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Venezolana en EE. UU. fue estafada en proceso migratorio desde la cárcel de Tocuyito

La venezolana consiguió el dinero con préstamos y con su trabajo limpiando casas en Nueva York

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Caracas/Foto: Gerardo Reyes.- Rusbelys Robles, una enfermera venezolana de 38 años de edad, fue víctima de una estafa en New York en medio de su búsqueda para normalizar su situación migratoria. Un falso abogado llamado Gustavo Cortez Osco le arrebató 3.365 dólares en falsos papeles certificados por las autoridades.

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De acuerdo a Univisión, la connacional escuchó de los servicios migratorios del “abogado” en una iglesia evangélica de Nueva York, en donde corrió el rumor -a principios de este año- del profesional, el cual ofrecía apoyo en los procedimientos para asilos, residencias y permisos de trabajo. Varias mujeres latinas recién llegadas a la nación se comunicaron con el estafador, quien hablaba español con un acento inglés.

Robles llegó con su familia a Nueva York a inicios de 2023 luego de una dramática travesía por 13 países de América Latina. “Ella esperaba la aprobación del asilo político cuando el licenciado, como se hacía llamar, le ofreció tramitar la residencia”, reveló el medio.

El hombre se aprovechaba de la ignorancia de los migrantes en las leyes estadounidenses para engañarlos y ofrecer “saltos procesales” imposibles legalmente. Este método funcionó con varias mujeres.

Modus operandi

Univisión reveló el modus operandi del sujeto, quien llegaba a pedir hasta 3.000 dólares para tramitar los falsos documentos. El “abogado” primero les compartía “buenas noticias" de su estatus migratorio, les compartía cartas del Servicio de Ciudadanía e Inmigración, Seguridad Nacional y Departamento de Justicia falsas en las cuales mostraba presunta regulación. En esta primera fase las víctimas tenían que desembolsar de 300 a 1,000 dólares.

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La segunda fase constaba de “audiencias virtuales” con “jueces” de inmigración, espacios en donde se reunían los migrantes con un supuesto juez de Arizona y dos abogados. “El juez tenía un singular parecido al abogado en el físico y la voz. Parecían hermanos. Ambos hablaban en español arrastrando las erres como si fuese su segundo idioma”, expone.

En la “audiencia”, Robles respondió varias preguntas sobre Estados Unidos, su territorio, historia y otros datos poco relevantes. Por el privilegio de haber tenido un juez que hablara español, la enfermera le pagó a Cortez 250 dólares. La misma era una simulación de los delincuentes- 

La venezolana consiguió el dinero con préstamos y con su trabajo limpiando casas en Nueva York. Para cumplir con los pagos, Robles descontaba el dinero del mercado de sus hijas, una de ellas con síndrome de Down. A pesar de las investigaciones, no ha recuperado su dinero ni mejorado su situación migratoria, debido a que continúa a la espera de la aprobación de la solicitud de asilo.

La organización de Cortez recibía el dinero por medio de una cuenta Zelle. La mentira se desmoronó cuando el pastor de la iglesia Sandro Martínez se percató de que los correos electrónicos enviados no tenían la terminación “.gov”, lo cual indica que son entidades del gobierno. “Si usted me está hablando a mí con un acento americano y yo creo que usted preferiría hablar inglés, pero cuando yo le dije, le hablé en inglés, dijo 'no, no, no, no, prefiero hablar español'”, señaló el pastor. La iglesia perdió 4 mil dólares en préstamo para las víctimas. 

Operaba desde Tocuyito

Las víctimas presentaron una denuncia a la Policía del estado donde explicaron el fraude y entregaron imágenes, material de las falsas audiencias y los presuntos nombres. En interrogatorios con el cuerpo policial, Cortez reveló que “llamaba desde el penal de Tocuyito, en Venezuela, donde cumple una pena de 55 años por homicidio, extorsión y lavado de dinero”. 

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“Explicó que había hecho el montaje visual de la corte con una tela verde, una tecnología de edición audiovisual que permite proyectar cualquier fondo escénico. Alardeó de que integraba el Tren de Aragua, una violenta organización criminal que opera desde prisiones venezolanas y que está involucrada en narcotráfico, secuestros y extorsión en varios países de América Latina”, reseñó. 

Tras confesar, dijo que no le importaba hablar del caso porque “no tendría impacto” frente a la condena que afronta y su ubicación. La intención del hombre era evitar que los intermediarios que se prestaron para la trama no aparecieran en la investigación.

“[Entre] todas esas personas hay una chica que me puede gustar y por eso temo que puedan llegar a ella. Ella igualmente no me conoce, solamente estoy enamorado de ella. A pesar de todo, uno aquí encerrado en estas cuatro paredes, uno piensa en los sentimientos”, agregó.

Por último, se “arrepintió” de haber estafado a las mujeres y afirmó que les “tomó cariño”. 



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