Luis Arce dice que Evo Morales no formará parte de su gobierno

Caracas. Luis Arce, virtual nuevo presidente de Bolivia dijo este martes que Evo Morales será «muy bienvenido» si quiere ayudarlo, pero que «eso no quiere decir que él estará en el gobierno».

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«Dijimos que teníamos que tener renovación en el MAS, para la gente joven. Si Evo Morales quiere ayudarnos, será muy bienvenido. Pero no significa que Morales estará en el gobierno. Será mi gobierno. Si quiere volver a Bolivia y ayudarnos, no hay ningún problema», comentó en una entrevista concedida a la BBC.

Explicó que «él no es Evo Morales» y desconoce si regresará a Bolivia porque eso «tiene que preguntárselo a él», además enfatizó que el Movimiento al Socialismo (MAS) es mayoría, lo que -a su juicio- quedó reflejado en los comicios presidenciales en los que los sondeos le dan más del 50 % de los votos.

«El año pasado no hubo ningún fraude. Fue un golpe de Estado por los partidos de derecha, que nunca nos pueden ganar en elecciones. La única manera en la que pueden alcanzar el poder es por un golpe de Estado», agregó.

Precisó que a causa de la pandemia, la economía empeoró «por las políticas neoliberales» de la gestión de la presidenta encargada Jeanine Añez y destacó que en su «modelo» la gente tenía más beneficios

«La corrupción ha sido creada en este gobierno de un partido de derecha, así que la corrupción no es la clave de las diferencias entre las dos ideas sobre el estado boliviano. En lo que tenemos diferencias es en lo que hacemos con el estado», añadió.

Reconoció que hubo corrupción durante el mandato del expresidente Evo Morales y puso como ejemplo el caso en el que un militante del MAS fue detenido tras «robar en la empresa de hidrocarburos».

Luego del 60% de los votos computados, Arce lidera el proceso electoral con 1 826 964 votos (49.91%), mientras que Carlos Mesa suma 1 177 181, según los datos del Tribunal Supremo Electoral.

Más de 7,3 millones de bolivianos acudieron a las urnas, en una jornada que se desarrolló sin inconvenientes y en la que los candidatos apostaron a la democracia. Para ganar en primera vuelta, se necesita más del 50% de los votos o el 40% con 10 puntos de diferencia respecto del segundo.