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La Lupa

La estrategia de Nicolás Maduro tras el regreso de Juan Guaidó a Venezuela

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Caracas.-Juan Guaidó se fue del país a una gira. Volvió Guaidó. Su primer round contra Nicolás Maduro el 23 de febrero fue fallido. La ayuda humanitaria no entró "sí o sí", puesto que el régimen aprovechó la fuerza para impedir que los objetivos fueran logrados. Disfrutó Maduro de su victoria. Y hubo promesas indirectas de cárcel para Guaidó cuando arribara al país. Segundo round. El presidente interino le gana por paliza. Entró por Maiquetía y nadie lo pudo detener. No hubo intención, de hecho. Es una estrategia. En medio de la peor situación, Maduro escogió el mal menor y prefirió jugar al desgaste de Juan Guaidó. Las últimas declaraciones de voceros del régimen confirman que esa ha sido la decisión: Guaidó no existe, dicen.

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Del dictador que cantaba victoria tras el 23 de febrero ya no queda mucho, más allá del respaldo por ahora inobjetable de la cúpula militar, aunque se sabe, en los sectores medios de la Fuerza Armada impera el descontento contra el régimen. En política no existe el out 27. Ni Maduro ha salido del poder ni Guaidó fue apresado. Hay razones de estrategia por las cuales el régimen actuó de esa forma. Este es el cuadro:

-La situación del régimen está en su fase crítica. Las puertas del financiamiento externo ya se han cerrado casi en su totalidad, y en Rusia ya no se habla de extender créditos a Maduro.

-La oposición levantó cabeza el 05 de enero con la asunción de Juan Guaidó. Creció como la espuma. Y el Gobierno se vio obligado a ponerse a la defensiva. Es decir, Guaidó comenzó a marcar la agenda desde el propio momento de su juramentación como presidente del Parlamento.

-El 23 de febrero Guaidó apostó demasiado. La ayuda humanitaria no entró. De allí que Maduro se sintiera victorioso. Ganó un primer round.

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-Pero el retorno de Guaidó fue la derrota en el segundo round para Maduro. Nos preguntábamos en una nota cuál sería la decisión del régimen sobre Guaidó. Apuntamos: no es un secreto que la cúpula se debate entre dejarlo libre o ponerlo preso. Evaluaron las opciones. Sopesaron los costos. Y determinaron que la salida más barata era dejarlo en libertad.

Las declaraciones de algunos voceros del régimen apuntan a la estrategia a usar contra Guaidó: intentar que su fuerza se diluya con el paso del tiempo. Confían en que no habrá pronunciamiento de la Fuerza Armada. Guaidó no existe, dijo Jorge Luis García Carneiro este martes. Guaidó es como si no existiera, dijo también Maduro. Para Diosdado Cabello tampoco existe, pues le prometió al presidente interino un comité de bienvenida en Maiquetía y no pasó nada. Amenazó, pero no cumplió. El pretexto es que no existe orden alguna de captura en su contra. Se cuidaron de ello.

Y allí lo peor de la estrategia usada. Que el régimen evidencia debilidad. La más absoluta debilidad. Y evidencia que Guaidó volvió a poner contra las cuerdas a Maduro.



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