Los adecos dejaron solo a Bernabé Gutiérrez en las parlamentarias y se cuadraron con la abstención

Caracas.- El gobierno creyó que comprando a un personaje de la talla de Bernabé Gutiérrez podría desarmar un partido como Acción Democrática, cuya militancia, siempre disciplinada, ignoró el discurso del alacranato y no movió un dedo el día de las "elecciones", dejando a Gutiérrez vestido y alborotado: la tarjeta blanca usurpada apenas registró 419 000 votos, un 2% del total de habilitados para sufragar, frente al 9,5% (1,7 millones) obtenidos en las regionales de 2017.

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El que le pega a su familia se arruina. Y Bernabé Gutiérrez le dio una bofetada a 79 años de historia de Acción Democrática, a su militancia y a sus fundadores, que jamás se doblegaron ante dictadura alguna.

Aprovechando la oferta de un sector económico de la cúpula roja, Gutiérrez Parra aceptó el "reto" de desmembrar al partido para ponerlo al servicio de la tiranía. Hasta el último minuto le negó a Henry Ramos Allup en una llamada que se había complotado con el régimen. Horas después, se hacía público que José Luis Gutiérrez, su hermano, fue designado rector principal del Consejo Nacional Electoral.

Más tarde, el Tribunal Supremo de Justicia consumaba "legalmente" la evidente operación y entregaba sedes, símbolos y tarjeta a Bernabé Gutiérrez, quien ni corto ni perezoso y con el respaldo de colectivos armados, asaltaba el Comité Ejecutivo Nacional de La Florida y el Comité Ejecutivo Seccional de Caracas. Destrozaron algunas de las instalaciones de las sedes tratando de hacer ver que sus anteriores ocupantes eran los responsables de tales desgracias. El escupitajo provocó indignación dentro y fuera de Acción Democrática, con pronunciamiento incluido de Estados Unidos.

Bernabé prometió al régimen el control de las estructuras de AD, algo que no pudo lograr pues se sabe, casi todas las direcciones de parroquias, municipios, estados y burós nacionales se cuadraron con Ramos Allup, presagio de lo que vendría el pasado 6 de diciembre.

Según boletín del Consejo Nacional Electoral, la tarjeta blanca usurpada sacó apenas 419 mil votos, lo que representa un 2% en relación al total de inscritos para sufragar. En 2017, la tarjeta obtuvo 1,7 millones de votos, el equivalente a 9,5% del Registro Electoral.

Tras ejercer su voto en un solitario colegio de La Florida y con tristes aplausos de una desabrida comparsa, Bernabé insistía en una abrumadora votación que jamás se produjo, pues la militancia adeca no vendió su dignidad y el resto de los venezolanos tampoco.