"Paquete chileno", el delito que "va y viene": alertan sobre caso reciente en Caracas

Caracas / Foto Portada: Referencial.- El paquete chileno como modo de hurto o estafa no es nuevo. Los venezolanos usan la expresión "paquete chileno" para referirse a algo que no es, parecido al "gato por liebre". Fue el pasado jueves 22 de febrero, cuando una joven caraqueña pudo escapar de tres personas que intentaron que cayera en la vieja técnica, en un reconocido centro comercial del este de la capital. El periodista experto en sucesos Javier Ignacio Mayorca afirmó que es un delito que "va y viene", que no ha desaparecido por completo en los últimos 50 o 40 años.

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El reloj había marcado las 2:30 p.m. María Paula, *nombre ficticio porque la fuente pidió resguardar su identidad*, se disponía a comer en el McDonald 's del Centro Comercial Ciudad Tamanaco (CCCT), cuando un señor le pasó por al lado y dijo algo en voz alta para que ella lo escuchara.

"Era un señor calvo y vestía con un traje. Me pasó por al lado y me dijo ay, boté la plata. Lo dijo con tono de preocupación", empezó a contar María Paula a El Cooperante. "En ese momento no le presté atención y entré a  McDonald 's. Cuando iba a hacer mi pedido, me dijeron que no había lechuga y me devolví para comer otra cosa". 

Se le acercó una mujer de unos 60 años que vestía blusa rosa de botones y le expresó: "A tu papá se le cayó un dinero, yo lo agarré".

María Paula le aclaró que el hombre no era su papá. Acto seguido, llegó otra mujer que aparenta unos treinta años.

"Yo te dije que había sido un señor al que se le cayó el dinero, yo no te estoy engañando", comentó a la señora, para que María Paula escuchara.

De inmediato, ambas mujeres le pidieron a la universitaria que solo quería ir a almorzar, que tenían que buscar al señor para devolverle el dinero.

"Yo les dije que estaba bien, pero que yo no tenía nada que ver con ese señor, que no sabía a dónde había ido".  La señora dijo: "yo lo ví con unas llaves de carro, seguro se fue al estacionamiento". 

María tenía que bajar porque quería buscar otro lugar para comer, se dirigió con ambas hasta el estacionamiento, pero en ese momento se quedó parada y les pidió que siguieran buscando al hombre sin ella. En ese punto, sabía que algo extraño estaba pasando y se mantuvo firme en su decisión de no seguir con ellas dos a ningún lado.

"Les aclaré que estaba esperando a alguien y que no iba a salir por ningún motivo del centro comercial. Ellas insistían en buscar al hombre, y me alertaron que si no lo conseguían, tendrían que repartir el dinero entre las tres. Les dije que no estaba interesada y que se repartieran el dinero entre ellas dos".

Según las mujeres, tenían 1 500 dólares, o sea que, eran 500 dólares para cada una. "Les di las gracias, les dije que yo no quería el dinero; pero la más joven me repetía que tenía que aceptarlo, porque ella lo quería porque le hacía mucha falta el dinero y que si yo no accedía, ella se iba a sentir mal. Siempre en modo manipulación", consideró.

En ese punto, empezaron a hacerles preguntas personales, a fijarse sobre su físico, le preguntaron si era modelo. Minutos después, la invitaron a salir del CCCT para contar la plata porque "nadie las podía ver".

María Paula reiteró que no saldría. Les sugirió que fueran las dos a contar el dinero mientras ella esperaba. Pero solo llamó a su papá para que la fuera a buscar. Las mujeres no volvieron. Durante los minutos que pasó por el incómodo momento, María Paula de 20 años le escribió a su padre y a dos amigas, para que supieran lo que estaba pasando y dónde estaban. Al llegar al CCCT, su padre quiso avisar a la gerencia, pero pidieron la declaración de la joven y ambos decidieron no exponerse.

"Creo que me protegió saber que ese dinero no era mío y que no tenía nada que hacer aceptando repartirlo porque no es correcto tomar lo que no nos pertenece. Además que, eran extraños y podría ser algo irregular como un robo o un secuestro".

¿Qué es un paquete chileno?

En contacto telefónico con este portal, el periodista de sucesos Javier Ignacio Mayorca explicó que los casos de "paquete chileno" nunca desaparecen por completo. Son un delito que va y viene.

"No desaparecen del todo porque siempre ha tenido cierta efectividad y la gente cuando está en un lugar público, en un centro comercial, no espera ser víctima directa de este procedimiento".

Describió que es una forma de "intercambio de dinero en el que a alguien se le retorna algo que ella aparentemente tenía, pero que adentro lo que hay son papeles que simulan ser billetes". 

Esta, según expuso, sería la forma más clásica del hurto.

"Mira se te cayó esto y cuando le devuelven el fajo de billetes es papel periódico con un billete arriba y uno abajo. Eso nunca desaparece del todo, va y viene y suele ocurrir en áreas cercanas a los bancos porque ven quiénes retiran dinero de los bancos y tratan de aproximarse a ellas, a ver si las pueden engatusar y generar una situación en la que se puedan apoderar de la plata de la víctima".

Destacó que la mayoría de las personas no denuncian porque los victimarios hacen que la persona entregue el dinero de forma voluntaria. Sin violencia. 

"Así que mucha gente no denuncia por vergüenza", acotó.

Respecto a qué tan frecuente ha sido durante los últimos años, Mayorca precisó que se conocieron muchos casos entre los años 2000 y 2010, cuando había mucha circulación en el país de dinero en efectivo. 

"Fueron años de bonanza económica, de bastante dinero en efectivo en la calle y se prestó para el surgimiento de varias modalidades. Pero esto no es nada reciente ni de este siglo, es del siglo pasado. Como te digo, va y viene, siempre se ha mantenido".

De acuerdo a la página web Expresiones de Chile, la expresión "paquete chileno" tiene su origen después del golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile en 1973.

"Muchos chilenos se vieron obligados a abandonar el país y a refugiarse en México, Venezuela y Colombia. Dicen que cuando llegaron a estos países, se vieron obligados a vender las pocas cosas que traían para sobrevivir. Cuando se le acababan las cosas de valor, empacaban cualquier chuchería que hacían pasar por algo de valor".

Un reporte de Diario Avance del 1 de agosto de 2014, citó declaraciones de un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, que pidió no ser identificado, pero advirtió que este tipo de delito es más común de lo que se cree.

"Los delincuentes dejan caer en la calle, cerca de la víctima, un paquete que parece contener un fajo de billetes, pero que en realidad son recortes de papel periódico. En el extremo sí hay un billete verdadero, casi siempre de alta denominación, lo que crea la ficción de que los demás papeles son iguales. El delincuente llama a la víctima y le dice que el paquete se le acaba de caer. En la mayoría de los casos, quien ha hecho el retiro del banco reconoce que el fajo no es suyo, por lo que el estafador le propone que vayan a una cafetería u otro establecimiento público para repartir el dinero que se acaban de encontrar. Ya en el local, el delincuente aparenta premura y le dice a su víctima que no hay necesidad de destapar por completo el paquete, que le dé lo que tenga en la billetera, lo que acabó de retirar del banco, o incluso las joyas que lleve puestas, y a cambio él le entregará todo el paquete", detalló.

Tras haber hecho el negocio, el estafador se retira y la víctima, cuando cree que está sola, destapa el paquete y se da cuenta de que son trozos de papel. El delito está hecho.

“Las organizaciones delictivas ponen delincuentes en los bancos como si fueran clientes y ellos detectan quiénes van a realizar alguna transacción, especialmente el retiro de dinero. Cuando esta persona retira el dinero, ya está ‘marcada’ por uno de los miembros de la banda que está en el interior del banco”, explicó el experto en delitos financieros.