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Opinión: sobre el chavismo originario, primitivo, nativo y demás sandeces

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Caracas.-  Cada quien lava sus culpas como le conviene. Ponemos la gran torta y frente a semejante calamidad, echamos mano de la mejor excusa disponible con el único fin de limpiar ese oscuro tono del alma y poder seguir tan campantes por la vida, aliviados, ligeritos. Cualquier cosa la justificamos con tal de no tener que cargar con uno de los sentimientos más desagradables que existe en la ya tortuosa gama de emociones humanas que nos acogotan a diario. De allí que la culpa, ese fastidioso pecado original, termina por desvanecerse, se borra y, los más oportunistas, la transforman en virtud.

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Y se me antoja que en ese proceso andan los militantes del más reciente invento político local, el chavismo "originario". Como si el agregado bastara para diferenciarse del chavismo a secas, del chavismo maluco, del monstruo origen y causante de todas nuestras calamidades. Asunto que podría parecer una banalidad si no fuese porque, entrelineas, el asunto pinta no solo como una tremenda manipulación para arribar al poder quién sabe cuándo, sino, peor aún, como una operación de rescate del chavismo químicamente puro: los chavistas originarios transmiten, con ese apellido, que ellos siguen creyendo que Hugo Chávez fue un hombre ético, un héroe que se alzó por las malas y por las buenas para llegar al poder y, rodeado por los mejores, rescató del hambre y la miseria a los olvidados de la tierra.

Como si los largos 13 años durante los cuales gobernó al país no les bastaron para descubrir que Hugo Chávez fue un completo desacierto, un ignorante con botas que hizo de su particular sociopatía un modo de liderazgo. Como si no supieran de su derroche mayúsculo para comprar amigos y fundar franquicias en Latinoamérica, dinero que solo sirvió para enriquecer a las familias de sus presidentes amigos, como Ortega o los Kirchner. ¿Se les olvidó que Chavez le pedía "millarditos" semanales al BCV como si fuesen suyos? ¿Que permitía que los generales se robaran todo el presupuesto del Plan Bolívar 2000 y le mandaba a echar gas del bueno a los estudiantes?

¿Que mandaba a detener jueces y líderes políticos? Eso es chavismo originario. ¿No leyeron que uno de sus amigos de Argentina develó que Hugo Chávez recibía comisiones de los negocios que hacia con los Kirchner? ¿No saben que las expropiaciones acabaron con el agro y mantiene hoy al país hambriento y dependiente de los burgueses que se enriquecen con las CLAP en México y Turquía? ¿Cuántas empresas cerró y quebró el chavismo con Hugo Chávez a la cabeza?

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O es que no recuerdan a las familias de los empleados de PDVSA sacadas a media noche de sus casas, las condecoraciones a los oficiales que agredían a los manifestantes o la fugaz fábrica de helados Copelia, que no produjo ni una paleta porque - como explicó entonces la Almiranta Carmen Meléndez, Ministra de Seguimiento de la Gestión Bla Bla Bla-, allí habitaba el infierno venezolano porque cuando había leche no había empaques y cuando había empaques, la maquina no funcionaba, el ejemplo más acertado y chistoso de lo que fue y sigue siendo el chavismo.

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Unos buenos para nada que comenzaron a practicar una suerte de minería de extracción en 1999 y, desde entonces, se han dedicado a apropiarse de todo el oro que consigan a su paso, aunque cada cierto tiempo las máquinas de extracción cambien de chofer.
Quizás les convenga un mejor adjetivo a quienes tuvieron cargos en el gobierno de Chávez pero la tómbola de la vida los lanzó hacia la acera de enfrente pero le temen terriblemente a la palabra oposición por razones de marketing: les sugiero que se autodenominen "Chavistas Arrepentidos", no solamente porque esa es realmente su definición sino porque atraería a millones de votantes venezolanos que cargan consigo su misma culpa, la de haber contribuido a destruir su propia casa.



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