Venezolana muere en naufragio rumbo a Curazao: "Ella solo quería un mejor futuro"

Caracas / Foto: Crónicas del Caribe.- María Guadalupe Jiménez Navarro, una joven venezolana de 29 años oriunda del estado Falcón, perdió la vida tras un trágico naufragio ocurrido en aguas internacionales mientras intentaba llegar a Curazao.

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El viaje que comenzó el domingo 2 de marzo desde San José de la Costa, terminó en tragedia cuando la lancha en la que viajaba María Guadalupe, junto con más de 20 personas, volcó en medio del mar.

Según Crónicas del Caribe, la Guardia Costera del Caribe Neerlandés rescató a diez venezolanos, entre ellos a la joven, quien falleció mientras era trasladada al hospital de Willemstad debido a la insolación y deshidratación tras casi dos días a la deriva.

María Guadalupe, madre soltera de dos hijos, decidió emprender el peligroso viaje con la esperanza de brindarles un mejor futuro. "Ella quería darle un mejor bienestar a sus hijos y por eso tomó el viaje", relató su hermana, quien reside en Curazao y reconoció su cuerpo.

La joven vivía en La Vela de Coro con su madre, un hermano y sus dos hijos, de 12 y 9 años. Se dedicaba a la venta de pescado y otros productos para mantener a su familia, pero los ingresos apenas alcanzaban para cubrir las necesidades básicas. "Con lo que hacía en La Vela, apenas les alcanzaba para comer", explicó su hermana.

María Guadalupe había prometido a su madre que trabajaría duro en Curazao para mejorar la calidad de vida de su familia. Sin embargo, su sueño se truncó en medio del mar. Su hermano, quien también viajaba con ella, fue rescatado y se recupera de sus lesiones en un hospital de Willemstad.

Sus familiares buscan apoyo para cumplir su último deseo: regresar a casa

La familia Jiménez Navarro solicita ayuda al consulado de Venezuela en Curazao y a la gobernación del estado Falcón para repatriar los restos de María Guadalupe a La Vela de Coro. Además, han habilitado un número de pago móvil para recibir donaciones que les permitan cubrir los costos del traslado, un gasto que no pueden asumir por sí mismos.

"Es un gran gasto que la familia no tiene cómo cubrir", explicaron los familiares.

Como es habitual en estos casos, los detalles del viaje son escasos. Los lancheros y organizadores suelen pedir a los migrantes no compartir información ni siquiera con sus familiares, para evitar filtraciones que puedan alertar a las autoridades venezolanas.