Por qué el Miércoles de Ceniza da inicio a la Cuaresma

Caracas.- La iglesia católica inicia este miércoles el periodo de 40 días de preparación para que los fieles puedan vivir los misterios de la Pasión, muerte y resurrección de Jesucristo en la Semana Santa.

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El ritual comienza con el ayuno por parte de los creyentes mayores de 18 años y menores de 60, quienes deben confesar sus pecados como ejercicio de reconocimiento de la propia fragilidad y la mortalidad. Seguido a esto, es deber demostrarle a Dios la intención de ser mejores cristianos mediante el cumplimiento de una serie de obligaciones que demuestren el compromiso con la iglesia.

En este día se marca el fin del asueto de carnavales, festividad considerada como pagana para la religión, y es costumbre la imposición de la ceniza en la santa eucaristía, donde el sacerdote dibuja en la frente de los feligreses una cruz de la ceniza que se obtiene en la incineración de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año litúrgico anterior, bajo el llamado escrito en el Génesis, “Hombre, recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”.

Su cumplimiento hace honor a una antigua tradición hebrea, donde los judíos se cubrían con cenizas después de haber pecado o como preparación para algún acontecimiento señalado, con el objetivo de acercarse más a Dios a través del arrepentimiento.

La función de esta tradición se explica mejor en el artículo 125 de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que explica que “el comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las cenizas. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios".

Por otro lado, inicia igualmente el periodo de abstinencia de carne durante todos los viernes de cuaresma para los practicantes mayores de 14 años, la cual tiene un sentido de penitencia que los capacita para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo. Ésta práctica se remonta al siglo IV, cuando se utilizó el “Computus” para calcular una fecha que podía tener lugar entre el 4 de febrero y el 10 de marzo para fijar la Cuaresma y el ayuno como práctica penitencial, algo que jamás ocurría en domingo por su condición de festivo, por lo que se movió al miércoles previo.

Este año, las iglesias del mundo han tenido que adaptarse a las recomendaciones para cumplir las normas de bioseguridad y evitar lo máximo posible el contacto físico para combatir la pandemia de COVID-19, y que así se pueda cumplir con el calendario litúrgico de las festividades religiosas preparadas hasta el sábado 3 de abril, cuando finaliza la Semana Santa.