Caracas.- Los parlamentarios leales al régimen, «electos» gracias a su lealtad al poder central, se gastaron 277 dosis de la Sputnik V sin ser trabajadores del sector salud, ancianos o personas vulnerables para ser contagiadas del COVID-19. Sin vergüenza ninguna, exhiben la tremenda palanca que tienen en Miraflores y, qué duda cabe, posiblemente también ha funcionado para proteger a sus familiares y allegados.
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Fueron 277 vacunas que dejaron de inmunizar a decenas de venezolanos mil veces más útiles para el país que esa cuerda de diputados jala mecates, 277 ciudadanos que posiblemente no tengan seguro médico ni dinero para adquirir medicinas y que , en el peor de los casos, podrían estar siendo condenadas a muerte gracias a que Miraflores decidió que la vacuna que les correspondía, fueron desviadas a sus diputados chavistas y alacranes, esos que cobran 15 y último con certeza, no hacen cola para echar gasolina, gozan de camionetas y escoltas (¿A estos también los vacunaron?) y tienen asegurados sus tres golpes diarios gracias a unas elecciones fraudulentas más la desverguenza de aquellos que, como Bernabé Gutiérrez, José Brito o Luis Parra, entre otros, se pararon firme frente a la lluvia de dólares que les cayó desde el bolsillo de Alex Saab para convertirse en cómplices del robo de los partidos que ahora dicen «representar».
«Aqui saliendo ya de colocarme la vacuna que es obligatoria para todos los diputados principales de la Asamblea Nacional…no hay ningún problema con la vacuna, es un proceso sencillo», cuentan a su Iphone 12 los «adecos» Rubén Limas y Anyelith Tamayo, con cara de felicidad y labor cumplida. Como si en Venezuela hubiese un proceso de vacunación masiva, como si todos estuviéramos la misma suerte de recibir la dosis sin palanca de por medio, como si se tratara de un hecho histórico fundamental o, peor aún, como si ambos fuesen ejemplo ciudadano. «Hay que seguirse cuidando compañero Rubén…», dice ella, con la misma desverguenza con la que se retrata al lado de Bernabé en el CEN de AD robado a mansalva para congraciarse con el régimen y celebrar el nacimiento de Rómulo Betancourt, toda una herejía para un hombre que combatió los regímenes militares y la corrupción con las mismas ganas.
Con esa misma desfachatez anuncian su hazaña. Pasando por encima que de las cien mil vacunas que arribaron, el gobierno derrochó en los parlamentarios 277, aunque cabe inferir que fueron muchas más si contamos a toda la familia presidencial y su entorno cercano. De la cifra que envió Rusia – que cubre a menos del 0,5 % de la población-, estos peces gordos que dicen representar al pueblo, se garantizaron un buen pedazo de pastel, como siempre. Aunque habría que reconocer que Luis Parra, Iris Varela, Herman Escarra y Nicolasito, son de los pocos que la necesitan, dado sus evidentes signos de exceso de peso. Pero no así el recién remodelado Jose Brito, quien ha adelgazado y luce ahora una barba estilo George Clooney para esconder la papada, quizás con miras a combinar su nuevo fashion con las camionetas blindadas y el viaje en Primera Clase que pensaba realiza a Italia para dar tremendo discurso en el Parlamento de Italia. Pero la Unión Europea lo dejó con los crespos hechos y el hombre se tuvo que resignar a visitar los bodegones de Anzoátegui.
Aunque quizás habría que revisar si la dosis de la vacuna genera algún efecto secundario en las ideas, porque Jose Brito ha estado bastante perdido en ese terreno, al extremo de que después de vacunado ahora se la pasa diciendo que Rafael Ramirez patrocina a Leopoldo, a Julio Borges y a varios portales digitales y que por eso el periodista Roberto Deniz – que se ha ganado varios premios internacionales por su rigurosa investigación sobre los viajes a Europa de Parra, Brito y etc., para defender los intereses de Alex Saab-, la tiene cogida con el. Tartamudea cuando lo dice, repite las mismas palabras varias veces, se enreda y no hay manera de que Brito se haga entender y explique, de manera coherente, cómo es que un multimillonario como Ramirez -o Alex Saab, por poner otro ejemplo bien chévere-, se gastan un dineral en parlamentarios y líderes políticos, a menos de que Brito muestre las pruebas de que estos fueron contratados para usar sus curules y viajar a defender los intereses del millonario por media Europa. Y que publique las fotos de los acusados entregando las cartas donde defienden al millonario o rodeados de bolsas saliendo de tiendas de lujo o contando bojotes de dinero en plena calle.
Pero Brito solo habla y se enreda y no muestra pruebas de nada. ¿Será que con la segunda dosis se pondrá peor?
