Caracas.- Con cara de contento, el dirigente de Voluntad Popular accedió a una tertulia con más de 50 periodistas que conforman el Caracas Press Club, ya en libertad, se atrevió a conversar a calzón quitao.
Lea también: Agonía y muerte de Hugo Chávez: sus últimos días contados en primera persona
Desde su exilio en España, el dirigente negó absolutamente que su fuga estaba acordada con el gobierno o que el embajador saliente, Jesus Silva, le ayudó de alguna manera. Negó también la posibilidad de que exista un futuro gobierno de la oposición en el exterior y aseguró que Juan Guaidó jamás se iría de Venezuela.
Con una sonrisa pícara, se refirió a su fuga pero sin querer dar demasiados detalles: «Estuve mucho tiempo planificando, estudiando… solo podría decir que fue algo parecido a la película Argo.» Y negó enfáticamente que el gobierno estuvo de acuerdo en su salida y mucho menos que el embajador saliente, Jesus Silva, lo ayudó en el escape:» Tener que usar mascarilla también ayudó mucho».
López reconoce que la oposición pasa por un momento muy difícil, pero que la percepción exterior que se tiene sobre eso es mucho mayor que la realidad.
«Tenemos apoyo, soporte y acompañamiento de todas las organizaciones internacionales, pero lo importante es la presión en Venezuela y para eso necesitamos recomponer la unidad… Yo no dudo que Henrique Capriles y María Corina Machado tengan, igual que nosotros, la intención de que haya un cambio en Venezuela. El reto es que podamos coincidir y en este proceso de unidad se debe buscar ahora que haya unidad afectiva. Hemos tenido distancias afectivas muy negativas y dañinas y eso es algo que debemos atender. Debemos ponernos en los zapatos de los demás y entender que todos estamos en lo mismo, que queremos salir del gobierno de Maduro».
Ante la pregunta sobre si no sería conveniente instalar una Mesa de Diálogo para resolver las disonancias en la oposición, respondió:
«Estamos en un proceso interno y reconozco que ha habido episodios realmente lamentables. Quizás podríamos buscar una mediación interna, discreta. Pero la propia realidad nos está obligando a tener posiciones similares. Todos sabemos que solos no podemos y que sin unidad no hay nada. Es mucho más en lo que coincidimos que en lo que no estamos de acuerdo. Habrá que pasar la página porque no tenemos diferencias estructurales. En el bloque central de la Unidad hay una cohesión y visión compartida. Y si bien ha habido diferencias con Henrique y María Corina, no estamos en un momento de fractura unitaria profunda. Lo que nos toca es trabajar responsablemente para canalizar esas diferencias».
Para explicar algunas de sus acciones fallidas, López dijo que «no somos analistas sino actores, tenemos que tomar decisiones y seguramente nos equivocamos. Pero hay que tomarlas. Y ninguna de las decisiones que he tomado en lo personal y que han sido equivocadas las hemos tomado porque en ese momento pensamos en que era lo acertado.»
Por lo mismo no se atreve a hacer proyecciones sobre los resultados de la Consulta Popular ya que «debemos administrar las expectativas. Estamos movilizando y articulando y entendemos que estamos en el inicio de una nueva etapa».
-¿Luego del 6D arreciará la persecución?
– Eso no depende de nosotros sino de la dictadura. Lo que podemos hacer es aumentar las consecuencias de sus actos con las sanciones internacionales. Que, como las 46 personas que están sancionadas, sepan que sus acciones tendrán consecuencias. Cuando estuve preso en Ramo Verde había una persona muy represiva, cruel. Y yo le decía que tarde o temprano iba a estar en una lista de violadores de derechos humanos. Y él me respondía que no porque él estaba en una estructura menor, que los organismos internacionales sólo castigaban a los altos mandos. Y se equivocó porque aparece en esa lista. Esas son las herramientas que tenemos para bajar los incentivos de la dictadura para reprimir. Porque si la única manera de que no haya represión es que dejemos de empujar, pues la dictadura gana».
Comparó lo que ocurre en Venezuela con lo que fue la dictadura de Augusto Pinochet, aunque el gobierno de Nicolas Maduro prefiere ser visto y reconocido de una manera similar a lo que ocurre en Cuba.
«No pienso quedarme fuera de Venezuela de manera permanente», asegura tajante como una suerte de amenaza a sus enemigos habituales.
