaron a Colombia.

Ese día, se tenía previsto que 14 gandolas salieran con 280 toneladas de ayuda humanitaria desde el centro de acopio de Tienditas, población fronteriza con Colombia hasta Venezuela. Pero la carrera terminó con lesionados, muertos y una gran decepción de quienes esperaban que medicamentos y medicinas pudieran servir de pañito de agua tibia a la gran crisis que sufría el país.

El canciller de Colombia, Carlos Holmes Trujillo condenó que los hechos violaron Derechos Humanos -DDHH- y reportó al menos 285 lesionados (255 venezolanos y 30 colombianos) “principalmente por efectos de gases lacrimógenos y uso de armas no convencionales, de los cuales 37 fueron hospitalizados y trasladados a hospitales de la zona”. Desde tempranas horas de la mañana de ese 23 de febrero, se registraron hechos violentos en Ureña, varias ciudades de Carabobo, en Barquisimeto, estado Lara, y en Santa Elena de Uairén, estado Bolívar. Medios de comunicación reportaron dos manifestantes muertos, uno de ellos por impacto de bala identificado como José Hernández, de 26 años.

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Tras los hechos violentos, Maduro anunció en un acto con simpatizantes chavistas que el Ejecutivo rompía "todo tipo de relaciones" políticas y diplomáticas con el Gobierno de Colombia y dio 24 horas de plazo a los funcionarios colombianos para abandonar el país. A su juicio, Colombia prestó su territorio para que se diera una supuesta agresión en su contra. Poco después, el Gobierno del expresidente colombiano Iván Duque ordenó regresar al país a sus funcionarios diplomáticos y consulares presentes en Venezuela.

Esa misma noche, Guaidó planteó el conocido lema de todas las opciones están sobre la mesa, y juró que la esperanza había nacido para no morir. "Los acontecimientos de hoy me obligan a tomar una decisión: plantear a la Comunidad Internacional de manera formal que debemos tener abiertas todas las opciones para lograr la liberación de esta Patria que lucha y seguirá luchando. ¡La esperanza nació para no morir, Venezuela!", escribió en Twitter.

Al tiempo que anunció que se reuniría con aliados de la comunidad internacional para coordinar acciones a lo interno del país. "La presión interna y externa son fundamentales para la liberación", insistió. "¡La esperanza nació para no morir! Todas las opciones de la comunidad internacional que han logrado el cerco diplomático que contribuirá al cese de la usurpación, al gobierno de transición y elecciones libres. Seguimos adelante".

30 de abril: golpe de Estado fallido La Carlota

Aquel martes de 2019, sería el siguiente paso en la estrategia fallida del líder de Voluntad Popular, quien entonces era reconocido por más de 55 países como presidente encargado de Venezuela. Poco antes del amanecer, Guaidó se dirigía al país acompañado de un grupo de militares y pedían a los venezolanos salir a las calles. Muchos de los venezolanos pensaron que el día del cambio político había llegado.

Antes de que terminara de salir el sol, Guaidó habló a través de sus redes sociales: “El cese definitivo de la usurpación empezó hoy, contamos con el pueblo de Venezuela. Hoy las Fuerzas Armadas claramente están del lado de la Constitución (…) Hoy, como presidente encargado de Venezuela, convoco a todos los soldados, a toda la familia militar, a acompañarnos en esta gesta”.

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No estaba hablando Guaidó desde una plaza, o una avenida. Estaba a las afueras de la base aérea La Carlota, una de las más importantes instalaciones militares de la capital. Ese día le acompañaban Leopoldo López, quien acababa de ser liberado por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), tras haber sido encarcelado en 2014. Además, varios diputados de la Asamblea Nacional electa en 2015.

En algunas zonas de Caracas comenzaron a escucharse cornetazos, vuvuzelas, gritos de júbilo y golpes a cacerolas. “¡A la calle!”, gritaban algunos. Las actividades académicas no habían sido suspendidas oficialmente pero era evidente que no habría clases este día y, en algunos casos, tampoco actividad laboral. Los entusiasmados simpatizantes de la oposición comenzaron a salir a cuentagotas de sus hogares, con sus franelas blancas y sus banderas. “¡Llegó el día!”, dijo Marluí Fuenmayor a la periodista Andreina Itriago de la Agencia Anadolu, mientras descendía a la autopista Prados del Este, por la urbanización Santa Fe, al sureste de la capital.

Poco tiempo después de la transmisión de Guaidó, empezaron a registrarse enfrentamientos entre manifestantes y funcionarios de las fuerzas de seguridad del Estado venezolano en La Carlota. Las detonaciones y el humo se mantuvieron hasta entrada la noche, cuando ya se conocía con mayor precisión el saldo de la jornada: 109 heridos y un muerto, confirmados por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social en todo el país. También unos 40 detenidos.

Jorge Rodríguez quien entonces se desempeñaba como vicepresidente Sectorial de Comunicación, Turismo y Cultura y ministro para la Comunicación e Información, calificó a los militares que acompañaron a Guaidó de "reducido grupo" y les acusó de promover un golpe de Estado contra Maduro.

“Estamos enfrentando y desactivando a un reducido grupo de efectivos militares traidores que se posicionaron en el distribuidor Altamira para promover un golpe de Estado (…) Llamamos al pueblo a mantenerse en alerta máxima para, junto a la gloriosa Fuerza Armada Nacional Bolivariana, derrotar el intento de golpe”, publicó en Twitter.

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Entre tanto, Diosdado Cabello desestimó lo que ocurría en Venezolana de Televisión y hacía llamados a simpatizantes del chavismo para que se concentraran en Miraflores. Cinco horas después, Maduro se pronunció a través de Twitter: “¡Nervios de Acero! He conversado con los comandantes de todas las REDI y ZODI del país, quienes me han manifestado su total lealtad al pueblo, a la Constitución y a la patria”.

Sin embargo, según pudo conocer más temprano el diario español ABC, al menos siete destacamentos militares habían sido tomados por los aliados de Guaidó. Algo que, no obstante, el ministro para la Defensa, Vladimir Padrino López –quien luego recibiría un llamado a reflexión de su propia familia–, ya había rechazado al asegurar que todas las unidades militares desplegadas en las ocho Regiones de Defensa Integral (REDI) del país reportaban “normalidad en sus cuarteles y bases militares, bajo el mando de sus comandantes naturales”.

"Guaidó se desapareció del radar después de haber emprendido un recorrido por la avenida Francisco de Miranda. De López se supo que había entrado a la Embajada de Chile. A las 8:00 pm, el distribuidor Santa Fe, en Caracas, estaba más lleno que durante el día. Los manifestantes habían recuperado fuerzas y lo habían vuelto a tomar a las 6:00 pm, algunos tenían la esperanza de que Guaidó, quien vive en la zona, pasara por allí. No lo hizo. Habló a través de las redes sociales y refirió que lo de este martes era apenas el comienzo de la que aseguró era “la fase definitiva de la Operación Libertad para el cese de la usurpación”, y que continuaría este 1º de mayo, fecha para la que ya se habían convocado a protestas, detalló el reporte de Itriago.

Poco después apareció Maduro en cadena nacional, acompañado de miembros del alto mando militar. "Nunca antes en la historia de Venezuela había sucedido un levantamiento por el empeño obsesivo, nefasto de un grupo de oposición de la ultraderecha venezolana, la oligarquía colombiana e imperialismo estadounidense”, dijo Maduro, quien insistió en que su gobierno saldría victorioso.

Sin embargo, ordenó la destitución del director del Sebin, el general Manuel Cristopher Figuera, tras acusarlo de haber facilitado la violación de la prisión domiciliaria de Leopoldo López. Cristopher Figuera terminó exiliado en Estados Unidos, desde donde ha revelado en diversas entrevistas los crímenes de lesa humanidad que ha cometido la administración chavista.

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Pero no fue solo Cristopher Figuera, diversos medios de comunicación señalaban la participación del ministro de la Defensa y jefe de la Fuerza Armada, general Vladimir Padrino López y del presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno. Así como al comandante de la Guardia de Honor Presidencial y director general de la Contrainteligencia Militar, general Iván Hernández Dala. Elliott Abrams, enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, reveló que existía un documento de 15 puntos y muy largo en el que se establecía el compromiso de los alzados.

La frustrada Operación Gedeón

En medio de la pandemia de COVID-19, el domingo 3 de mayo de 2020, la administración de Nicolás Maduro anunció al país que sus Fuerzas Armadas frenaron una incursión armada, a la que bautizaron como "Operación Gedeón".

Esta incursión fue un intento de un grupo de militares disidentes venezolanos que se encontraban en el exilio desde enero de 2019 y de tres integrantes de una fuerza de seguridad privada con sede en Estados Unidos para infiltrarse en Venezuela, en el estado costero de La Guaira desde Colombia. De esa empresa de seguridad saldría uno de los nombres más conocidos de la operación: el estadounidense y exsoldado de fuerzas especiales de Estados Unidos, Jordan Goudreau.

El primer grupo compuesto por seis personas en una lancha rápida llegó en la madrugada del 3 de mayo de 2020 a las costas de Macuto, estado La Guaira. Pero también hubo un segundo intento: cuando una lancha con ocho personas intentó penetrar a través de la parroquia Chuao, municipio Santiago Mariño del estado Aragua. Casi todos exmilitares venezolanos que se encontraban exiliados en Colombia. Los dos grupos planearon entrenar a venezolanos para derrocar a Maduro.

La primera ola de ataque terminó con seis venezolanos disidentes muertos, y varios más capturados por pescadores de la zona, fuerzas de policía local y luego entregados en custodia a cuerpos de seguridad nacional. La segunda ola fue interceptada por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

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Horas después, el lunes, Maduro apareció en televisión y compartió información sobre la intentona y sobre la contraoperación militar "Negro Primero" que le habría permitido a las fuerzas armadas venezolanas abortar el supuesto ataque. "Lo sabíamos todo: qué hablaban, qué comían, qué no comían, qué tomaban, qué no tomaban, quién los financiaba", aseguró Maduro, quien recordó que en marzo de ese mismo año, el exgeneral venezolano Clíver Alcalá -acusado de narcoterrorismo por EE.UU.-, ya había admitido estar planificando un intento de golpe de Estado en su contra.

"Clíver Alcalá declaró que el tal alias Pantera era un personal a su mando", recordó Maduro, haciendo referencia al excapitán Robert Colina, uno de los abatidos en la madrugada del domingo.

Durante los días siguientes, VTV transmitió un video en el que uno de los dos estadounidenses detenidos -Luke Alexander Denman- confesó que el plan era capturar a Maduro y llevarlo a Estados Unidos. Denman contó que parte de la misión era lograr el ingreso de varios aviones, uno de los cuales estaba destinado a trasladar a Maduro a EE.UU.

Al ser preguntado sobre quién le daba las órdenes a Jordan Goudrou, el supuesto organizador de la operacion, Denman responde: el presidente Donald Trump. Luego, cuando se le pregunta sobre sus motivaciones, señala: "Pensé que estaba ayudando a los venezolanos a recuperar el control sobre su país".

Sin embargo, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, negó que el gobierno de su país hubiera estado involucrado en la operación y aseguró que "de haberlo hecho habría sido diferente".

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Un reporte de AP News, detalló que horas antes de entregarse el 26 de marzo para enfrentar cargos por narcotráfico en Estados Unidos, Cliver Alcalá, quien coordinaba la operación clandestina, aceptó ser el responsable de las armas. Dijo que las armas pertenecían al “pueblo venezolano”, y aprovechó para arremeter contra Juan Guaidó, a quien acusó de traicionar un contrato que había firmado con “asesores estadounidenses” para derrocar a Maduro.

"Excepto de un pago a de 50.000 dólares por gastos, Silvercorp nunca cobró el acuerdo firmado con los aliados de Guaido. Durante la redada, Goudreau, también admitió seguir adelante con la invasión sin el apoyo de Guaidó, aunque sí demandó a uno de sus ayudantes, el analista político J.J. Rendon, el año pasado, por incumplimiento de contrato".

Monómeros: la manzana de la discordia

El 23 de mayo de 2019, Guaidó tomó el control de Monómeros y designó nuevos integrantes de la junta directiva, buscaban levantar las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus países aliados contra Venezuela, que venían afectando su rendimiento. Para ese entonces, Monómeros ya reportaba problemas en su capacidad de producción, estaba trabajando al 10% de su capacidad total.

La colombovenezolana exportaba sus productos a más de 50 países, antes de la crisis de la estatal Petróleos de Venezuela, su principal proveedor a partir de 2017. La caída de la producción de petróleo a menos de 1,3 millones -en promedio en 2018-, afectó tanto a Citgo en EE.UU. como a Monómeros en Colombia.

Solo un año después, el senador colombiano José David Name instó al gobierno de Iván Duque a intervenir la empresa porque había indicios de corrupción, los cuales fueron desestimados luego de la rendición de cuentas en julio de 2020. Transparencia Venezuela alertó en 2021, que tras este hecho, no se atendió la denuncia del exembajador de Guaidó en ese país, Humberto Calderón Berti, sobre la intromisión de representantes de partidos políticos de la alianza opositora en el manejo de la empresa de fertilizantes, ni se emitió un informe al respecto.

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"La decisión de la Superintendencia de Sociedades, órgano del Ejecutivo colombiano, sobre la empresa Monómeros Colombo-Venezolanos, S. A., y las diferentes y contradictorias fuentes de información sobre la gestión de la empresa muestran el riesgo de la opacidad en la gestión pública ligada al Gobierno Interino".

Humberto Calderón Berti, quien fue representante de la administración de Juan Guaidó en Colombia, señaló a principios de julio de 2022 que Leopoldo López era el principal responsable en los hechos de corrupción en Monómeros.

“Eso se dañó porque se convirtió en una piñata entre los partidos miembros del G4, entre los cuatro, no se salva ninguno. Pero los que tienen la responsabilidad fundamental de lo que ocurrió fueron los conmilitones de Leopoldo López. Uno cada vez que empieza a escudriñar por aquí y por allá se encuentra que siempre Leopoldo López está metido en todas estas cosas”, dijo durante una entrevista con Napoleón Bravo.

Tras la victoria electoral del presidente de Colombia, Gustavo Petro. Finalmente, la oposición vinculada a Guaidó salió de Monómeros, a finales de septiembre.

El gobierno de Nicolás Maduro recobró el control de la empresa de fertilizantes Monómeros, que sus opositores habían gerenciado desde 2019. El gobierno colombiano certificó y comunicó la decisión la noche del lunes 19 de septiembre de 2022.

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El superintendente de Sociedades de Colombia, Billy Escobar, se reunió con el embajador de Venezuela en Bogotá, Félix Plasencia, y el presidente de la petroquímica estatal de Venezuela, Pedro Tellechea Ruiz, con quienes firmó un documento que refrenda la asunción de una nueva directiva de la compañía, designada por el chavismo.

El funcionario colombiano declaró a la prensa que su gobierno decidió ratificar la decisión de Maduro de nombrar una nueva junta directiva de Monómeros y reconocerla.

“Ratificamos la voluntad del Gobierno venezolano en designar una junta directiva y eso se corresponde a la legalidad que se maneja en el Estado colombiano con relación a los dueños de una empresa que tienen la posibilidad de escoger sus directivas. Estamos haciendo un reconocimiento legal de esa situación, estamos validando una decisión de los dueños de Monómeros”, expresó, según declaraciones publicadas en VTV.



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