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Secuestro de Edgar Zambrano debe ser el preludio del final de la dictadura comunista

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Caracas.- El caso de Edgar Zambrano no es una detención, sino un secuestro de una banda hamponil dirigida desde el Palacio de Miraflores. Un secuestro en el que, por cierto, el secuestrado dejó en ridículo a los secuestradores, obligándolos a utilizar una grúa para trasladarlo hasta las mazmorras del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional. Es la acción de una dictadura que acorralada, se ve en la obligación de arremeter contra el único poder legal y legítimo que sobrevive en el país tras 20 años de maldición comunista. Y tras Zambrano, seguramente habrá otro grupo de diputados que próximamente serán secuestrados por una dictadura que parece advertir que su final ya está demasiado cerca.

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Cuando está más oscuro, es porque el amanecer está cerca. La unidad y la solidaridad del país entero deben estar con Edgar Zambrano y todos los diputados de la Asamblea Nacional, quienes han decidido enfrentar a la tiranía corriendo cualquier clase de peligros y atropellos desde el propio 5 de enero del año 2016, cuando el chavismo se vio obligado a abandonar la presidencia del Parlamento tras una histórica votación que le otorgó dos tercios de los escaños a la oposición.

Gracias a ese proceso electoral, y gracias al empeño tenaz de la dirigencia opositora en construir la unidad perfecta en todos los circuitos y listas -con tres excepciones conocidas-, el país tiene a su servicio a la Asamblea Nacional. Si hoy existe persecución contra la oposición, es porque algún daño le habrá propinado a la dictadura.

Hoy, más que ayer, es momento de cerrar filas en torno a Juan Guaidó y a la Asamblea Nacional. Unidad por Mariela Magallanes, Richard Blanco, Luis Florido, Américo de Grazia,  Henry Ramos Allup, Juan Andrés Mejía y todos los parlamentarios que han sido amenazados.

No hay espacio para dudas ni vacilaciones, y mucho menos para las miserias de los intereses particulares de quienes siempre han dedicado su penosa artillería a dinamitar la unidad opositora.

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