Por esta razón Maduro todavía le tiene pánico a la Fuerza Armada

Caracas, 28 de mayo.- Cuidado. Dijo alguna vez Rafael Poleo, que los gobiernos no los tumban, sino que se caen. Nicolás Maduro ya hizo el trabajo dentro del entorno civil de la cúpula. Purgó todas las piezas de Hugo Chávez. De allí que ahora la nueva cúpula sea "madurista" y no exactamente "chavista", aunque el proyecto sea el mismo. Ya purgó Maduro a Rafael Ramírez y a Luisa Ortega Díaz, mientras que Jorge Giordani y Héctor Navarro, por citar algunos casos emblemáticos, no necesitaron esperar la purga, pues desde el inicio del "nuevo" Gobierno, manifestaron incomodidad con el escogido de Hugo Chávez. No hay liderazgo, decía Giordani. Y la carencia de liderazgo destruirá "la revolución", advertía el ex ministro en su famosa carta "testimonio y responsabilidad ante la historia".

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Pero la jugada de Maduro, con liderazgo o no, ha tenido buenos resultados. Buenos es un decir. Estamos hablando de la purga en el entorno civil. No hay quien pueda hacerle daño al presidente desde el ala civil excluida. Ni Ortega Díaz ni Ramírez Carreño. Éste último, quien se supone iba a tomar medidas si el Gobierno tocaba a algún miembro de su familia, no ha podido hacer nada más allá de sus artículos dominicales. El de este domingo habla de fraude. ¿Qué le importa a Maduro? De hecho, no solamente Maduro fue en su contra, sino que arremetió contra Diego Salazar, su primo. El primo de los excesos y los escándalos de corrupción. Y no pasó nada. Ahí sigue Maduro. No fueron "sacudidas" las bases del madurismo.

Pero un momento. Esto es el ala civil. ¿Y el ala militar? Porque la lista de acciones de Maduro para ganar liderazgo dentro de la Fuerza Armada es enorme. Desde el aumento de las prebendas, pasando por la entrega de PDVSA, la degradación de militares originarios del 4 de Febrero, hasta pronunciar discursos en el patio de la Academia Militar rogando, casi implorando, el apoyo incondicional de los militares. Sabe Maduro que su verdadero sostén se encuentra en las armas.

Pero algo no anda bien en el seno de la Fuerza Armada. No anda bien porque rumores van y vienen, y es bien sabido que cuando el río suena es porque piedras trae. ¿O entonces por qué , a estas alturas del partido, con la Oposición como está, sigue la cacería dentro de la Fuerza Armada? ¿Cómo es que todos los días crece la lista de oficiales detenidos? ¿Y por qué el Gobierno omite declarar sobre estos asuntos? Si hay rumores de golpe de Estado, los alimenta el propio régimen con el silencio sobre sus ejecutorias en la materia.

Entonces, claro, Maduro tiene miedo. Pánico a las armas que lo sostienen, puesto que carece de liderazgo dentro del estamento militar, como sí lo tenía Hugo Chávez. De allí que ahora de aliste para intensificar la purga. La limpieza. Pero la Fuerza Armada no es el ala civil del chavismo. Este trabajo de ingeniería política es más delicado que lo que alguna vez se ejecutó contra Ramírez. E impera el miedo. La angustia. Y el desespero.