No sabe si vaya a regresar: así fue la odisea de Wuilly Arteaga para salir de Venezuela

Caracas, 19 de septiembre.- El violinista Wuilly Arteaga se fue de Venezuela y no sabe cuando regresa. Pudo salir a través de Colombia y llegó hasta Estados Unidos.

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En una entrevista a El Nacional, declaró que su familia no sabía que estaba huyendo. Fue invitado a participar en el Oslo Freedom Forum, en Nueva York, organizado por Human Rights Foundation.

Afirma que la canción “Venezuela” en versión de Luis Silva, le da fortaleza. Recordó que mientras estuvo privado de libertad, le quemaron el cabello con un yesquero. Durante los 21 días que estuvo preso bajo cargos de instigación pública y posesión de sustancia incendiaria, lo trasladaron cuatro veces y, antes de llegar a la última cárcel, lo golpearon con un tubo de metal detrás de la cabeza. Esto le causó una hemorragia en el oído interno que lo dejó sordo dos semanas.

Sus custodios no le dejaban tocar el violín, pero Wuilly les decía de forma graciosa: “No tengo el violín, pero a mí me gusta cantar. Pero yo canto en la regadera y se me va el agua. Pero como aquí no tengo ducha y aquí me baño con potecitos, entonces voy a cantar porque el agua no se me va a ir”.

El 16 de agosto salió en libertad gracias a las gestiones del Foro Penal Venezolano, aunque afirma que la declaración de Gustavo Dudamel fue crucial en su caso. Según Arteaga, al salir de la cárcel, tocó en otras protestas, en hospitales y visitaba a sus amigos presos.

“Yo no quería salir. A mí me están amenazando hace dos meses, pero las persecuciones y amenazas se incrementaron. Me han perseguido mucho, no podía salir a la calle solo, se metían en mi casa”, declaró el músico, quien añadió que las amenazas arreciaron después de quedar libre.

Respecto a su novia, Hazel Pinto Reyes, dijo que son pareja hace cinco años, e indicó que quisiera tener estabilidad “antes de llevársela”.

A Wuilly todavía le duelen la ceja izquierda y el labio, donde fue herido con perdigones en una manifestación el pasado 22 de julio. Sin embargo, no deja de repetir que no son esas heridas lo que más le duelen. Quiere ver a Hazel y quiere que las condiciones en su país cambien para volver.