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El Dato

Qué tan cerca está la dictadura de Nicolás Maduro de derretirse con apenas un soplido

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Caracas.- Si de algo sabe Nicolás Maduro es de resistencia. Purgó su entorno del chavismo "originario". Se deshizo de Rafael Ramírez y mantuvo a raya a Diosdado Cabello. Superó con éxito los eventos de La Salida en 2014. Burĺó a través de "su" Tribunal Supremo de Justicia los resultados de las elecciones parlamentarias, anulando las competencias del Poder Legislativo. Reprimió en 2017 con más de un centenar de muertos y desarmó a la oposición. Se reeligió en mayo de 2018 en un dudoso proceso electoral que nadie reconoció. Luego vino su desgracia. No contaba con Juan Guaidó ni con el reacomodo de las estructuras de la oposición. Se abrió un dique. La dictadura no está cerca de derretirse con un soplido. Pero está más débil que nunca.

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Ni Juan Guaidó fue hecho preso ni la oposición ha sido fracturada. El peor síntoma que ha mostrado Maduro de debilidad fue no poner tras las rejas al presidente interino. No se atrevió. Vio demasiado cerca el final de su régimen y apostó por el viejo truco que echó a andar con éxito Hugo Chávez en su día: procurar que el adversario termine quemándose con el paso del tiempo. Por eso los miembros de la cúpula declaran que Guaidó no existe, con todo y el monumental ridículo que ha hecho Diosdado Cabello con la amenaza de un comité de bienvenida en Maiquetía para Guaidó. Pero Maduro no es Chávez ni Guaidó ni la oposición tienen el mismo estatus de otrora. Y el descontento ha pegado en las estructuras de la Fuerza Armada, único y verdadero sostén de la dictadura.

Juan Guaidó presiona. Estados Unidos presiona. La comunidad internacional, casi toda, presiona. La sociedad presiona. A su modo, pero presiona. La crisis económica es de proporciones bíblicas, solamente comparable con las tragedias originadas por el comunismo en Europa, por allá en el siglo XX. Maduro permitió que se le abrieran demasiados frentes. Parece que se quedó sin plan, como advirtió Juan Carlos Zapata en KonZapata. Y Guaidó marca la agenda. La cúpula se ha vuelto reactiva. Defensiva. Ese es otro síntoma de las proporciones del conflicto.

El régimen no va a derretirse con un soplido, pero está demasiado débil. Y si Maduro no ha salido del poder, es porque el factor militar sigue siendo la piedra de tranca:

-Porque no hay un liderazgo en los cuadros medios que agrupe el descontento-, apuntó a esta sala de redacción una fuente del sector castrense, como hemos insistido en notas anteriores, pues este asunto es clave para entender de qué va realmente el asunto militar.

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¿Cuánto más puede resistir Maduro aferrado al poder y dependiendo del generalato que siempre será leal únicamente hasta la víspera?

 

 

 

 

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