Connect with us

Destacados

Marco, el payaso que hace reír a los niños ucranianos que huyen de la guerra

El comediante italiano explicó que para poder entrar en acción con los niños se va preparando en frente de ellos, se cambia velozmente y evita usar mucho maquillaje

Foto del avatar

Publicado

/

Caracas.- Alrededor de 1,5 millones de niños forman parte ya del éxodo de Ucrania, desde que comenzó la invasión rusa el 24 de febrero, sin embargo muchos de esos pequeños han vuelto a sonreír gracias al carisma de Marco Rodari, un payaso italiano que viajó desde Milán hasta Lviv.

Lea también: Rusia abre fuego contra Instagram y Facebook y los prohibe por "extremistas"

Rodari, en una entrevista que ofreció al diario argentino La Nación contó que hace pocos días fue a Ucrania junto a un amigo sacerdote italiano para aportar con comida, ropa y otros recursos a las personas más necesitadas por la guerra.

En su viaje a esa nación compartió con varios niños, que han huido de otras ciudades por los constantes bombardeos rusos, a quienes les sacó muchas sonrisas e hizo algunos juegos para distraer su mente de lo que ha sido una tragedia.

"Un payaso de guerra", como es conocido, debido a que cada cierto tiempo vive en países como Gaza, Irak y Siria explicó: "Los niños siempre están asustados, muy a menudo no hablan más y muchas veces es suficiente un clown (payaso) o un gesto gentil para que empiecen a hablar y a sonreír”.

El comediante italiano además comentó cual su modo operandi para poder entrar en confianza con niños que han sido testigos de una guerra.

Advertisement

“Lo primero que hago en estas situaciones es dejar que los niños me vean vestido normalmente y que vean cómo me voy preparando, así empiezan a entrar en la acción”, dijo, explicando asimismo que su hábito como payaso es muy simple: "Primero porque en estas situaciones de guerra hay que cambiarse velozmente y después porque como normalmente trabajo en países donde hace mucho calor, trato de evitar ponerme demasiado maquillaje".

Seguidamente, Rodari comienza a entrar en confianza con los niños con pequeños trucos y juegos de magia: “Para mí es fundamental porque el chico tiene la necesidad de volver a encender la creatividad, la fantasía, la sorpresa. Todo esto se apaga en una guerra, porque están asustados”, sostiene.

“El tercer paso, pero hace falta tiempo, es enseñarles a los chicos más grandes la profesión. Por ejemplo, en Irak, en Siria y en Gaza hay personas que aprendieron y que hacen de clown o animación con los chicos. Así, para muchos de ellos la vida pasa a tener un sentido”, apunta.





Tendencias