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La Lupa

Tras recientes ascensos: ¿Cuál es la situación interna de la Fuerza Armada?

Los ascensos militares fueron opacados por la campaña electoral y ahora por los resultados del 28 de julio. El acto para los ascensos a generales y almirantes ocurrió el 3 de julio y mantiene lo que he hallado al menos a partir de 2022: los famosos “primeros de la promoción” llegan a generales y almirantes. Si se compara con los primeros ascensos durante el gobierno de Maduro, tentativamente se puede decir que la proporción de “los mejores” para los grados de general de brigada (GB), división (GD), contralmirante (CA), y vicealmirante (VA), es ligeramente mayor, lo que indica que las FAN cuidan la calidad de sus ascensos y el presidente los promueve. Esto ya no parece ser problema. El punto ahora es el compromiso de los ascendidos con lo que establece el 328 de la constitución hacia las FAN. Hoy lo relevante es lo cualitativo. Los mejores pueden -y pasa- ascender, pero los promovidos pueden sentirse parte de un proyecto político que es el chavista con lo que las FAN dejan de ser no partidistas. Fueron socializados de esa manera. Las FAN se perfilan como una institución profesional, política, pero partidista cuando debe ser una profesional, política, pero no partidista. Dos casos vinculados a las elecciones del 28 de julio respaldan esta hipótesis

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Caracas / Foto: @Fanb.- Este artículo debería ser sobre de lo que todo el mundo habla: la crisis política que las elecciones del domingo 28 catalizaron. Es un tema grueso que no será objeto de este texto. No lo será porque el tópico de hoy lo tenía pendiente: los ascensos militares. Los próximos artículos estarán dedicados al asunto de las elecciones y sus consecuencias, aunque en este trabajo comento dos casos que tienen que ver con lo militar, tema del artículo.

Lea también: Hijos de expresidentes venezolanos llaman a la FANB a "respetar la voluntad popular"

No obstante mi posición acerca del 28 de julio es la de auditar y verificar los resultados dados por el CNE que es la posición incluso de gobiernos cercanos al de Venezuela.

Por eso no hablo de “fraude” -al menos ahora- ni tampoco me adelanto a “proclamar” a Edmundo González Urrutia (EGU) o a Maduro. Al menos ahora. Busco hechos verificables, no anotarme a narrativas o matrices para los grandes aplausos de tuiter o para “sentirme parte de la historia”. No me interesa la historia, me interesan los hechos. Por ejemplo ¿se hizo la auditoría fase II prevista para el 2 de agosto, según el calendario del CNE? Sí o no, sin narrativas y el por qué en cada caso. Es lo que persigo. No escribir una crónica tipo García Márquez enero de 1958 para algún elogio internacional tipo, “a great piece by…” para que un famoso me cite en tuiter. No, gracias.

Al final del día, el problema central de la política venezolana se mantiene -viene desde Chávez- dos grupos que no se reconocen porque se asumen como parte de una lucha existencial que busca acabar al grupo respectivo o domesticarlo para tener una oposición o un chavismo “a la medida”. No es casual que tanto Maduro como María Corina hablen de una “lucha espiritual” y el tono de las redes sociales es el del “bien contra el mal”.

Este clima llevó a la erosión de los posibles centros. El gobierno anuló los suyos al construir una élite que está muy bien y que funciona bajo el “Group think” de Janis. En criollo, solo se escuchan a sí mismos y, por ejemplo, está en modo de negación porque no quiere reconocer que la Venezuela que protesta es la “de los empleados” no la de las elites, sencillamente porque vivir en Venezuela es insoportable. Solo para las elites -TODAS- es vida la existencia en Venezuela. El gobierno se creyó el cuento que el pueblo lo que quiere “es trabajar y rumbear” como le encanta decir al presidente, pero “la procesión iba y va por dentro”. Y ese es el pueblo venezolano que muchos ahora descubren maravillados, aunque Picón Salas lo describió muy bien en 1946. En resumen, para el pueblo, pensar 6 años más en una existencia gris producto de un gobierno mediocre, es inaceptable.

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La oposición también destruyó al centro con el infame “batallón hace listas y destroza personas” de cierta oposición en tuiter -es un poema leerlos ahora hablar de los “sapos” del mundo oficial ¿se vieron en el espejo? y convertido en “data analyst” con bellos gráficos de barras y de dispersión, faltan los “pie charts”- con toda clase de etiquetas para descalificar y denigrar que van desde “alacranes” a “tibios”, “lojanalistas” y “ambosladistas”, por mencionar las deshumanizaciones más zanahorias. Por supuesto, todo esto dicho desde la comodidad de tuiter mientras se espera el “delivery” porque “hay que cuidarse”.

Extraña que ese grupo, ahora, aplauda a Enrique Márquez y a Juan Barreto por decir o hacer cosas que no son del otro mundo. Márquez hizo lo que hubiera hecho en sus zapatos: ir al TSJ -si quieres una transición tienes que verte con tu adversario, y solo hubiera ido para “ver a los ojos” al presidente Maduro- y expresar una posición firme allí. Nada del otro mundo. Con los aplausos a Márquez, lo que ese “batallón” revela es que es muy miedoso. El silbido en la noche para espantar al culillo. Márquez no hizo nada diferente a lo que debió hacer en esa circunstancia.

El exalcalde mayor, Juan Barreto, también es elogiado y es una fuente de referencia para cierta oposición en tuiter por decir lo que varios tienen aaañosss diciendo.

En una entrevista a El País, Barreto aseguró que “Es una fantasía pensar en un quiebre dentro del gobierno de Maduro”, que es la receta del “ejército de economistas y politólogos serios” que atrapó a los políticos de la oposición por lo menos desde hace 10 años, que fracasó, fracaso que ahora todos debemos cargar. Hoy busca el “quiebre por abajo” para ver si se corona como el Guillermo O’Donnell o el Juan Linz del Siglo XXI. A lo mejor que ahora Barreto es una referencia de autoridad, le haga caso, destrocen menos, y construya un centro para conversar con el gobierno. Por ahí comenzará la salida o posible solución (si la hay).

Esto es lo que tratan de hacer AMLO, Lula, y Petro. Construir ese centro. El gobierno no puede descalificar sus credenciales de izquierda, y la oposición los destrozó pero ahora se traga “sus sapos” ¿Centro para qué? Para que la lucha existencial sea agonal, sea política y no “espiritual”, y no sea entre “buenos y malos”. En psicología social, en la teoría de los grupos, hablamos que “puede haber malos en los buenos y buenos en los malos”, de manera metafórica, para reducir el “outgroup bias” y el “ingroup bias”.

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En el plano de la politología, las teorías recientes sugieren que un “conflicto intratable” como el venezolano requiere la construcción de un centro fuerte para que eventualmente pueda ser “tratable”. Lástima que en Venezuela los prospectos para ese centro se dejaron apabullar por los “batallones hace listas y destroza personas y reputaciones”. Por cierto, grandes figuras como Mandela y Havel también fueron tildadas de “colaboracionistas” pero no se dejaron intimidar, y por eso lideraron transiciones. Los “habla golpiao” o “puros” no conducen transiciones, tal vez reciban elogios de Elon Musk o hagan transiciones pero en tuiter con brillantes “hilos”.

Espero que el trío AMLO-Lula-Petro pueda abonar a construir ese centro y quienes dentro de Venezuela se sientan así, se paren de una vez firmes -ya es hora- contra los “batallones de la infamia” que habitan en redes sociales.

Luego de esta breve introducción para indicar mi postura en el tema 28 de julio, paso al tema del artículo: los ascensos militares a generales y almirantes.

Desde 2021 analizo para El Cooperante los ascensos militares y la conformación del alto mando militar. Van 4 años de ascensos que examino: 2021, 2022, 2023 y 2024. Los análisis siempre son profundos para ofrecer al lector una perspectiva novedosa acerca del tema militar, que se salga de lo tradicional sobre las FAN.

Sin embargo para 2024 no será de esa manera. Me excuso con el lector. El 28 de julio acaparó mi atención tanto para El Cooperante -desde mayo escribo solo sobre eso, y no fue en vano por todo lo que pasa ahora- y en mi oficina de análisis político. Todo se va en el tema electoral. Todo el mundo pregunta y quiere saber acerca de la presidencial. No hay otro asunto del que se hable o te pregunten. Si antes del 28 había incertidumbre por lo que pasaría, hoy hay más interés por lo que sucede y pueda ocurrir.

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Por lo anterior, no puedo hacer un análisis acerca de los ascensos como me gustaría. Completo. El análisis a continuación será muy descriptivo pero no quiero dejar pasar el evento sobre los ascensos que no se notó en la opinión pública, concentrada como está, en el proceso presidencial y sus resultados.

Veamos el cuadro 1:

Fuente: elaboración propia con base en las resoluciones ascensos 2022-2024 y actos en el Panteón del día 4-7-22, 4-7-23, y 3-7-24.

Para 2023, se consultaron trabajos de la periodista Sebastiana Barráez.

Porcentajes redondeados al 100%

Siglas:

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CA: Contralmirante

VA: Vicealmirante

GB: general de brigada

GD: general de división

En 2024 fueron ascendidos a generales y almirantes un total de 165 oficiales, distribuidos en 14 CA y 17 VA, y 72 GB y 62 GD. El número de contralmirantes y vicealmirantes se mantiene más o menos constante a partir de 2022, luego de variaciones entre 2019 y 2021. Por ejemplo, en 2021 ascendieron 33 CA. En 2020, subieron 2 VA. A partir del año 2022 los valores son más estables.

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Si buscamos los valores más altos en los ascensos y los comparamos con 2024 tenemos que en CA, 33 subieron a este grado en 2021. En 2024 son 14 (-19 CA). En VA se mantiene en 17 oficiales. En GB ascendieron 86 en 2020. En 2024, pasaron a este grado 72 profesionales (-14 GB). En GD, son 67 en 2019 y 62 en 2024 (-5 GD).

No se puede sumar la reducción en cada grado porque son de años distintos pero las bajas comunican que las FAN buscan tener ascensos estables en el tiempo. Si se ve de manera global, de 184 ascendidos en 2019 a estos 4 grados a 165 en 2024, que son 19 oficiales menos. Esta baja se mantiene estable desde los ascensos de 2021.

Una de las hipótesis desarrolladas en el artículo para El Cooperante que analizó los ascensos de 2022 es que las FAN buscan mantener una cantidad estables de ascensos para evitar un exceso de generales y almirantes.

En julio de 2022 se escribió que, “Tal vez el presidente Maduro y las FAN están conscientes de esto porque el número de ascendidos en 2022 es menor a 2021: 162 y 184 respectivamente. 22 generales y almirantes menos. Además, repartidos en cantidades iguales: 81 de brigada/contralmirante y 81 de división/vicealmirante. 22 es una cifra modesta, pero puede indicar que se quiere reducir la cantidad porque ya es excesivo. Otra señal puede ser que, a la luz del Cuadro 1, se quiere mantener una cantidad estable para ascender en estos 4 grados, de manera de poder alinear los ascensos con las plazas disponibles y no tener, como se dice en la calle, ‘no son generales de brigada sino una brigada de generales’, que comunica algo ‘bananero”.

A la luz de los ascensos en 2023 y 2024 esta afirmación e hipótesis parece corroborada por los hechos: los ascensos a estos 4 grados se estabilizan en un promedio de 165 oficiales por año (entre CA, VA, GB, y GD).

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Veamos la distribución de los ascensos por fuerza en el cuadro 2:

Fuente: elaboración propia con base en las resoluciones ascensos 2022-2024 y actos en el Panteón del día 4-7-22, 4-7-23, y 3-7-24

Porcentajes redondeados al 100%

Siglas:

CA: Contralmirante

VA: Vicealmirante

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GB: general de brigada

GD: general de división

El cuadro 2 respalda lo hallado en el cuadro 1: las FAN estabilizan el número de sus ascensos para ajustarlos a las necesidades del servicio en cuanto a plazas disponibles. En general, los totales por fuerza se mantienen estables entre 2022 y 2024. El Ejército y la GN son las que tienen más ascendidos. La Marina y la Aviación tienen valores estables en sus ascensos.

Frente a las hipótesis desarrolladas para el artículo para El Cooperante que examinó los ascensos de 2023, no hay mayores cosas que sumar.

Para recordar, hace un año trabajé dos hipótesis para explicar la estabilidad en los ascensos a los grados de general y almirante.

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La primera, es el resultado de la separación de las FAN del conflicto político entre el gobierno y la oposición que la tocó. La institución planteó la necesidad de volver o reforzar lo profesional para disminuir las tensiones a lo interno.

Este clima de unas FAN menos profesionales pudo estar detrás de indicadores como conspiraciones, solicitudes de baja, deserciones, y de efectivos que no se presentaron en sus puestos sin motivo justificado. Señales que revelaron que las FAN se alejaron de su carácter profesional durante el conflicto entre el gobierno y la oposición que llegó a su punto máximo en 2020 con el infame episodio de Silvercorp en mayo.

El segundo motivo es consecuencia o reflejo del anterior. La necesidad que las FAN cumplan con sus tareas profesionales. Una institución metida en la diatriba política diaria no puede cumplir con su misión. En 2023 esto fue una hipótesis, pero en 2024 puede estar corroborada a la luz de lo afirmado por Padrino López durante el acto de expulsión de profesionales a propósito de “las 5 conspiraciones”, en enero de 2024.

Allí, el general en jefe dejó ver unas FAN con problemas de apresto pero, fundamentalmente, escasez de personal. Una manera de retener al que está y atraer a nuevos cuadros es no mostrar una FAN partidista, cuál guardia pretoriana para cuidar a la élite política y al sistema político chavista, sino una institución profesional al servicio de la nación y no del chavismo.

Las FAN necesitaban un clima interno de tranquilidad, para poder concentrarse en su misión y corregir los indicadores de tensión (apresto, bajas, deserciones). Este clima pasa, entre otras cosas, por darle forma a la pirámide de los grados que seguramente estaba distorsionada con una alta presencia de generales y almirantes que hubo que promover por causas políticas, derivadas del conflicto con la oposición entre 2014 y 2020.

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A partir de 2020 y visible a partir de 2022, las FAN se alejan de la diatriba política y se concentran en su tarea profesional. En el alejamiento está la estabilidad interna para poder desarrollar sus actividades en una situación de menos recursos que requiere una institución militar con mayores y mejores niveles de competencia profesional, lo que demanda un clima interno con pocas tensiones.

No obstante, la hipótesis de unas FAN “que refuerzan su carácter profesional” se pone a prueba en 2024 por la crisis de las presidenciales porque las FAN -el alto mando- se alinearon con el gobierno.

La hipótesis la podemos corroborar con un “proxy” que es el orden de mérito en los ascendidos en 2024 comparado cuando se graduaron en las academias y cuando ascendieron a general de brigada en 2021, con los ascensos en 2023 y 2022 que fueron años no electorales como 2024.

La hipótesis nula plantea que si hay partidización política, deben ascender oficiales partidistas que no necesariamente son meritorios. La hipótesis alternativa formula que el carácter profesional de las FAN se impone por lo que ascienden quienes tienen méritos independientemente de la campaña electoral y de la partidización de las FAN.

Un “caveat” en lo último. Puede discutirse la calidad del mérito en una FAN partidizada y en otra no partidizada, pero escapa a este artículo hacerlo. Asumimos que en las dos condiciones -partidizada y no- es una variable estable. Es decir, las FAN son profesionales partidizadas o no. El punto es ascender con base en los méritos que sí pueden ser diferentes y producir una calidad distinta en una FAN profesional de una partidizada.

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En sencillo, mi hipótesis parte del supuesto que un oficial partidista no tendrá méritos como uno que no sea de unas FAN partidistas. Pero puede darse una situación: que oficiales partidistas tengan méritos, que puede ser el caso de las FAN de Venezuela en este momento.

Limitaré el “proxy” a los ascensos en el ejército. Su potencia heurística es limitada pero lo que me interesa es mostrar alguna señal de si 2024 influyó en la tendencia de las FAN a reforzar su lado profesional y a bajar su lado partidista, que no político, casada con el proyecto de país chavista, al compararla con los ascensos en 2022 y 2023.

Se mantiene el método de análisis, como en 2023, pero solo para el ejército. Tomé las resoluciones para cada grado porque ellas establecen el orden de mérito en una lista dada. Analicé las listas del ejército. Son 2 listas en total, una para cada grado. De cada una de esas 2 listas, tomé el orden número 1 al 5. Totaliza 10 ascensos (2 listas por cada grado x 5 ascensos en cada lista = 10 ascensos). Cada uno de los 10 ascensos se cotejó con el puesto en que el profesional se graduó en la academia militar.

Se estableció un criterio arbitrario para definir a “los primeros de la promoción”. Hasta el 33% de una promoción determinada. El “top 33%” de la promoción (que es lo resaltado en color azul en cada cuadro). Por ejemplo, una promoción tiene 100 oficiales. Los “primeros” serán los graduados entre el puesto 1 al 33. Los “no primeros” –uso una variable dicotómica- estarán ubicados entre el puesto 34 al 100. Pero puede ser otro porcentaje más restrictivo: el 20% o 10% o más amplio, el 40% o 50 por ciento.

La idea es ver, simplemente, si los ascendidos a generales se graduaron entre los primeros cuando se recibieron como oficiales, y en qué porcentaje ascienden “los primeros” y los “no primeros”, que pudiera ser un “proxy” para acercarnos a los criterios de desempeño profesional en los ascensos para los grados de general de brigada y de división.

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Veamos el cuadro 3:

Fuente: elaboración propia con base en las resoluciones de ascensos 2024, anuarios de las academias, y acto en el Panteón del día 3-7-24

Si se observa en valores relativos globales, el 80% de los ascendidos a los grados de GB y GD en 2024 se graduaron en el “top 33%” de sus respectivas promociones (1996 y 1999). En el caso de los GD, los 5 primeros están en el “top 33%” de los egresados en 1996. En el caso de los GB, el valor es del 60% entre los primeros y el 40% entre los no primeros que subieron al grado de general de brigada si se compara con la posición lograda por cada oficial cuando se graduó en 1999.

Si se compara con los ascensos de 2023 y 2022 tenemos lo siguiente (cuadros 4 y 5 respectivamente):

Cuadro 4

Fuente: elaboración propia con base en las resoluciones de ascensos 2024, anuarios de las academias, y acto en el Panteón del día 4-7-23

Cuadro 5

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Fuente: elaboración propia con base en las resoluciones de ascensos 2022, anuarios de las academias, y acto en el Panteón del día 4-7-22

Puede afirmarse que los ascensos que se salen de la hipótesis sobre el mérito para ascender ocurrieron en 2023 cuando oficiales que fueron no primeros en las promociones subieron a los grados de GB y GD: 50 por ciento de los ascendidos estuvieron entre los primeros de la promoción y el 50% restante no estuvieron entre los primeros de la promoción respectiva.

Se dice que 2023 “se sale de la hipótesis” en el sentido que la mitad de los ascendidos no estuvieron entre los primeros de la promoción al momento de la graduación en la academia militar.

En 2024 es diferente. Ascendieron los meritorios en mayor proporción que en 2023. Tentativamente, la hipótesis nula se rechaza y la hipótesis alternativa se acepta.

Lo anterior debe matizarse porque un oficial pudo no graduarse entre los primeros pero a la largo de su carrera, haberse destacado y ascendido entre los primeros. No se puede condenar a un oficial simplemente porque no se graduó entre los primeros de la promoción. Por supuesto, hacerlo tiene un mérito pero hablamos de una carrera con una duración de casi 40 años en la que el oficial debe demostrar sus calificaciones en esas casi 4 décadas. El puesto en la promoción de las academias predice pero no determina. Determina la carrera del oficial a lo largo de su servicio.

Por lo anterior, se mantiene la variable usada en 2023 para corregir el posible sesgo con oficiales que no son primeros de la promoción pero que, una vez graduados, les gustó su carrera y en los cursos sí fueron los primeros de la promoción por lo que llegaron al vértice de la pirámide de los grados.

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La variable busca corregir la “caja negra” de ¿qué pasó entre la graduación de una academia y el ascenso a general? No podemos responder a esta pregunta, sino de manera muy limitada. Tendríamos que tener todos los expedientes de los ascendidos.

El cuadro 6 es un “proxy” muy básico para corregir este posible sesgo que consiste en no ver la carrera completa. El cuadro 6 lo que revela es el orden de mérito cuando se ascendió a general de brigada y a general de división, para ver la posición de una persona en dos ascensos: a brigada y división ¿Se mantuvo, descendió, vino de menos a más? El mismo grupo de oficiales que subió a general de brigada en 2021, son los que ascendieron a general de división en 2024. Veamos en el cuadro 6 cómo fue el orden de mérito en función de los oficiales que ascendieron este año.

Cuadro 6

Fuente: elaboración propia con base en las resoluciones para los ascensos de 2021 y 2024

El cuadro 6 corrobora que los ascendidos a GD en 2024 también estuvieron entre los 5 primeros cuando subieron a GB en 2021, y se graduaron entre los primeros cuando egresaron de la academia militar en 1996. Es decir, hay una constancia de la calidad profesional desde la graduación hasta el ascenso a general, no sabemos en el intermedio pero se puede asumir que los ascendidos tienen una buena hoja de servicios a lo largo de su carrera.

A diferencia de los ascensos a GD de 2023, los 5 primeros de 2024 no están involucrados en hechos que chocan con lo profesional como fue el año pasado con dos oficiales (cuadro 7). Es decir, la selección para 2024 fue con oficiales con una hoja de servicios impecable para ambos ascensos. Observemos el cuadro 7:

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Cuadro 7

Fuente: elaboración propia con base en las resoluciones para los ascensos de 2018, 2019, 2020, y 2023

Pr: puesto en la promoción al graduarse como oficiales

¿Qué podemos concluir? La hipótesis planteada por primera vez en 2022 y sometida a revisión en 2024 -que la institución se focaliza en su carácter profesional, que no excluye no sentirse parte de un proyecto partidista- parece recibir respaldo en los ascensos del año 2024.

Se puede afirmar que este hallazgo es robusto. Tiene dos implicaciones. Una cuantitativa y otra cualitativa.

La cuantitativa es que los análisis a futuro deben aumentar en el examen del tiempo de la carrera del oficial y de las promociones. Es decir, analizar a partir de los ascensos -por lo menos- a coronel o capitán de navío hasta el grado de GB/GD o CA/VA. O de mayor o capitán de corbeta hasta los grados de GB/GD y CA/VA. Es decir, la trayectoria del oficial en 4 grados para ver si los que ascienden vienen de los primeros de la promoción al graduarse y suben de primero a la categoría de oficial superior, que comienza con el grado de mayor o capitán de corbeta. Lo ideal sería evaluar una muestra desde el grado de teniente/teniente de corbeta hasta GB/GD y CA/VA. Es decir, desde que un oficial se gradúa hasta que sube al grado de GD/VA para ver su desempeño en cada ascenso o en la carrera.

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También, evaluar a promociones. Aunque suene chocante escribirlo, puede haber “promociones mejores” y “promociones menos mejores”. Entonces, a lo mejor lo que vemos en 2024 es que la promoción de esos años (1996 y 1999) fueron muy buenas en comparación con otras promociones. Esto para aislar posibles “variables confundidoras”.

En resumen, luce como un hallazgo robusto que primeros de la promoción llegan a generales y almirantes en una buena proporción. Las FAN promueven oficiales con méritos y el presidente Maduro los asciende. Los dos favorecen el mérito en una proporción aceptable.

Lo cualitativo apunta al compromiso del oficial con la profesión. Hoy esto es muy importante a la luz de las presidenciales de 2024.

Ascienden los mejores, sí, pero ¿dentro de unas FAN con base en el 328 de la CN o una que se siente parte de un proyecto político de un partido político? En otras palabras, ser de los mejores ¿garantiza un compromiso con la carta magna y el 328? La respuesta es no. Bien que asciendan los primeros de la promoción pero lo hacen dentro de los valores de unas FAN atadas a un proyecto político. Son profesionales, pero partidistas.

Es decir, las FAN de Venezuela son profesionales pero partidistas ¿son mejores que unas FAN políticas pero no partidistas, como es la generalidad en los países de Occidente?

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No obstante, a la luz de la crisis política causada por los resultados del 28, lo anterior puede parecer un ejercicio teórico que no cabe en una nación que hoy vive un conflicto político y en donde las FAN están alineadas con el gobierno, no con el artículo 328 de la constitución.

Lo que quiero decir es que rebusqué mucho para afirmar que pueden ser profesionales pero casadas con un proyecto partidista. Esa es la realidad hoy: son una FAN partidistas y lo profesional no es relevante para estudiar los ascensos.

En una situación así, con unas FAN socializadas con valores partidistas desde 1999 ¿por qué no pueden ser profesionales? Parece un oxímoron pero en el Siglo XXI esas contradicciones ya no son. El paradigma de Huntington también entró en crisis o, mejor dicho, su concepto alterno -el control subjetivo, es decir, ideológico- es el que domina hoy no el “control objetivo”.

En un mundo donde la política parece ser una “lucha espiritual” entre “el bien y el mal” por lo que es una lucha existencial y no agonal, la institución militar debe tomar partido a favor de un sector político o ser gobierno, sea por su poder de veto o de influencia. Nos lleva a un escenario nada halagador en una crisis de la democracia liberal. Las FAN también gobiernan o lo harán, sea en Venezuela o en los EUA. Luego, pierden su carácter no partidista. Si causa efectos en el apresto o su eficacia, es ya otro análisis. Veamos dos casos a partir de las presidenciales de hace una semana.

El primero. Durante las protestas en Caracas por los resultados del 28, al día siguiente grupos trancaron el túnel El Paraíso. Llegó la GN a despejar la vía. El oficial a cargo -superior en este caso- hizo una grabación. Habló de “los escuálidos” a los que responsabilizó de la toma del túnel.

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No cuestiono la tarea de despejar la vía -siempre y cuando sea en el marco de la constitución para el manejo de protestas- pero sí la expresión de “los escuálidos” que ya designa a un grupo -la oposición- con un término negativo, que los deshumaniza, y que puede eventualmente justificar una agresión a una persona que manifiesta de manera pacífica o haya tomado el túnel, aunque en la segunda, no creo en ese tipo de acciones de protesta, pero ya es otro tema que escapa a este análisis.

Posiblemente el oficial tenga méritos en sus ascensos pero es uno partidizado por su lenguaje. Lo que quiero decir es que puede tener méritos pero apoyar un partido político como el PSUV. Por supuesto, eso no es correcto. Va en contra del 328 de la constitución y hablar de esa manera, es incorrecto. Pero puede ser la realidad de ahora: oficiales partidistas que, a lo mejor, hacen sus cursos y son los primeros en los mismos y también para ascender. De nuevo, que sean buenos no justifica su partidismo porque el 328 constitucional lo exige. Mi análisis solo constata lo que puede ser una realidad en las FAN: profesionales cercanos a un partido y, lo peor, se asumen como guardia pretoriana del sistema político chavista. En otras palabras, ya no tienen que hablar así para ascender o para adular. Hoy creen lo que dicen. Ya es parte de la vida de una institución.

El segundo caso es complicado. Mucho. Fue el video en que María Corina acude a votar y personal militar en la entrada del centro evita saludarla cuando ella les extiende el saludo. Digo delicado porque es analizar el deber ser con una realidad.

Por supuesto, no me agradó nada el comportamiento de los militares. Me pareció descortés hacia Machado. Pero aquí está la realidad: si como dirigente político solicitas una intervención con fuerza -militar- a tu país, que afectará a las FF.AA que quieres comandar, es evidente que no te van a saludar. Sería un contrasentido. Tal vez María Corina no debió extender el saludo sino pasar con un saludo en la distancia. Es difícil decirle a un profesional militar que salude a una persona que pidió acciones de fuerza que afectarían a esas FAN, y ahora como si nada. Esta es la realidad, no el debe ser. Tengo la impresión que ella está al tanto de eso. En sus palabras en la concentración en Las Mercedes el 3-8-24 habló que las FAN “serán parte de la reconstrucción”. Igualmente lo dijo durante la campaña. Puede ser el tono correcto pero llega tarde. Que no haya sido saludada por el personal en el centro es un indicador de esa tardanza. La credibilidad no es solo un discurso.

Por supuesto, el chavismo es el responsable de partidizar a las FAN. Es parte de la visión de la izquierda insurreccional -la “unión cívico-militar”, término acuñado durante la lucha armada de los 60- pero si parte de la oposición pidió acciones de fuerza para derrocar a Maduro, no dejó opción a las FAN que cohesionarse en torno al gobierno. La otra opción era tumbarlo como pasó en 2002, pero Chávez profundizó la ideologización de la institución a partir de 2004 con “el Plan Sucre” y las FAN seguramente vieron que podía ocurrir un conflicto civil y emergió la conciencia de toda FAN: el orden.

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La foto de Machado con los uniformados en la entrada del centro es el símbolo de la transición hoy imposible (a lo mejor mañana lo es). Es imposible por la polarización, como la entendemos en psicología social que no son “partes iguales” sino intensidad en actitudes y opiniones. Es la situación de Venezuela.

El problema ya no son los méritos o la “profesionalización” -que cuenta claro, pero no es el punto- sino cómo decirle a las FAN que no es “natural” ser profesional y ser partidista al mismo tiempo. Pueden y deben ser políticas, pero no partidistas. El chavismo ha hecho “normal” lo profesional con lo partidista en el mundo de uniforme ¿Cuál discurso para decir que no es “normal” desde la oposición? Esta línea son los análisis para el futuro y el reto que plantean los ascensos a generales y almirantes en 2024.

Nota bene:

Vivo en El Hatillo. Como escribí antes, reitero no soy amigo de protestas tipo lo que llamo, “Paradigma de la protesta UCV-Andrés Bello-Gustavo Herrera-Técnica industrial Campo Rico 60-90”, que protestar es tirar piedras, cerrar calles, pegarle candela a la basura, sacar alcantarillas, cerrar el tráfico, etc. Ni durante AD-Copei ni durante el chavismo he creído o creo en ese “modelo ñángara” muy elogiado en Venezuela. Somos un país de agitadores frustrados y se ve como parte de la socialización, “ñángara y de izquierda a los 20 años y señores respetables y de derecha a los 50 años cuando les agarran el gustico a los verdes”. Todo esto para decir que no creo en protestas o, mejor dicho, en ese tipo de protestas.

No obstante, conocí que el día 31 de julio hatillanos de El Calvario fueron detenidos por la DGCIM. No conozco a los detenidos, pero sí sé quiénes son sus familias. Son gente responsable y hatillanos. Esto, por supuesto, no da una condición especial pero sí que los apresados tienen derechos, sean de El Calvario o de otras partes.

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Escuché que fueron detenidos así, sin más. No sé los motivos. Sí protestaban por el anuncio del CNE de la madrugada del 29, es su derecho en tanto sea protesta pacífica. El Estado debe respetar sus derechos y la presunción de inocencia. El presidente Maduro, en “modo Bukele”, habló sobre construir dos nuevas prisiones para llevar a los capturados durante las protestas. El Estado autoritario.

Ese es el problema de fondo de Venezuela: todos los sectores se creen “puros” con el “derecho a depurar”. Vergonzoso -si el video es cierto- que a un grupo de detenidos por las protestas obligados -no hay otra manera para explicarlo- a despedirse con un saludo chavista. Un video a lo Gulag, a los campos de reeducación de los autoritarismos. Realmente vergonzoso y humillante. Silencio de la defensoría del pueblo.

A todos, pero a los detenidos por manifestar -rechazo firmemente a los grupos violentos mostrados en los videos por el presidente, que son reales, no voy a ignorarlo y espero que la oposición se deslinde sin medias tintas o no sean “tibios” como reclaman a otros- pero a los que protestaron de manera pacífica, el Estado debe garantizar sus derechos, su defensa para probar que no son ciertos los cargos por los que se les acusan. Principalmente, cesar de una vez y por todas el clima de terror de Estado propio de los autoritarismos. Ya basta, realmente. Esto, también, fue un motivo por el cual los electores votaron para cambiar al gobierno.



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