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La Lupa

La negligencia chavista dejó a Andrés Bello como adorno de un bar

La estatua del intelectual, humanista y maestro de Simón Bolívar fue mandada a restaurar hace cuatro años y abandonada luego en un galpón por las autoridades «pertinentes», las mismas que ahora acusan a la propietaria del bar Cuatro Jinetes de haberse robado semejante pieza

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Caracas.- Justo cuando se estrena la serie «Santa Evita» -que narra la multiplicación y desaparición del cadáver de Eva Perón- y Netflix anuncia que llevará a las pantallas «Cien Años de Soledad», el realismo mágico local se instala en Mérida con un caso digno de un buen cuentista: la desaparición de una escultura de don Andrés Bello y posterior descubrimiento como escenografía de un bar en Mérida, el «Cuatro Jinetes», cuya dueña ha sido acusada de robar semejante peso.

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Detrás de tres mariachis, al lado de un equipo de sonido y frente a pocas mesas llenas de tragos y gente sonriente, la imagen de uno de los intelectuales más lúcido de su época, la del filólogo, jurista y pedagogo que impartió clases hasta al mismísimo Simón Bolívar, pareciera observar fríamente lo que ocurre a su alrededor. Sentado, con su casaca negra a la altura de las rodillas, tan serio como sí mismo, don Andrés Bello vuelve a ser víctima del mismo gobierno que lo ha reducido a una Casa de las Letras destinada a promover solamente poetas o escritores chavistas y a retuitear en su cuenta de TW cualquier cosa que diga Nicolás Maduro, vaya paradoja.

Pero lo cierto es que la imagen llevaba varios años dando tumbos luego de que fuese removida de su sitio original por la construcción de las vías del Trolebús. Al año siguiente, la pesadísima estatua fue descubierta abandonada y vandalizada, con grafitis y marcas dejadas en el intento de robar parte del bronce usado para su elaboración. De modo que otro organismo estatal, la Corporación Merideña de Turismo (Cormertur) , bajo el mando de José Gregorio Chuecos por allá en 2018, decidió llevarla a un galpón de la Zona Industrial de los Curos para que fuese restaurada, galpón cuyo propietario es el ingeniero Carlos Méndez. De hecho, el ingeniero Méndez fue quien llevó al artista Ramón Albornoz para comenzar la limpieza mecánica y la restauración de la obra.

«¿Dónde está Andrés Bello? , preguntaba y respondía entonces @Cormertur en su cuenta de Twitter. «La escultura del humanista más importante de América latina se encuentra resguardada en los espacios #Cormetur ya que fue objeto de grupos vandálicos quienes poco a poco venían sustrayendo parte de la obra que engalanaba la av. #AndrésBello…acá se registra el momento del traslado de la obra hacia el sur de la ciudad, ya cerca de la Zona Industrial dónde fue resguardada para su restaurada.

Y aquí es cuando comienza la parte realismo-mágico del asunto, porque el propietario del galpón donde la restauraron y protegieron es el padre de la actual dueña del bar, Samatha Méndez. Y la familia había decidido instalar en ese galpón una destilería, según cuenta el periodista Marcos Chourio desde Mérida, y para ello decidieron iniciar los trámites de devolución de la escultura, pero sin ningún éxito. Y en consecuencia, allí se quedó almacenada. Pero más tarde, cuando decidieron emprender el segundo proyecto, el bar «Cuatro Jinetes», no tuvieron otro remedio que dejar a la escultura como parte de la estructura del bar. Es decir, que el bar se construyó con la estatua de Andrés Bello adentro porque no solo era imposible moverla por el peso sino que nunca recibieron ninguna pista sobre dónde llevarla.

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Asegura el periodista Chourio que en varias oportunidades @SamanthaMendezG contó la historia de cómo la estatua terminó en el bar y los trámites que han realizado para entregarla a la autoridades sin obtener respuesta alguna. » La obra jamás estuvo desaparecida, las autoridades correspondientes siempre supieron el paradero de la misma, jamás fue robada, mucho menos adquirida en el mercado negro, públicamente la estatua estaba a la vista de todos los visitantes del Bar, incluso se tomaban fotos con ella…», explicó el periodista.

Pero ahora, según la versión de la gobernación de Mérida, «un hombre y una mujer (Samantha Mendez) quienes fungen como propietarios del Bar Cuatro Jinetes en la ciudad de Mérida, fueron detenidos por estar presuntamente incursos en un delito contra el patrimonio del Estado Venezolano…El procedimiento fue hecho por funcionarios adscritos a la Unidad Especializada en Niños, Niñas y Adolescentes de la Policía del Estado Bolivariano de Mérida (Uennapem), quienes estaban cumpliendo con los lineamientos de una orden de allanamiento emanada por el Tribunal Sexto de Primera Instancia de la entidad y las políticas en materia de seguridad emanadas por el gobernador @jehysonguzman bajo las instrucciones del presidente @nicolasmaduro.En el sitio los efectivos policiales incautaron una estatua de bronce del prócer Andrés Bello, objeto que es patrimonio del Estado, situación por la que los dueños del local fueron aprehendidos y puestos a disposición de la fiscalía Segunda del Ministerio Público (MP). Ahora deberán demostrar la razón de la presencia del citado monumento en sus instalaciones». 

Algo que ha podido evitarse si el anterior Presidente de Cormetur, José Gregorio Chuecos,  le hubiera explicado al actual, Inti Sarcos, en qué condiciones entregaba el cargo y los asuntos pendientes por resolver como, por ejemplo, qué hacer con la estatua de Don Andrés Bello que dejaron abandonada en un galpón que ahora es un bar. Cuestión que ahora sí deberán resolver, llevándose  a Bello consigo quién sabe dónde, mientras la burocracia decide si realmente alguien se quiso robar la estatua y cómo para qué.



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