Los chavistas víctimas de su propio Estado

Caracas.- Hace unos días se difundió a través de las redes sociales el audio de un diputado perteneciente al partido oficialista en el que se quejaba amargamente de los abusos y la arbitrariedad de las que fue objeto por parte de funcionarios de la Fuerza de Acciones Especiales (FAES), adscritas a la Policía Nacional Bolivariana, cuando su vehículo fue detenido en el estado Falcón. Todos los que han tenido la mala suerte de pasar por ese trance al recorrer las vías públicas del país pueden dar fe de la veracidad del testimonio, que de paso describe muy bien la actitud que caracteriza a esas alcabalas improvisadas que montan a su real saber y entender los distintos cuerpos policiales.

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Lo llamativo del asunto es que el parlamentario en cuestión acompañó su denuncia con enjundiosas citas de la Constitución Nacional referidas a la Derechos Humanos y al ordenamiento jurídico vigente ante la arbitrariedad del poder policial y militar. El que no lo conozca pensaría que se trataba de un diputado opositor de la perseguida Asamblea Nacional (AN).

Días después por una campaña (también en la redes sociales) pudimos conocer las circunstancias que rodearon el desalojo violento de un grupo de estudiantes pro chavistas de una residencia estudiantil por parte de policías y colectivos.

Mientras esto último ocurría, el TSJ (controlado por Nicolás Maduro) despojaba a las directivas de los partidos políticos de oposición más importantes de sus símbolos y representación jurídica, con lo cual se desempolvaba un táctica usada hace más de una década por el expresidente Hugo Chávez contra organizaciones filo chavistas como Podemos y PPT a fin de evitar se fueran al terreno de la disidencia. La misma operación se aplicaría después al histórico Copei.

En esta ocasión (como en aquellas) el chavismo calló.  En ese momento se trata defender el “régimen revolucionario” encarnado en Maduro. Pero no pasó ni un mes para que al presidente obrero le diera por intervenir otra vez a Podemos y al PPT, junto con Tupamaros y el también histórico PCV. Con toda seguridad previniendo la articulación de alguna disidencia de “izquierda”.

Ahora los afectados sí manifiestan la indignación que no expresaron cuando les tocó a los demás. La condición humana. Porque la arbitrariedad es buena siempre que no sea conmigo.

Este es el estilo con el que manda (porque no gobierna) Nicolás Maduro.  A trancazo limpio. Otra muestra de sus maneras la ilustra el constituyentista (sic) Néstor Francia cuando en una entrevista manifiesta haberse enterado por la prensa de la disolución informada (u ordenada) por Maduro de la ANC para el próximo mes de diciembre. De paso reconoce que esta no sirvió para nada.

Así es la vida y también el régimen que han aplaudido y contribuido a sostener. Tal como ha ocurrido en los últimos doscientos y pico de años con otros procesos políticos parecidos el chavismo (civil y militar) es víctima de los mismos mecanismos de represión que ha aplaudido cuando se aplica a los opositores. A algunos ingenuos, que se han creído intocables, se les escapa una que otra queja en las redes sociales. Los más astutos callan y disimulan porque saben muy bien lo ocurre en las celdas del Sebin y la Dgcim. Saben de la paranoia en Miraflores. Recuerdan la larga lista que incluye desde Rafael Ramírez y Rodríguez Torres hasta Aporrea y Marea Socialista. La serpiente siempre se muerde la cola y la revolución devora a sus hijos.